La caída de la Casa Usher

La caída de la Casa Usher Resumen y Análisis Parte 1

Resumen

El narrador describe su llegada a caballo a la solitaria casa de Roderick Usher, una inmensa y decrépita mansión cuya sola presencia le produce un miedo irracional. Entre las características singulares de la mansión destacan las ventanas, que parecen ojos, y una fisura zigzagueante en la piedra. Si bien son amigos de la infancia, han pasado largos años desde la última vez que Usher y el narrador se vieron, y su visita a la casa responde a una petición que Usher le envía por carta, en la que le describe cierto desorden mental que lo aqueja y manifiesta su necesidad de compañía. Debido al tono urgente de la carta, el narrador accede a este "requerimiento singularísimo" (p.319). Usher, nos informa el narrador, siempre fue excesivamente reservado y algo misterioso. Pertenece a una familia antigua que nunca ha producido "una rama duradera" (p.319), y es ahora el único descendiente masculino de su linaje.

Mientras cabalga en dirección a la mansión, el narrador examina su particular apariencia. La familia Usher, a través de los siglos, ha servido como mecenas de numerosos artistas, por lo cual el narrador no se sorprende por su estética, aun cuando el edificio, presuntamente bello, ya no se encuentra en su esplendor. Aunque los signos de deterioro y abandono son notables, y las paredes están llenas de grietas, el edificio en su conjunto no da la impresión de estar pronto a desmoronarse.

Análisis

“La caída de la casa Usher” es uno de los relatos representativos del terror gótico, tanto por su estilo como por los temas que desarrolla. El gótico se ha convertido en una presencia central en la literatura y la cultura desde su creación en el segunda mitad del siglo XVIII. Sus principales características se mantienen, aunque han evolucionado a lo largo de los siglos como respuesta a los cambios en la sociedad. Aunque el gótico primero apareció en Europa, especialmente en Inglaterra y Alemania, no fue hasta su llegada a Estados Unidos que hubo una clara evolución en el género literario, especialmente a través del maestro de la ficción gótica, Edgar Allan Poe. Su adaptación de elementos góticos a un ambiente muy diferente, y la incorporación de nuevas características, dieron un giro nuevo e innovador a los modelos góticos que venían del antiguo continente. De hecho, “La caída de la casa Usher”, publicado por primera vez en 1939, puede tomarse como texto maestro para este nuevo tipo de gótico, como veremos a lo largo de todo el análisis.

Como hace con muchos de sus cuentos, Poe comienza "La caída de la casa Usher" con un epígrafe que, de forma ambigua y misteriosa, adelanta alguno de los sucesos y temas del relato: "Son coeur est un luth suspendu; Sitot qu'on le touche il resonne" (p. 317). Se trata de un verso del poeta francés Pierre Jean de Beranger, que puede traducirse de la siguiente manera: "Su corazón es un laúd suspendido; cada vez que se lo toca, resuena". El pasaje ilustra la fragilidad propia del personaje principal, Roderick Usher, un aristócrata en decadencia cuyos nervios se encuentran alterados, y quien parece siempre al borde del colapso. Además, los instrumentos de cuerda tienen cierta relevancia dentro de la propia historia de Usher, quien toca la guitarra y compone poemas que acompaña con melodías. En el poema, el corazón se compara con el laúd y queda asociado a la fragilidad y a la tensión de las cuerdas del instrumento. Suspendido en el aire, el instrumento no puede funcionar por sí mismo, sino que necesita de alguien más que desencadene sus sonidos. En este sentido, es la llegada del narrador a la vida de Usher lo que parece desencadenar el fatal desenlace del viejo aristócrata.

El narrador del cuento es un narrador testigo en primera persona, que sirve como condición de posibilidad para que el lector pueda enterarse de los acontecimientos que envuelven la ruina definitiva del linaje de los Usher. Se trata de un narrador poco fiable, que observa una realidad extraña e intenta comprenderla, aunque esta se escape de la lógica. Así, al lector se le presentan los hechos atravesados por la subjetividad del narrador, quien aparece todo el tiempo sugestionado por la atmósfera lúgubre de la mansión de los Usher.

En este sentido, la focalización narrativa se convierte en uno de los principales dispositivos del cuento para lograr el efecto de ambigüedad y vacilación propio del relato fantástico, presente también en el relato gótico: la mirada subjetiva y poco fiable del narrador a través de la cual se presentan eventos confusos y de difícil interpretación generan en el lector una vacilación que relativiza todos los significados e introduce la otredad, algo que no es natural, confunde y perturba por pertenecer al orden lo siniestro. Tal como lo plantea el famoso teórico Tzvetan Todorov, el relato fantástico debe cumplir tres condiciones. Primero, el lector debe vacilar entre una explicación natural y una sobrenatural de los hechos. En segundo lugar, esta vacilación puede ser sentida también por los personajes, y así se transforma también en uno de los temas de la obra. Finalmente, el lector debe adoptar una actitud frente al texto, es decir, debe decidir si considerar los hechos que se plantean como sobrenaturales o no. Estas tres condiciones se cumplen en “La caída de la casa Usher”. El relato se ha convertido en uno de los cuentos fantásticos más famosos de la literatura norteamericana, y sus interpretaciones siguen intrigando a los críticos hasta la actualidad.

Como el nombre del relato indica, se puede considerar que la mansión es el elemento estrella del cuento, y todos los temas giran en torno a su imponente y tenebrosa presencia. El espacio en el que transcurre la historia es la casa de la familia Usher, una mansión que inmediatamente remite a los castillos en ruinas que pueblan los escenarios tradicionales del gótico europeo. Se trata de una casa aislada, misteriosa, que comparte muchas características con una mansión arquitectónicamente gótica prototípica, repleta de ventanas altas e inaccesibles, largos pasillos oscuros y cargados de resonancias ominosas y techos que se pierden en la altura.

Cuando el narrador llega al lugar, la descripción que da de la mansión Usher evoca la figura de un ser vivo y se carga de apreciaciones que reflejan la personalidad de sus habitantes: “Miré el escenario que tenía delante -la casa y el sencillo paisaje del dominio, las paredes desnudas, las ventanas como ojos vacíos, los ralos y siniestros juncos, y los escasos troncos de árboles agostados…” (p. 317). El espacio del cuento es un factor determinante de la historia: del horror externo, físico, de la mansión se pasa luego al terror psicológico interno que carcome a Roderick Usher y termina empujándolo a la muerte.

Una comprensión del terror del orden de lo siniestro y lo extraño se despliega en la representación del paisaje: los elementos cotidianos que componen el hogar son descritos de manera tal que generan en el lector una sensación de malestar y de tensión. El narrador presenta toda esta visión del espacio de forma ambigua, cargada de dudas y temores:

Me vi obligado a incurrir en la insatisfactoria conclusión de que mientras hay, fuera de toda duda, combinaciones de simplísimos objetos naturales que tienen el poder de afectarnos así, el análisis de este poder se encuentra aún entre las consideraciones que están más allá de nuestro alcance. Era posible, reflexioné, que una simple disposición diferente de los elementos de la escena, de los detalles del cuadro, fuera suficiente para modificar o quizá anular su poder de impresión dolorosa; y, procediendo de acuerdo con esta idea, empujé mi caballo a la escarpada orilla de un estanque negro y fantástico que extendía su brillo tranquilo junto a la mansión; pero con un estremecimiento aún más sobrecogedor que antes, contemplé la imagen reflejada e invertida de los juncos grises, y los espectrales troncos, y las vacías ventanas como ojos (p. 318).

Estos elementos convierten a la mansión en la prototípica casa embrujada y la fuente de inspiración de más de un siglo y medio de producciones artísticas, desde la literatura hasta la televisión y el cine.

Un concepto fundamental para analizar la construcción y los efectos del relato gótico y de “La caída de la casa Usher” es el de lo siniestro (o, también, lo extraño), traducción al español del término uncanny en inglés y el unheimlich alemán, que Freud acuñó en 1919 en su famoso ensayo “Lo siniestro”. Tal como lo plantea Freud, lo siniestro es una clase de terror que surge de algo antiguo y largamente familiar. El término en alemán un-heimlich es una negación del adjetivo “hogareño”, y Freud la utiliza para designar algo que debería resultar acogedor pero que se vuelve extraño e inquietante, como si sobre lo hogareño operara un extrañamiento y aquello se convirtiera en algo amenazante, oscuro y misterioso. Esta sensación de lo extraño o siniestro es la que se construye todo a lo largo del cuento. Algo del cotidiano de Roderick Usher lo está atormentando y aterrando hasta la locura; la mansión toda se carga de una atmósfera extraña y lúgubre que aterra a los personajes, aunque estos no pueden decir exactamente qué es lo que la genera.

Freud, por otra parte, argumenta que esa sensación amenazante de lo cotidiano surge de las manifestaciones de las propias emociones y recuerdos reprimidos, y que el inconsciente confunde la percepción racional del entorno y la carga de una sensación inquietante, como si algo estuviera fuera de lugar. Así, los miedos y las ansiedades del individuo parten de su interior y se vuelcan sobre su entorno hasta desdibujarlo y convertirlo en un lugar amenazante.

Tras las descripciones ominosas que el narrador hace de la mansión, en su primer encuentro con Usher, este personaje establece un vínculo entre lo que describe como su locura y la influencia que la casa ejerce sobre él. En el siguiente pasaje, por ejemplo, puede observarse cómo lo siniestro opera sobre la percepción de la casa; cómo las afecciones de Usher se vuelcan sobre el espacio y, en sentido contrario, cómo el espacio parece generar la locura del personaje:

Estaba dominado por ciertas impresiones supersticiosas relativas a la morada que ocupaba y de donde, durante muchos años, nunca se había aventurado a salir, supersticiones relativas a una influencia cuya supuesta energía fue descrita en términos demasiado sombríos para repetirlos aquí; influencia que algunas peculiaridades de la simple forma material de la casa familiar habían ejercido sobre el espíritu, decía, a fuerza de soportarlas largo tiempo; efecto que el aspecto físico de los muros y las torrecillas grises y el oscuro estanque en el cual éstos se miraban había producido, a la larga, en la moral de su existencia” (pp. 323-324).

En la sección siguiente, analizaremos en mayor profundidad la relación y los paralelismos que se establecen entre la personalidad de los personajes y la atmósfera de la mansión.