Cándido, o El optimismo

Cándido, o El optimismo Elementos Literarios

Genero

Ficción - Novela satírica.

Configuración y Contexto

Europa y América, siglo XVIII.

Narrador y Punto de Vista

La novela está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente que cuenta las desventuras del joven Cándido.

Tono y Estado de Ánimo

El tono de la novela es liviano y humorístico, pero profundamente satírico. Por eso, el lector debe hacer un esfuerzo de interpretación para comprender que el narrador muchas veces está insinuando exactamente lo contrario a lo que dice explícitamente.

Protagonista y Antagonista

El protagonista es Cándido, y sus antagonistas son todos aquellos que le impiden vivir junto a su amada Cunegunda, como el barón, el hijo del barón, los búlgaros y don Fernando, entre muchos otros.

Conflicto Principal

Cándido ama a Cunegunda y quiere casarse con ella. Sin embargo, diferentes desgracias y personas poderosas se lo impiden.

Climax

El clímax tiene lugar en el capítulo XXIX, cuando Cándido se reencuentra con Cunegunda en las costas del Propontino y la libera del rey Ragotsky.

Presagio

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Atenuación

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Alusiones

En la novela abundan alusiones a personajes y situaciones históricas, como Cristóbal Colón, el Cautiverio de Babilonia o San Pedro. También hay referencias al mundo de la literatura y la filosofía, con menciones a Homero, Virgilio, Cicerón o Leibniz. Al final del capítulo XVIII, Pangloss se refiere directamente a este último pensador y reafirma su adhesión a su doctrina filosófica conocida como optimismo: "No sería correcto desdecirse, ya que Leibniz no pudo engañarse; y además, la armonía preestablecida continúa siendo la cosa más bella del mundo, tanto como la plenitud y la materia sutil" (p. 118).

Imágenes

Ver sección “Imágenes”.

Paradoja

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Paralelismo

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Metonimia y Sinecdoque

Cuando Cándido es expulsado del castillo de Westfalia, el narrador utiliza una metonimia y reemplaza a Dios por la palabra "cielo": "Cándido caminó sin rumbo fijo durante bastante tiempo. Llorando y suplicando al cielo, frecuentemente se volvía a mirar al más hermoso de los castillos que guardaba a la más hermosa de las baronesitas" (p. 14).

Personificación

En el capítulo V, el narrador personifica el mar para indicar que el agua está agitada, y menciona que "se revolvía furioso en el puerto" (p. 25).