La ciudad y los perros

Personajes secundarios

“El Boa”

El “Boa”, debido a su actitud feroz y gran fuerza física, es otro de los miembros del grupo selecto de quinto año conocido como “El Círculo”, que está conformado por los matones del colegio. Su apodo, que él detesta, viene de su miembro viril notoriamente desarrollado. Boa también es uno de los narradores de la historia, notoriamente uno de los únicos dos en primera persona.

Boa es el mejor amigo del líder del Círculo, El Jaguar. Boa sigue fielmente a su amigo y cumple todas sus instrucciones a pesar de no siempre concordar con ellas debido a que confía en que la inteligencia y temeridad de su amigo siempre prevalecerá. Es el único que defiende al Jaguar cuando toda el aula acusa a este de soplón, y termina agarrándose a golpes con el brigadier Arróspide.

Boa considera vital siempre demostrarse brutal y violento debido a que la naturaleza del colegio premia esas cualidades y crea un sistema en el cual el que no domina es dominado. A pesar de vivir en un universo tan severo y salvaje, Boa tiene una amiga, la perra “Malpapeada” que es la mascota del colegio. Él admira la fidelidad que presenta este animal, convirtiéndose en un escape del mundo en el que se encuentra sumergido, es por eso que su vida gira en torno a ella, como una forma de liberación y transmisión de sensaciones de protección y calor que brinda la inocente criatura. Una interpretación común es que Malpapeada representa al mismo Boa y su relación con la perra es paralela a su relación con El Jaguar, ya que el Boa se mantiene leal y amigable con el Jaguar sin importar qué ocurra o qué abusos este le haga, tal como la Malpapeada hace con el Boa.

Porfirio Cava, "El Serrano"

Porfirio Cava es otro de los integrantes del “Círculo”. Es apodado “el serrano” por ser oriundo de la sierra; también le dicen “el cholo”. Una característica física peculiar suya era que le solían crecer pelos en toda la frente, debiendo afeitarse constantemente, lo que era motivo de la burla de sus compañeros. Después del Jaguar, era el que más batía al Esclavo y a algunos profesores, como a Fontana, el profesor de francés. Era de los pocos alumnos que sentía realmente la vocación militar y su sueño era ser oficial de artillería. A él le encargaron el robo de las preguntas del examen de química, pero en su nerviosismo rompe un vidrio de la ventana por donde entra a cometer la fechoría. Sus amigos del Círculo lo increpan y lo califican de bruto. Delatado por El Esclavo, es degradado públicamente y expulsado, pierde todos los años cursados en el colegio y vuelve a su tierra, en total fracaso. «Los serranos tienen mala suerte, les ocurre lo peor. Es una suerte no haber nacido serrano.», reflexiona el "Boa".

El teniente Gamboa

El teniente Gamboa, tutor de la primera sección, es el encargado de que todo fluya de manera correcta. Desarrolla un papel muy importante dentro de la institución puesto que debe ser modelo y ejemplo para los cadetes, y además el primero en corregir cualquier anomalía dentro de dicha institución. Su método de enseñanza se basaba exclusivamente en una severísima disciplina militar, esta actitud siempre hostil le otorga el respeto que necesita para dirigir esta sociedad en la que prevalece la ley del más fuerte. A pesar de ser constantemente cruel con los cadetes, la mayoría de estos (notoriamente el Jaguar) lo respetan y admiran por su valentía e historia de combate. A diferencia de la mayoría de los otros oficiales del colegio, Gamboa es un militar devoto que cree en la disciplina, la jerarquía y el honor del ejército.

Al ocurrir la muerte de Ricardo Arana (el Esclavo), supuestamente a causa de un accidente, Gamboa recibe una confidencia del cadete Alberto Fernández, quien le asegura que en realidad el Jaguar había asesinado al Esclavo. Frente a tal acusación, Gamboa trata de comportarse siguiendo sus principios éticos y realiza un informe sobre el suceso para sus autoridades, pero estas prefieren mantener la tesis del accidente para evitar un escándalo que pudiera comprometerlos a todos. Después de interrogar personalmente al Jaguar, Gamboa se da cuenta de que es culpable e insiste en una investigación, lo que causa que lo destituyan y lo envíen a un puesto insignificante en una base olvidada de la ciudad de Juliaca.

Al ver esto, el Jaguar le confiesa que mató al Esclavo y le dice que lo informe a sus superiores para recuperar su carrera, pero Gamboa le dice que ya es demasiado tarde para eso y que en cambio él tiene que cambiar su actitud y «sacarle algún provecho a todo esto». La partida de Gamboa tiene un profundo efecto en el Jaguar, quien se siente culpable por todo y es lo que lo lleva a cambiar el curso de su vida.

"El Rulos"

“El Rulos” es otro de los integrantes del “Círculo”, es decir, de los matones de la primera sección del 5.º año. Particularmente se divierte fastidiando al Poeta y algunos creían que lo hacía por envidia. Cuando toda el aula se abalanza sobre el Jaguar, acusándolo de ser el soplón, El Rulos huye y deja desamparado a su amigo. Por esa razón se enemista con el Jaguar, con quien no vuelve a hablar más.

El Brigadier Arróspide

Arróspide es el brigadier de la sección y junto con el Poeta de los pocos “blanquitos” miraflorinos del Colegio, y los únicos de su sección. Era un estudiante muy dedicado, “un chancón”, por lo que lo eligieron brigadier tres años consecutivos. Es quien encabeza a toda el aula contra el Jaguar, gritándole a coro “soplón”.

Raúl “El Negro” Vallano

Vallano es un cadete de origen afroperuano; todos le llaman «el negro», apelativo que en el Perú no es ofensivo a no ser que se diga en un tono despectivo. Se siente orgulloso de lucir el uniforme de cadete en las salidas, pues a decir de él, «el uniforme atraía a las hembritas». Él es quien aconseja a los de su cuadra a visitar a la “Pies Dorados”, la meretriz del jirón Huatica. Suele tener duelos verbales con el Poeta, pero este le gana siempre.

“Pies Dorados”

“Pies Dorados” es el apelativo de una prostituta que atendía en la zona roja de Lima, el jirón Huatica, del distrito de La Victoria. Era una mujer menuda, de cabellos rubios rizados y de piel muy tersa y clara. Su apodo peculiar derivaba por el hecho de que tenía los pies pequeños, blancos y cuidados. Se convierte en la preferida de los cadetes de la primera sección del 5.º año. Cobraba 20 soles y muchos cadetes hacían todo lo posible para juntar esa suma e ir a visitarla los fines de semana, entre ellos el Poeta, que reunía el dinero vendiendo sus novelitas eróticas y escribiendo cartas de amor a pedido. A decir del escritor, la “Pies Dorados” es el único personaje de la vida real que ha sido reproducido fielmente en la novela, comenzando por su apelativo.[7]​

Paulino

Paulino, a quien le dicen «el injerto» por parecer un mestizo de japonés, negro y cholo, atendía un kiosco, llamado “La Perlita”, situado cerca del muro posterior del colegio; allí vendía golosinas y bebidas. Se dedicaba también a introducir clandestinamente en el colegio cigarrillos y pisco, mercadería que ocultaba cuidadosamente y que revendía a precio subido. Los fines de semana se reunían en “La Perlita” algunos alumnos para tomar y fumar. Paulino era homosexual y en una de las escenas de la novela se le describe haciendo sexo oral a un grupo de alumnos, con la promesa de dar premios (diez soles y un botellón de pisco) a quienes “duraran” más.

Otros personajes

  • El capitán Garrido es el superior inmediato del teniente Gamboa y su amigo más cercano en el colegio; también es el único que lo apoya en la investigación de la muerte de Arana y el único oficial que lo despide tras su expulsión del colegio. Él es quien encuentra a Ricardo Arana tirado en el cerro y herido por un disparo durante la campaña de práctica. Es descrito así: «… un hombre alto, de piel pálida, algo verdosa en los pómulos. Le decían Piraña porque, como esas bestias carnívoras de los ríos amazónicos, su doble hilera de dientes enormes y blanquísimos desbordaba los labios, y sus mandíbulas siempre estaban latiendo.»
  • El teniente Huarina. «Pequeño, enclenque, sus voces de mando inspiraban risa, sus cóleras no asustaban a nadie, los suboficiales le entregaban los partes sin cuadrarse y lo miraban con desprecio». Él es uno de los oficiales a cargo de la primera división de quinto año, pero su autoridad es constantemente ignorada en presencia de la del teniente Gamboa. Es a él ante quien el Esclavo denuncia al serrano Cava como el autor del robo del examen de química, pero Huarina se atribuye él solo el mérito del descubrimiento. Cuando Gamboa es trasladado a Juliaca debido a su insistencia en investigar el supuesto homicidio de Ricardo Arana, Huarina toma su lugar, esperando (y fallando en) ganarse el respeto de los estudiantes.
  • El Suboficial Pezoa, «un mestizo pequeño y musculoso, de grandes fauces carnívoras. Juega muy bien al fútbol y su patada es violentísima». Los cadetes insolentes le apodan “rata”, ya que siempre se encarga (con gran placer) de repartir los castigos a los cadetes. Es el personaje más odiado de todo el colegio.
  • El Suboficial Joaquín Morte, acompaña al suboficial Pezoa.
  • El Teniente de servicio Pedro Pitaluga, amigo y compañero de Gamboa desde los días de la escuela militar.
  • El Comandante Altuna, hombre alto y corpulento; era un personaje «silencioso y huidizo, rara vez se lo veía por las cuadras o las aulas».
  • El Coronel, director del colegio, un hombre bajo y muy gordo, que «tenía los cabellos casi blancos y usaba anteojos; tras los cristales se velan unos ojos grises, hundidos». Es quien convence al Poeta para que desista de su denuncia sobre el supuesto asesinato del Esclavo.
  • El Mayor: tercero al mando, aparece cuando el teniente Gamboa y el Capitán Garrido presentan el parte sobre la muerte del cadete Arana y es el que pasa el informe sobre el comportamiento ante sus superiores sobre el teniente Gamboa.
  • El profesor de Química, un hombre escuálido y cohibido.
  • Fontana, el profesor de francés. Según el mismo autor, este personaje se inspira en el poeta César Moro, que en efecto fue profesor del colegio Leoncio Prado.[8]​ Por sus maneras finas y su voz aterciopelada es calificado como "marica" por los alumnos; los más insolentes le escupen mientras está de espaldas en la pizarra o hacen ruido con hojillas de afeitar mientras da la lección. Fontana soporta estoicamente todo y nunca llama al oficial de guardia para que imponga el orden, a excepción de una sola vez, cuando el teniente Gamboa intervino, experiencia de la que quedó avergonzado.
  • El capellán del colegio es un cura rubio y jovial, que pronuncia sermones patrióticos, predicando el amor a Dios y a la patria. Sin embargo, no se oponía a las diferentes agresiones que se presentaban en el colegio.

Debemos también mencionar a los personajes de las historias alternas:

  • Los amigos y familiares del Poeta: sus padres, sus amigos El Bebe, Emilio, Tico y Pluto, su enamorada Marcela, entre otros.
  • Los amigos y familiares del Jaguar: su madre Domitila, su amigo el flaco Higueras (quien le ingresa al mundo de la delincuencia), sus compañeros ladrones, sus padrinos que le acogen, etc.
  • Los padres del Esclavo Ricardo Arana.

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