Cándido, o El optimismo

Cándido, o El optimismo Símbolos, Alegoría y Motivos

La expulsión del paraíso terrenal (Alegoría)

Al inicio del relato, cuando Cándido debe abandonar el castillo de Thunder-ten-tronck, el narrador expresa, en clave alegórica, que es expulsado del paraíso terrenal. Por medio de la alegoría, el narrador vincula la falta que comete Cándido al besar a Cunegunda con el pecado original en el que incurren Adán y Eva al probar el fruto prohibido. Luego, la expulsión del joven queda equiparada a la que sufren Adán y Eva al ser expulsados por Dios del Paraíso. De esta forma, el autor propone una historia individual, pero que parangona un drama universal.

El marinero que sobrevive al naufragio (Motivo)

Un motivo muy común de la literatura occidental es el del marinero que sobrevive al naufragio mientras el resto de la tripulación perece. En Cándido, esto sucede cuando el joven protagonista se aproxima a la costa de Portugal y una terrible tempestad hunde el barco en el que viaja. Los únicos que sobreviven al naufragio son Cándido, Pangloss y un marinero.

Las tempestades que azotan al barco (Motivo)

A lo largo de la novela, Cándido se embarca en numerosas ocasiones. La primera vez, el barco en el que viaja es azotado por la tempestad que se produce como consecuencia del terremoto de Lisboa y termina naufragando contra las costas de Portugal. Este episodio pone de manifiesto un peligro muy común de la época: el hundimiento de los navíos en medio de una tempestad.

Las llamas (Símbolos)

Cuando a Cándido y a Pangloss los preparan para el auto de fe, los inquisidores les colocan túnicas que tienen pintadas llamas y diablos con tridentes. En la imaginería cristiana, las llamas simbolizan el fuego del infierno y el castigo eterno que reciben los herejes y blasfemos.

La búsqueda y el descubrimiento de Eldorado (Motivo).

Uno de los motivos literarios más importantes que se desarrolla a partir de la Conquista de América es el de la búsqueda y el descubrimiento de la ciudad de Eldorado. Desde las crónicas de los adelantados españoles y portugueses hasta la película de Disney, la mítica ciudad construida en oro puro y escondida en algún lugar de Centroamérica se convierte en uno de los mitos más estimulantes para la codicia del hombre occidental. En Cándido, sin embargo, los personajes llegan a Eldorado por accidente y pasan en ella un tiempo breve. En esta narración, el foco no está puesto en la riqueza, sino en la estructura social idílica y utópica de la ciudad: todos en Eldorado viven en completa armonía y nadie desea más de lo que tiene. Cándido, al abandonar aquel sitio fantástico, no está interesado particularmente en llevarse sus riquezas (aunque los habitantes de la ciudad le regalan una cantidad inmensurable de joyas y oro), sino que simplemente desea reunirse nuevamente con Cunegunda y vivir feliz con ella.