El enfermo imaginario

El enfermo imaginario Ironía

Toñeta presenta a Tomás Diafoirus diciendo que es un hombre ingenioso cuando, en verdad, piensa exactamente lo contrario. (Ironía verbal)

Tomás Diafoirus se caracteriza por su falta de ingenio, su torpeza, su casi nula sensibilidad social y por tener un discurso pedante y vacío de contenido. Toñeta es la primera de la casa en conocerlo y lo presenta como un hombre ingenioso. Su parlamento configura, claramente, una ironía, en tanto la criada piensa -y busca sugerir- exactamente lo contrario de lo que está diciendo.

Argán cree recibir el diagnóstico y recetas de un médico, cuando en verdad dicho médico es Toñeta disfrazada. (Ironía dramática)

En la décima escena del tercer acto, Toñeta se disfraza de médico y atiende a Argán. Este recibe el diagnóstico y las recetas de su criada, creyendo que es un médico verdadero y confiando, por ende, ciegamente en sus palabras. La situación configura una ironía dramática, en tanto si bien el protagonista se deja engañar por la simulación, el público y el personaje de Beraldo son conscientes de lo que realmente está sucediendo.

Beraldo dice que Belina tiene las mejores intenciones para la familia y se maneja sin ningún interés, cuando piensa exactamente lo contrario sobre ella. (Ironía verbal)

En varios momentos, Beraldo intenta advertir a su hermano acerca de las intenciones de su mujer, Belina. Sin embargo, Argán nunca quiere oír, y ante el menor atisbo de comentario comienza a proferir insultos a quien se atreva a juzgar a su esposa. En una discusión de este tipo, Beraldo profiere ante su hermano: “Vuestra mujer acaricia las mejores intenciones hacia vuestra familia, no tiene interés alguno, os muestra maravillosa ternura y con vuestras hijas se porta con inconcebible afecto y bondad” (Acto III, Escena 3, p.146). Se trata, claramente, de una ironía, puesto que lo que Beraldo piensa sobre Belina es exactamente lo contrario: la cree una mujer de malas intenciones hacia la familia, ya que solo está junto a Argán por interés y no hace sino intentar que el hombre deje sin herencia a sus hijas para entregarle a ella todo su dinero.

Belina celebra la muerte de su marido, cuando en realidad este está vivo y simulando su propia muerte para atestiguar la reacción de su esposa. (Ironía dramática)

En la escena doceava del tercer acto, y por sugerencia de Toñeta, Argán finge estar muerto. La idea es que todos atestigüen la reacción de Belina, mujer que, según personajes como Toñeta y Beraldo, solo está casada con Argán porque está interesada en su dinero. El protagonista sostiene que su esposa lo ama con nobleza y fidelidad, y para demostrarlo se presta a la representación que sugiere Toñeta, haciéndose pasar por muerto. La reacción de Belina se configura como una fuerte ironía, por un lado, porque demuestra unas intenciones contrapuestas a las que Argán espera escuchar en su esposa. Pero además de esto, la situación en la cual Belina no solo festeja al creer a su marido muerto, sino que además comienza a acelerar procesos de herencia para quedarse con todo el dinero, configura una ironía dramática: Argán no está muerto, sino que está oyendo perfectamente todo lo que dice su mujer, y tanto el público como los demás personajes presentes lo saben.