La ciudad y los perros

Personajes principales

Alberto Fernández, El Poeta

Alberto Fernández cursa el último año en el colegio militar Leoncio Prado (primera sección del quinto año), en donde es conocido como El Poeta por su destreza para escribir novelitas pornográficas y cartas de amor a cambio de dinero y cigarrillos. Es de tez blanca y vive en el barrio de Miraflores.

Alberto apenas era un niño cuando entró al colegio y venía de una familia desintegrada. Como a la gran mayoría, le costó acostumbrarse al nuevo estilo de vida que le imponía la institución.

El Poeta, al igual que los demás estudiantes leonciopradinos, debe asumir una doble identidad: dentro del colegio, como él mismo declara, debe mostrarse insensible, rudo y hosco, y no siendo un buen peleador, se las ingeniaba para no involucrarse en riñas, de esta manera evitaba que lo “fregaran”, lo que en el lenguaje de los leonciopradinos implicaba desde bromas de mal gusto hasta abusos sexuales. Por otro lado, fuera del colegio, con sus amigos, el Bebe, Emilio, Tico y Pluto, su comportamiento era totalmente diferente: con ellos no tenía que mostrarse insensible o arisco, ya que con ellos no se enfrentaba a situaciones estresantes ni violentas.

A pesar de ser muy diferentes, Alberto llega a convertirse en el único amigo de Ricardo (el Esclavo), sin embargo, se enamora de Teresa, el interés amoroso de Ricardo, demostrando así la poca valoración que le daba en ese entonces a la amistad que mantenía con el Esclavo.

En una práctica de tiros realizada por la institución, el "Esclavo" fallece. Alberto asume que su muerte fue una venganza contra el Esclavo por haber delatado al serrano Cava por el robo de un examen. Luego de lo sucedido Alberto siente la necesidad de encontrar el culpable de la muerte de su amigo, para lograrlo confiesa todos los actos no permitidos dentro del colegio (fumar, beber alcohol, etc.) lo cual le produce una serie de conflictos con el Jaguar.

El Jaguar

Proveniente del distrito chalaco de Bellavista, el Jaguar es un joven de temperamento fuerte, ágil y valiente, cuyo carácter se fue formando por el contexto social bajo en el que se desenvolvía. Al entrar en el colegio militar demuestra su personalidad imponente al no permitir que lo bauticen, rompiendo así con la tradición del alumnado. Él mismo se autodenomina el Jaguar, por su agilidad para esquivar los golpes y su destreza para darlos. A partir de esta denominación, El Jaguar toma la iniciativa de agrupar a sus compañeros en el “Círculo” con el objetivo de imponer un espíritu de lucha y audacia ante la violencia e injusticia en la que vivían.

Dentro de este ambiente El Jaguar juega un rol muy importante, toda la vivencia dentro del Colegio Militar hace que este joven ante cualquier problema que se le presente utilice todos los medios que posee para defenderse. El Jaguar no se rinde ante ninguna situación, mostrando así su sentimiento de superioridad ante los demás; no se deja pisotear por nadie, ejerciendo así el control de poder que tiene ante sus compañeros.

El Jaguar está presente a lo largo de toda la obra, no solo en la trama central ambientada en el Leoncio Prado, sino en diversos relatos que se intercalan a lo largo de ella; pero su identidad no queda clara al principio: es un adolescente que narra en primera persona su vida previa a su entrada al colegio militar, cuando vive con su madre en una modesta casa cerca de la plaza de Bellavista y asiste al colegio 2 de Mayo del Callao; cuenta también sus intentos de enamorar a su vecina, una chica de su edad llamada Teresa, a quien suele visitar a la salida de su colegio (el Rosa de Santa María); relata también la manera en que, influenciado por malas compañías, termina dedicándose al robo; luego huye de su casa y pasa a vivir con sus padrinos, quienes finalmente lo envían al Colegio Militar. En la última parte de la novela se desvela el misterio de este muchacho: se trata del mismo Jaguar, quien así se hace dueño de la historia y termina casándose con Teresa, su amiga y enamorada de infancia. Podría definirse así como el héroe de la novela.

Ricardo Arana, El Esclavo

Es uno de los personajes protagónicos de la novela. Este personaje se caracteriza por su actitud sumisa y dócil, producto de una infancia en la cual las mujeres fueron elemento decisivo. Debido a esto, su padre, un hombre autoritario, decide enviarlo al Colegio Militar Leoncio Prado donde recibe un gran bautizo en presencia de sus compañeros con la intención de convertirlo en “hombre”.

Dentro de este internado, donde imperaba la ley del más fuerte, Ricardo recibe el sobrenombre de “El Esclavo”, ya que toma el rol de víctima ante sus compañeros.

Pese a la pasividad de este personaje, se evidencia también su lado sentimental al demostrar el gran cariño que secretamente guardaba por Teresa, una muchacha que conoció antes de entrar al colegio. Sin embargo, un trágico destino le deparaba al Esclavo, puesto que finalmente moriría de un disparo en la cabeza, posiblemente siendo un asesinato del Jaguar a modo de venganza. Este lamentable suceso llegó a ser rápidamente encubierto por las autoridades del plantel, ya que su prioridad era mantener el prestigio de esta reconocida institución.

Teresa

Es el personaje femenino más importante de la novela. El autor nos revela a Teresa como una muchacha complaciente, pulcra y delicada, proyectando así ser un icono de perfección femenil en la vida de los tres personajes principales (El Esclavo, el Jaguar y el Poeta). Llegando a ser el interés amoroso de los mismos en determinadas partes de la obra.

Todos los hombres tienen puntos en común a pesar de las diferencias socio-económicas y culturales y es debido a que están basadas en la propia esencia humana, esto es lo que Mario Vargas Llosa en su libro La ciudad y los perros quiere comunicar por medio de Teresa. Coinciden en anhelar lo que no tienen, en el deseo de ser amados, en la necesidad de espiritualidad, entre otros.

Mario Vargas Llosa resalta la dimensión humana, siendo esta más relevante que lo físico y lo económico. Al mostrar a Teresa como una persona digna y limpia a pesar de estar sumida en la pobreza, recalca que no se pierde la humanidad por la falta de recursos.

Para los protagonistas que se enamoran de Teresa, ella representa lo que ellos tuvieron que dejar para sobrevivir en el colegio militar. Para el Esclavo, la paz que anhelaba tras una vida dura y cruel. Para el Poeta, la inocencia perdida cuando es obligado a entrar al colegio. Y para el Jaguar, la vida doméstica que nunca tuvo.

Al comenzar la obra, el escritor nos relata la obsesión del Jaguar por Teresa y todo lo que hace a causa del amor que siente por ella. De pequeño, este personaje (El Jaguar) siempre ansiaba estar junto a ella, la buscaba para estudiar y la perseguía en su camino al colegio constantemente.

Más adelante, perdiendo de vista al Jaguar aparece el Esclavo. Este pretendía inocentemente a Teresa. Luego, a causa del Esclavo, El Poeta conoce a Teresa y de igual forma comienza a verla como los otros. Tan perfecta, tan pura (a pesar de saber que era el interés de su mejor amigo). Pero tras la muerte del Esclavo notamos que estas ilusiones afectivas hacia Teresa son desechadas.

Finalmente los caminos de Teresa y del Jaguar se vuelven a juntar. Este, tras abandonar el colegio militar la vuelve a encontrar y le propone matrimonio. Teresa acepta.


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