El odio que das

El odio que das Imágenes

El asesinato de Khalil

Toda la escena de la muerte de Khalil se describe a través de imágenes sensoriales que tienen como objetivo enfatizar el horror de la situación:

¡Pum!

Uno. El cuerpo de Khalil se sacude. La sangre le borbotea por la espalda. Se agarra de la puerta para mantenerse en pie.

¡Pum!

Dos. Khalil suelta un grito ahogado.

¡Pum!

Tres. Khalil me mira, estupefacto.

Cae al suelo (31).

Más adelante, el horror se pronuncia aún más mientras la vida abandona su cuerpo y Starr intenta, sin lograrlo, detener su muerte:

“Khalil está mirando al cielo fijamente como si esperara ver a Dios. Tiene la boca abierta como si quisiera gritar (…). Mamá me dijo una vez que si le disparaban a alguien, tratara de detener el sangrado, pero hay tanta sangre. Demasiada sangre. (…) Khalil no se mueve. (…) Su cuerpo se pone rígido. Alguien grita” (31-32).

Garden Heights

El barrio en el que vive Starr junto a su familia aparece descrito en múltiples oportunidades, sobre todo en comparación con otros barrios de mayor poder adquisitivo. Aunque Starr aprecia su barrio y la comunidad que lo habita, lo cierto es que muchas veces este se presenta como un lugar sucio, ruidoso y un tanto sórdido. Esta descripción, por ejemplo, se produce mientras entrevistan al padre del oficial Cruise: “Me pongo tensa mientras muestran imágenes de mi barrio, mi hogar (…): los adictos que se pasean por las calles, las deterioradas unidades habitacionales de Cedar Grove, los pandilleros haciendo señales con las manos, cuerpos en las aceras cubiertos de sábanas blancas” (243).

Este tipo de imágenes son constantes en toda la novela, pero se pronuncian aún más cuando comienzan los disturbios por el injusto asesinato de Khalil. En ese momento, las descripciones pintan el barrio como un verdadero campo de batalla:

Ya se ha desatado.

Los King Lords y los Discípulos pisotean el parabrisas. Luego alguien grita: ¡Volcad al hijo de puta!

Los pandilleros se bajan de un salto. La gente se forma a un lado del coche. Miro las luces de encima, pensando en las que destellaban detrás de mí y de Khalil, y veo cómo desaparecen mientras vuelcan el coche.

Alguien grita: ¡Cuidado!

Un coctel Molotov sale volando hacia el coche. Luego ¡pum!, estalla en llamas (384).

El barrio residencial

En contraste con Graden Heights, el barrio residencial privado en el que vive el tío de Starr, Carlos, pero también su novio Chris y su amiga Maya, destaca por su belleza, su luminosidad y su apacible silencio:

Solía pensar que el sol brillaba más aquí, en el barrio del tío Carlos, pero hoy realmente es así: no hay humo persistente en la atmósfera y el aire está más fresco. Todas las casas son de dos pisos. Los chicos juegan en las aceras y en los grandes patios. Hay puestos de limonadas, ventas de garage y mucha gente haciendo deporte. Incluso con todo eso, hay un gran silencio (156).

En general, las casas del barrio de Carlos tienden a ser lujosas y agradables, pero la de Chris merece una mención aparte.

La casa de Chris

La casa de Chris se describe mediante imágenes sensoriales que dan cuenta del lujo y confort con el que vive:

Casi toda la casa de Chris parece demasiado elegante como para vivir ahí. Esculturas, óleos, candelabros. Un museo más que hogar. La suite de Chris en el tercer piso parece mucho más normal. Hay un sillón de piel en su habitación, con ropa encima, justo en frente de la pantalla de plasma y los videojuegos. El suelo está pintado para que parezca media cancha de baloncesto, y puede jugar con una canasta real que está fijada en la pared. Su cama tipo California extragrande fue mandada a hacer por encargo, cosa bastante rara (366).

Esta descripción detallada transmite el alcance de la riqueza de Chris y hace que el contraste con la casa de Starr y, por lo tanto, con sus antecedentes y experiencias, sea muy pronunciado.