El contrato social

El contrato social Resumen y Análisis Libro I, Capítulos 1-5

Resumen

En el Libro I, Rousseau se propone descubrir por qué los hombres han renunciado a la libertad que poseían en el estado de naturaleza y cómo se legitima la autoridad política. El capítulo 1 comienza con la famosa frase: “El hombre ha nacido libre y por todas partes se encuentra encadenado” (p.42). Las cadenas representan las obligaciones que cada persona tiene para con la comunidad. Según Rousseau, el sentido del deber comunitario no proviene de la naturaleza; se trata de una convención social. De la misma manera, tampoco existe una autoridad política con legitimidad en el estado de naturaleza.

Para Rousseau, la más antigua de todas las sociedades y la única natural es la familia. Sin embargo, los hijos solo están ligados a su padre mientras dependan de él para su preservación. Una vez que el hijo ha alcanzado la madurez, se convierte en libre e independiente. Si la familia se mantiene como unidad de asociación después de eso, es solo por convención. Es así como Rousseau plantea que la familia es el primer modelo de las sociedades políticas: el padre es el jefe y sus hijos, el pueblo. Cada miembro de la familia-sociedad renuncia a su libertad para recibir la protección de la familia-Estado por conveniencia y utilidad.

Rousseau sostiene que la fuerza no puede ser el fundamento de una autoridad política legítima. La gente obedece a los más fuertes por necesidad, no por elección. De esta manera, el derecho del más fuerte no puede crear el sentido del deber necesario para establecer un derecho verdadero. Además, como la fuerza es un término relativo, el efecto de este derecho cambia con la causa. En cuanto una persona se convierte en la más fuerte, todas las pretensiones anteriores establecidas sobre el derecho del que hasta entonces era el más fuerte quedan anuladas. En este sentido, el principal defecto de este derecho es que puede romperse legítimamente.

Como ningún hombre tiene autoridad natural sobre otros hombres, y como la fuerza no puede establecer el derecho, toda autoridad legítima debe depender de la convención. Rousseau refuta a Hugo Grocio, quien sostiene que un Estado puede ser legítimo aunque el pueblo se comporte como esclavo y el gobierno, como amo. Rousseau rebate la afirmación de que el pueblo puede enajenar su libertad y entregarse a un rey diciendo que nadie renunciaría a su libertad sin obtener algo a cambio. Un argumento común en la filosofía política es que el pueblo puede renunciar a su libertad a cambio de la tranquilidad civil que ofrece un monarca. Rousseau, por el contrario, afirma que esta promesa de tranquilidad se vuelve insignificante cuando los reyes arrastran a sus países a numerosas guerras, y cuando plantean exigencias innecesarias a sus súbditos. Aunque una persona sacrifique voluntariamente su propia libertad, no puede ofrecer la libertad de sus hijos sin su consentimiento. De la misma manera, para que una sociedad de este tipo sea legítima, cada generación debe renunciar expresamente a su libertad para someterse al monarca.

Rousseau también refuta la idea de Grocio de que, así como la esclavitud puede considerarse un contrato entre amo y siervo, se puede pensar que el pueblo se somete de igual forma a la voluntad de un rey. Para Rousseau, el rey no le puede dar a sus súbditos la subsistencia por la que un esclavo vendería su libertad. No hay compensación posible para una persona que ha renunciado de esta forma a ser libre, porque las acciones solo pueden ser morales si se han realizado libremente.

El otro argumento de Grocio a favor de la esclavitud se basa en la guerra: afirma que, como en un enfrentamiento bélico los vencedores tienen derecho a matar a los vencidos, estos últimos pueden vender su libertad a cambio de su vida. Pero Rousseau sostiene que las guerras las libran los Estados, no los hombres, y que después de que una nación pierda una batalla, sus soldados dejan de ser enemigos del Estado contrario, y nadie tiene derecho sobre sus vidas. Por último, Grocio sostiene que un pueblo puede entregarse a un rey, por lo que, al sostener esto, está dando a entender que el pueblo se forma como tal antes de someterse. Es así como Rousseau propone que se debe examinar el acto de conformación de un pueblo para descubrir el verdadero fundamento de la sociedad civil.

Análisis

En el Libro I de El contrato social, Rousseau se propone determinar cómo se legitima la autoridad política. Para llevar a cabo esta tarea, debe examinar cómo el hombre pasó del estado de naturaleza a la sociedad civil. Rousseau expone su punto de vista sobre el estado de naturaleza en su obra anterior, el Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres. En aquella obra, afirma que la vida antes de la sociedad civil era más pacífica, porque la gente vivía una existencia sencilla, sin propiedades ni vínculos afectivos. El hombre salvaje no tenía motivos de conflicto y solo se preocupaba por su propia conservación.

La idea del estado de naturaleza en Rousseau contradice la de su contemporáneo, Thomas Hobbes, que describe la vida natural del hombre como solitaria, pobre, desagradable y embrutecida. La principal diferencia entre ambos filósofos es que, de acuerdo con Rousseau, Hobbes confunde al hombre salvaje con el hombre moderno, que es codicioso y ambicioso. Rousseau cree que los humanos nacen con un sentido natural de compasión, y que el estado de naturaleza no es una guerra de todos contra todos, donde el hombre es el lobo del hombre, como sostiene Hobbes.

Es importante destacar que Rousseau no específica cuándo se produjo la transición del estado de naturaleza a la sociedad civil. Tampoco aporta ninguna evidencia de que los seres humanos se comportaran como él afirma en la naturaleza. De hecho, Rousseau reconoce en el Discurso sobre el origen de la desigualdad que su relato puede no ser una descripción exacta del verdadero curso de la evolución humana. Los críticos de Rousseau se han centrado en esta falta de pruebas históricas para socavar su teoría política, pero los lectores de El contrato social deben entender que Rousseau crea a propósito un tipo ideal de ser humano no intervenido por el orden social para promover sus argumentos teóricos sobre la autoridad política.

En el Libro I, Rousseau también debate con Hugo Grocio, un filósofo del siglo XVI que era una figura destacada en la teoría política y el derecho del siglo XVIII. Rousseau difiere principalmente de Grocio en sus ideas sobre el derecho. Grocio cree que un derecho es simplemente un poder que posee un agente que no requiere de sanción moral. Esto contrasta fuertemente con la concepción de derecho de Rousseau, que tiene un importante componente moral. Según Rousseau, el hecho de que los vencedores de una guerra sean capaces de matar a los vencidos no les da derecho a hacerlo. Grocio también promueve la idea de que los derechos pueden transferirse o venderse como mercancías. Utiliza esta creencia para apoyar la esclavitud y la monarquía absoluta. Por el contrario, Rousseau cree que los derechos (y, en especial, el derecho a la libertad) son inalienables. Además, sostiene que la relación del pueblo con su gobernante no es la misma que la de un hombre que domina a hombres dispersos; eso sería, para Rousseau, una agregación más que una asociación. Es por eso que propone examinar qué es lo que hace que un conjunto de personas se asocien como pueblo, para así determinar cómo se construye la convención de unanimidad que abre camino a la conformación del contrato social.