Yo soy Malala

Yo soy Malala Resumen y Análisis de la Parte Tercera: Capítulos 16-20

Resumen

En julio de 2009, después de tres meses lejos del valle, la familia de Malala pudo finalmente volver a su casa. Swat estaba entonces completamente bajo control militar. Malala se alegró de encontrar que el bolso que contenía todos sus libros escolares no había sido tocado. Sin embargo, pudo ver que el ejército había usado su escuela como base, porque estaba llena de basura y habían hecho un agujero en la pared. Se enteró de que Fazlullah aún estaba en libertad en algún lugar, junto con muchos otros líderes talibanes. Solo unos pocos quedaron bajo custodia.

Malala volvió a la escuela por primera vez el 1 de agosto. Shiza, la estudiante de Stanford, había terminado sus estudios en los Estados Unidos y había invitado a algunas niñas de la escuela de Malala a visitar Islamabad y participar en talleres. Shiza les presentó a muchas personas influyentes, incluido el general Abbas, el principal portavoz del ejército. Malala le hizo preguntas, pero era difícil obtener respuestas directas de él. Después, sin embargo, les dio a cada uno su tarjeta de presentación y les dijo que se pusiera en contacto con él si alguna vez necesitaban algo.

De vuelta en Swat, el padre de Malala enfrentaba dificultades porque los maestros de su escuela esperaban que se les pagara por los tres meses que habían estado lejos de Swat. Sin embargo, como la escuela no había recibido dinero, no podía pagarles. La familia aprovechó la tarjeta de visita que el general Abbas le había dado a Malala, y el general les envió mucho dinero para que el padre de Malala pudiera pagarles a los maestros. Malala comenzó a participar en la Asamblea de Niños del Distrito de Swat y fue elegida como oradora. Se aprobaron resoluciones sobre temas problemáticos, como el trabajo infantil, y se las enviaron a los funcionarios, con la esperanza de que actuaran sobre estas resoluciones. Alrededor del decimotercer cumpleaños de Malala, la lluvia llegó al valle y terribles inundaciones comenzaron a asolar ciudades y pueblos. Su aldea familiar en Shangla quedó devastada, y aunque el padre de Malala envió toda la ayuda que pudo, hubo poca ayuda extranjera para este desastre.

Swat continuó lidiando con los efectos del régimen talibán, lo que incluía personas desaparecidas y sentencias de muerte. Malala pasaba gran parte de su tiempo orando para ser más alta, ya que a menudo se sentía menos autorizada, por ser bajita, cuando trataba de hablar frente a la gente. Una niña de su clase abandonó la escuela porque se casó tan pronto como llegó a la pubertad, a los trece años. El padre de Malala recibió amenazas de muerte por hablar, pero no se detuvo. Había tensión entre Pakistán y Estados Unidos porque Pakistán creía que la CIA estaba enviando un ejército secreto para infiltrarse en Pakistán porque no confiaban en la propia agencia de inteligencia de Pakistán.

Pronto, Pakistán se enteró de que un equipo de SEAL de la Marina estadounidense había realizado una redada en un complejo en Abottabad y había matado a Osama bin Laden, a quien habían estado buscando desde el 11-S. Al principio, los pakistaníes creían que su propio gobierno había participado, pero pronto se enteraron de que los estadounidenses habían ido solos. Esto no les sentó bien. También se avergonzaban de que Bin Laden hubiera estado escondido en Pakistán durante nueve años sin ser detectado. Mientras tanto, la propia Malala comenzó a ganar más atención internacional, hablando en una gala de alto perfil en Lahore. Recibió medio millón de rupias en efectivo al ganar el primer Premio Nacional de la Paz de Pakistán. El galardón se conoció luego como el Premio Malala y se otorgaría a niños menores de 18 años, lo que preocupó a la madre de Malala, que temía que esto la pusiera en la mira de los talibanes.

Malala continuó ganando premios en metálico por su activismo y, en enero de 2012, ella y su familia viajaron a Karachi, una gran ciudad en la costa sur de Pakistán, porque el gobierno estaba cambiando el nombre de una escuela en su honor. Allí, Malala dio discursos, recorrió escuelas y visitó a sus tíos. También visitaron el mausoleo del fundador de Pakistán, Jinnah, así como el museo que albergaba algunas de sus posesiones y sus discursos sobre la libertad religiosa en Pakistán. Sin embargo, mientras se encontraban en Karachi, recibieron una llamada de su casa que les decía que los talibanes los tenían en la mira. El padre de Malala le sugirió que mantuviera un perfil bajo por un tiempo, o que fuera a un internado, como su hermano, para que estuviera más segura. Pero ella se negó a hacerlo, creyendo que tenían que seguir hablando. El padre de Malala señaló que había una nueva talibanización, excepto que esta vez estaba dirigida específicamente a activistas como ellos, y no al público en general.

En abril de 2012, Malala realizó un viaje escolar a Marghazar, un hermoso y verde valle al que los estudiantes fueron de picnic. Visitaron el Palacio Blanco, que es donde se alojó la reina de Inglaterra cuando visitó el valle de Swat. Sin embargo, cuando regresaron a Mingora, los simpatizantes de los talibanes comenzaron a difundir rumores sobre la participación de la escuela en actividades pecaminosas, siendo ese viaje de estudio una de ellas. Cosas extrañas ocurrieron ese verano, como que personas de los servicios de inteligencia fueran a su casa para hablar con ellos. Malala cumplió 14 años en julio, lo que, según el islam, significaba que era una persona adulta.

Un día, el padre de Malala recibió una llamada de que a su amigo Zahid Khan le habían disparado en la cara, y temían que él fuera el siguiente. Sin embargo, rechazó la seguridad de la policía de Swat porque pensó que eso atraería ataques aún peores que matarían a más personas. También se negó a abandonar el área, debido a su responsabilidad con la escuela. El ejército local insistía en que no había talibanes en Swat, pero Malala y su padre sabían lo contrario.

Malala comenzó a ir en rickshaw a la escuela en lugar de caminar, porque su madre temía por su seguridad. Al final del verano, Malala comenzó a tener sueños extraños, lo que la preocupó, y por lo que constantemente oraba para que Dios protegiera a su familia. Ella también estudió mucho para los exámenes de octubre, decidida a quitarle a Malka-e-Noor su lugar como primera de la clase. El 8 de octubre tomó su primer examen de física, y luego pasó la noche estudiando para el examen de historia y cultura de Pakistán del día siguiente. Después de este examen, Malala tomó el autobús a casa desde la escuela, con el conductor, Usman Bhai Jan, y otras niñas. Este fue el día en que el autobús fue detenido por un hombre extraño que preguntó por Malala y luego le disparó.

Análisis

Después de un largo viaje, las personas rara vez regresan a la misma casa que dejaron. Esto es especialmente cierto para la familia de Malala. Aunque Swat ha sido declarado libre de talibanes, el lugar ha cambiado significativamente debido a la guerra que se desató en su interior, tanto físicamente, debido a los signos de la batalla y la muerte, como mentalmente, ya que la gente de Swat vive ahora en constante temor y aprensión. La propia Malala también ha cambiado: dejó a Swat tres meses antes como una niña asustada, y regresó como una joven endurecida, habiendo visto los verdaderos horrores de la militarización, y resuelta a hablar y hacer algo para detenerla.

Hay un par de modelos femeninos importantes para Malala en estas memorias. Shiza, la estudiante de la Universidad de Stanford originaria de Islamabad, es especialmente significativa. Ella es una mujer pakistaní que ha alcanzado el nivel más alto de educación, precisamente por lo que Malala ha pasado su joven vida luchando. Además, muestra amabilidad y un deseo de ayudar a otras niñas a lograr la misma conciencia del mundo a la que tuvo la suerte de haber estado expuesta, lo que es tan importante para Malala como recibir su propia educación. Ella es un tipo de modelo diferente al de la primera ministra Benazir Bhutto, en el sentido de que es uno mucho más accesible y fácil de comprender, en lugar de un ídolo en un pedestal.

Las memorias de Malala ofrecen una nueva e interesante perspectiva sobre la búsqueda del famoso Osama bin Laden, de al-Qaeda. Los lectores occidentales habrán oído hablar de este evento a través de los medios de comunicación occidentales, contado desde un punto de vista externo. Aquí, Malala da el punto de vista de una persona con información privilegiada, un ciudadano pakistaní normal que se enteró de que un terrorista había estado viviendo dentro de su país por un largo período de tiempo. La incertidumbre, la ira y la vergüenza que Pakistán sintió como resultado de esta revelación es mucho más comprensible después de leer un relato como el de Malala, en lugar de simplemente leer un artículo en los medios.

La visita de la familia a la tumba de Jinnah y la reacción de Malala también son reveladoras. Ella piensa en cómo Jinnah se avergonzaría de Pakistán ahora. Según los principios de Jinnah, Pakistán se fundó para ser una patria musulmana, pero también para ser un lugar donde se toleraran diferentes creencias, ya que los musulmanes habían experimentado la opresión cuando aún formaban parte de la India. La toma del poder por los talibanes va completamente contra todo lo que Jinnah había predicado. Los talibanes no solo persiguen y matan a quienes no son musulmanes, sino que también atormentan a los musulmanes que no adhieren a sus parámetros fundamentalistas, muy específicos y extremadamente brutales. Pakistán ha pasado de un ideal de tolerancia a un ideal de terror en menos de un siglo.

En esta sección, Malala llega a la adultez tanto en edad (según el islam, el decimocuarto cumpleaños marca la entrada en la edad adulta) como en lo que refiere a su comportamiento, ya que lidia con numerosos y difíciles problemas y asume un papel similar al de su padre, pues habla públicamente, y gana premios y la atención de los medios internacionales. Antes de esto, su familia creía que los talibanes no dispararían a una niña. Sin embargo, ahora que Malala se ha convertido en adulta en muchos sentidos, eligen ir tras ella. Este disparo es la marca de su pérdida final de inocencia. Los talibanes la han atacado como lo harían con una adulta, por lo que ella también debe responder con el coraje de una adulta.