Tartufo

Tartufo Ironía

Orgon y Madame Pernelle creen que Tartufo es un ejemplo de piedad y moral (Ironía dramática)

Esta es la ironía en la que se sostiene el efecto cómico, e incluso dramático, de toda la obra: el público sabe perfectamente que Tartufo es un hipócrita, mientras que Orgon y Madame Pernelle confían a ciegas en él. Los espectadores, entonces, asisten a la confusión entre apariencia y realidad que se genera en cada una de las escenas en que Orgon y su madre están presentes. A través de esa confusión (exagerada) de los personajes, Molière logra hacer reír al público, y también tensionarlo, al mostrarles cómo Tartufo se sale una y otra vez con la suya.

Orgon cree que Tartufo protege a su mujer de los pretendientes (Ironía dramática)

El público sabe que Tartufo desea sexualmente a Elmira. Sin embargo, Orgon, en su ceguera, cree que Tartufo, en realidad, la protege de los pretendientes y que, incluso, lo protege a él de una posible infidelidad por parte de su esposa.

Esta ironía dramática tiene dos finalidades: por un lado, genera un efecto cómico en el público; por otro lado, demuestra hasta qué punto Orgon confía en Tartufo a la vez que desconfía de los valores y la moralidad de su familia.

"Es noble, de gentil figura y tiene cara de angelito. Verdaderamente, va a vivir muy feliz con tal marido" (p.14) (Ironía verbal)

Durante toda la tercera escena del segundo acto, Dorina intenta que Mariana reaccione, se enfrente a su padre y se niegue a casarse con Tartufo. Elabora distintas estrategias discursivas hasta que, tras fracasar una y otra vez, ataca a Mariana con una sucesión de ironías verbales como las de la cita.

Por supuesto, Tartufo no es noble ni bonito. Obviamente, Mariana va a ser profundamente infeliz con él. La ironía verbal consiste en decir todo lo contrario de lo que se piensa y dicta el sentido común. Pero pese al esfuerzo de Dorina, Mariana no reacciona e, incluso, termina enojándose con ella por sus burlas.

El Señor Leal actúa deslealmente (Ironía situacional)

El funcionario de la justicia que llega con la orden de desalojar a la familia se llama Señor Leal. Irónicamente, lo que hace el Señor Leal es profundamente desleal, ya que no solo echa de su casa a una familia que no debería ser echada (hasta allí, en última instancia, estaría cumpliendo con su trabajo), sino que al llegar a la casa dice que trae buenas noticias y luego se devela que estas son muy malas.