Romeo Y Julieta

Romeo Y Julieta Ironía

El Coro adelanta el final trágico

Antes de comenzar el primer Acto de la obra, al público se le ha anunciado el final trágico de los sucesos que van a acontecer en escena. Esto hace que la ironía dramática juegue un rol central en una obra en la que el público sabrá, todo el tiempo, el carácter trágico del final.

La muerte de Mercucio

La muerte de este personaje está plagada de ironías. En primer lugar, antes de iniciarse la reyerta Mercucio le comenta a Benvolio: "Ay, pobre Romeo, que ya está muerto, herido por los ojos negros de una mujer blanca (...). ¿Y este es el hombre que hará frente a Teobaldo?" (Acto II, Escena IV, p.54). La ironía está en que Mercucio dice, figurativamente, que Romeo está muerto, cuando es él mismo el que morirá en instantes. Además, lo hará pensando que su amigo está enamorado de Rosalina, cuando no solo esto no es cierto, sino que será su amor por Julieta la causa, en gran medida, de la situación que terminará con Mercucio muerto. Finalmente, Mercucio se pregunta en este fragmento si es este, es decir Romeo, el que hará frente a Teobaldo, un poco burlándose de él, cuando será él mismo quien se ponga en ese lugar, exponiéndose a la muerte.

Otra ironía en esta muerte es que Mercucio morirá por culpa de Romeo, primero porque ataca a Teobaldo defendiendo su honor, y segundo porque es Romeo el que intenta parar el enfrentamiento, provocando irónicamente el cuchillazo que terminará con la vida de su amigo.

Julieta finge su muerte

Que el plan de Fray Lorenzo para evitar el casamiento de Julieta con Paris consista en fingir el suicidio de Julieta constituye una ironía, en tanto será ese mismo plan el que termine provocando el verdadero suicidio de la joven.

La apariencia de Julieta en la tumba

En la última escena de la obra, cuando Romeo encuentra a su amada en la tumba se sorprende de que la Muerte no tuvo poder alguno sobre su belleza. Es irónico que sus últimas palabras antes de morir por su amada Romeo insista sobre la apariencia de la joven, que no parece muerta, porque de hecho no lo está, aunque él no lo sepa. Aún más irónico es que estas palabras retrasen su suicidio unos minutos, pero no los suficientes como para que aparezca el fraile o despierte Julieta.

Finalmente, está presente aquí también la ironía dramática, ya que el público sí sabe que Julieta está viva.