Luciérnagas

Luciérnagas La censura franquista sobre 'Luciérnagas'

El gobierno dictatorial del general Francisco Franco organiza una serie de medidas, enmarcadas en la Ley de prensa de 1938, es decir, incluso antes de comenzar la dictadura. Estas medidas limitan la libertad de expresión y la libertad de opinión para garantizar lo que considera la "pureza ideológica" de las producciones culturales circulantes y que busca desaparecer la producción de obras escritas, sonoras y visuales que atenten contra el régimen. La Iglesia católica tiene un rol fundamental en la aplicación de la ley y en la imposición de una moral de lo que considera correcto.

La novela Luciérnagas, de Ana María Matute, sufre la censura franquista. La versión última autorizada por la autora recién es dada a conocer al público en el año 1993, décadas después de la finalización de la dictadura de Franco, y más de cuatro décadas después de su creación. Matute presenta la obra en el año 1949 bajo el título Las luciérnagas para participar en el prestigioso premio Nadal de novela y, con ella, resulta finalista. Sin embargo, pese a su valor literario, Matute no puede publicarla debido a la censura que, posteriormente, en el año 1953, cuando su esposo la presenta para control, recae sobre ella. Años más tarde, en 1955, accede, debido a que lo necesita por cuestiones económicas, a publicar la versión recortada y autorizada por el organismo censor bajo el título En esta tierra.

Para poder dar cuenta de las diferencias entre las diversas versiones y, por tanto, de cómo opera la censura franquista y en qué medida la autora toma decisiones artísticas y políticas, habría que realizar una comparación exhaustiva que incluya tres textos: el presentado al censor en 1953, el publicado bajo un título diferente en 1955 y, finalmente, el que se publica con el nombre que aquí conocemos en 1993.

Aunque la novela no se muestra explícitamente en contra del gobierno de Franco, la censura recae sobre ella y el informe del censor apela, sobre todo, a valores de índole moral y religioso. Al parecer del censor, no se trata de una novela que represente los valores que la iglesia busca para sus fieles.

A pesar de esa ausencia explícita de crítica al gobierno franquista, la censura parece recaer también en esto, dado que los cambios más importantes que se producen entre la última versión y la permitida se relacionan con sacarle a la novela ciertos contenidos que podrían leerse como loas al franquismo o como denuncias al bando republicano, por ejemplo, en el final. En la novela Luciérnagas, a Cristián lo mata una bala perdida o, al menos, no se da a entender cuál es el bando que dispara el proyectil; en la novela En esta tierra, al enamorado de Sol lo asesina un francotirador republicano.