El enfermo imaginario

El enfermo imaginario Resumen y Análisis Acto II, Escenas 1-5

Resumen

Acto II, Escena 1

Llega Cleanto disfrazado y se encuentra con Toñeta. El muchacho está al tanto de que Angélica se casará y le dice a la criada que se hará pasar por el suplente del profesor de música de la muchacha para poder adentrarse en la casa y hablar con su amada. Toñeta promete ayudarlo.

Acto II, Escena 2

Entra Argán y le pide a Toñeta que baje la voz porque lo perturba en su estado de enfermo. Cleanto se presenta como el profesor de música suplente. Toñeta, poniendo en marcha su plan, le explica a Cleanto la gravedad de la enfermedad que padece Argán. A pesar de los pedidos de Cleanto y Toñeta, Argán insiste en presenciar la clase de canto de su hija y la hace llamar.

Acto II, Escena 3

Entra Angélica y debe disimular su sorpresa cuando le presentan a su nuevo profesor. La muchacha cuenta que soñó que alguien igual a ese hombre la rescataba. Cleanto dice que le encantaría rescatarla.

Acto II, Escena 4

Toñeta anuncia la llegada de los Diafoirus. Asimismo, confiesa estar arrepentida de sus dichos sobre Tomás, puesto que el muchacho parece sumamente ingenioso y seguramente le encantará a Angélica. Argán les pide a los presentes que se queden para la visita y le pide a Toñeta que invite al profesor de música de Angélica a la futura boda.

Acto II, Escena 5

Entran el Doctor Diafoirus y su hijo Tomás. Este último habla y se mueve con torpeza, articulando frases exageradas, solemnes, aprendidas de memoria y sin demasiado sentido. Él y su padre dicen palabras en latín. Toñeta y Cleanto elogian el modo de hablar del muchacho. El doctor Diafoirus habla sobre su hijo: manifestó muy pocos signos de inteligencia en su niñez y por eso ahora, según él, es tan inteligente. El muchacho se caracteriza por despreciar los avances de la ciencia médica de los últimos años y basarse en los antiguos como fuente de saber. Escribió un manifiesto contra la idea de circulación de la sangre, de la cual descree. Él y su padre explicitan que su labor como médicos no es curar pacientes, sino recetar medicación.

Cleanto propone que Angélica y él entonen una canción para los presentes. Cuenta que se trata sobre un pastor que se enamora de una pastora, pero esta padece un encierro que le impide concretar su amor. Luego el pastor pide su mano, pero el padre de la muchacha quiere casarla con otro hombre. El dolor hace que el pastor se inmiscuya en la casa de la pastora para saber cuáles son los sentimientos de su amada. Allí conoce al presunto pretendiente de la niña, a quien encuentra ridículo. Entonces canta una canción. Cleanto entona una canción donde pregunta a su interlocutora sobre sus sentimientos, y estrofa a estrofa, él y Angélica se confiesan su amor (como si fueran los personajes de la canción, el pastor y la pastora).

Argán interrumpe la canción acusándola de impertinente.

Análisis

El tema del engaño está presente desde el comienzo de la pieza (Belina fingiendo su amor, Argán autoengañándose sobre su salud), pero desde este segundo acto adquiere una forma particular: la del disfraz, es decir, la de fingir una identidad. En ese sentido, vemos que Cleanto precisa tomar otra identidad para poder ingresar a la casa, y esta acción -la del “extraño” que se inmiscuye en el hogar burgués- es una cuestión común a varias comedias de Molière y a otras obras de la época. Si bien en este caso los personajes que se disfrazan persiguen fines nobles, es cierto que la privacidad de la casa (esa casa donde Molière sostiene la unidad de acción y de lugar de la obra, y que simboliza a la construcción de la familia burguesa en Francia en el siglo XVII) se ve amenazada por el ingreso de personajes que no revelan su verdadera identidad. Esta tendencia, presente en varias representaciones de la época, ilustraba, en parte, el terror de la creciente burguesía a ver amenazada su propiedad privada.

Asimismo, el procedimiento mencionado (quiprocuo o tomar a una persona por otra) proviene de la farsa, la cual es, como la commedia dell’arte, una de las influencias teatrales que Molière cataliza en sus obras. En ese sentido, debemos decir que El enfermo imaginario se nutre de ambas fuentes, pero es, además, una comedia-ballet. Esto se hace visible ya en la quinta escena del segundo acto, cuando Cleanto y Angélica entonan la canción sobre el pastor y la pastora frente a familiares e invitados. La comedia-ballet es un género híbrido entre el teatro, la música y la danza. Es heredera del “divertimento o ballet de corte” que se representaba en los salones de los palacios. A veces, en las comedias-ballet, el momento musical está simplemente dispuesto como interludio. En el caso de El enfermo imaginario, las canciones están interiorizadas en la trama y se consigue así una unidad estética. Cleanto y Angélica entonan una canción a través de la cual no solo simbolizan su relación amorosa (mediante el relato de los pastores), sino que logran comunicarse entre sí a través del canto, confesarse sus sentimientos, de un modo que no podrían hacer si no estuvieran en el marco de la canción.

Por otro lado, vemos cómo se intensifica la parodia en torno a la impostura médica con la visita de los Diafoirus. Debemos advertir que esta no es la primera comedia de Molière que aborda el tema médico: ya lo había explorado en El médico volante, El amor médico y El médico a palos. En este sentido, la exploración de esta temática puede deberse a que el autor no solo tenía una bastante sólida cultura de la medicina, sino que además padecía algunos problemas de salud. La actitud que la obra adopta sobre la medicina podría resumirse de la siguiente manera: por un lado, ironiza sobre quien se cree enfermo sin estarlo, por otro, ridiculiza la práctica de los médicos y, finalmente, pone quizá en duda las capacidades curativas de la propia ciencia.

Lo que ofrecen los Diafoirus es una representación bastante ridícula del comportamiento, actitudes y pensamiento de los profesionales médicos de la época. Tomás Diafoirus se expresa en discursos llamativamente barrocos, complicados, carentes de sentido y hasta faltos de razón y sensibilidad, y, además, lo hace en un tono pedante. El personaje en sí parece hacer carne una de las principales críticas que la obra hace a la medicina: los médicos son unos jactanciosos que se vanaglorian de ser hombres de ciencia, pero que no tienen el menor sentido crítico ni empatía con sus pacientes. Ejemplo de esto es el comentario que hace Tomás acerca de la circulación de la sangre: “He redactado contra los partidarios de la circulación sanguínea una tesis que, con permiso del señor, oso regalar a la señorita como homenaje que de las primicias de mi talento hago” (Acto II, Escena 5, p.137). La vanidad, pretensión y egocentrismo del joven quedan aún más ridiculizados debido a que el objeto de su orgullo (contradecir la teoría de la circulación de la sangre) era una idea retrógrada y descartada para la mayor parte del público de la época (en ese entonces, la circulación de la sangre ya había sido demostrada y explicada por el científico William Harvey).