Mal de amores

Mal de amores Símbolos, Alegoría y Motivos

La botica (Símbolo)

La botica de Diego Sauri en la Casa de la Estrella es un espacio que simboliza el aprendizaje y la herencia de conocimientos. Esto se debe a que allí Emilia comienza a aprender sobre remedios, plantas curativas y diversos asuntos relacionados con la farmacia y la medicina. Esos conocimientos son transmitidos por su padre, Diego, que a su vez los ha heredado de su padre, curandero tradicional de la Isla Mujeres.

La mujer soltera (Motivo)

Esta narración elabora de modo original el motivo de la mujer soltera, presente en muchas novelas de la literatura occidental, sobre todo desde el siglo XIX, cuando comienzan a cuestionarse los roles establecidos para cada género, y muchas mujeres empiezan a reclamar derechos, como el sufragio, el divorcio y la independencia económica. En Mal de amores, el motivo es desarrollado a través de la figura de Milagros, tía y madrina de la protagonista, que elige no casarse, no ser madre y dedicarse activamente a la militancia política. Así, es por decisión propia que esta mujer decide ser soltera, de manera tal que no tener un marido la hace libre y poderosa, en lugar de presentarla como una figura que fracasa socialmente.

La piedra-amuleto (Símbolo)

De pequeños, Emilia y Daniel juegan con piedras que encuentran en el gran jardín de la casona del doctor Cuenca. En una oportunidad, encuentran una muy hermosa, negra, suave y brillante, y, a pesar de que ambos la quieren guardar, Daniel se la queda y la convierte en su amuleto, dejándola debajo de su almohada cada noche. Luego, cuando él parte hacia la escuela donde estudia pupilo, lejos de Puebla, le entrega la piedra a Emilia para que ella lo recuerde. La chica comienza a guardarla bajo su propia almohada. Así, este amuleto simboliza la complicidad, la amistad y el amor que une a ambos personajes desde que son niños.

La llave de la casa de Milagros (Símbolo)

Cuando Milagros se muda a la casa de Rivadeneira, le entrega una copia de la llave a Daniel, para que el muchacho siempre tenga un refugio disponible en Puebla. Este la lleva colgada en el cuello como "certidumbre de que tenía un hogar, de que alguien lo esperaba siempre, de que por más líos y muerte que tragara, tenía la vida a la vuelta de la esquina y no necesitaba sino correr a buscarla" (p. 159). De ese modo, la llave le garantiza la posibilidad de volver siempre a encontrar a Emilia, lo cual queda de manifiesto en la escena final de la novela, cuando ambos se encuentran en aquella casa, ya ancianos. Es así que este objeto funciona como símbolo de los afectos, el refugio y el amor entre Daniel, sus seres queridos y su ciudad natal.

La luz eléctrica (Símbolo)

En Mal de amores, la luz eléctrica es un símbolo de la modernización de México y de la llegada de nuevos tiempos, que se corresponde con el inicio del siglo XX. A su vez, es una marca de la vida moderna que lleva a cabo su protagonista: tal como sostiene su padre, Emilia "vivirá toda su vida en otro siglo" (p. 41), enfatizando que la chica pertenece a tiempos novedosos y diferentes a los que se corresponden con las vidas de sus padres. Esto queda de manifiesto en el contraste entre Josefa, que ha nacido bajo la luz de la luna, y Emilia, que nace con luz eléctrica.