Edipo Rey

Edipo Rey Edipo Rey: Edipo y Aristóteles

En su Poética, Aristóteles describe los ingredientes necesarios para una buena tragedia, y basa su fórmula en lo que él considera la tragedia perfecta: Edipo Rey de Sófocles. Según Aristóteles, una tragedia debe ser una imitación de la vida en forma de historia seria que se completa en sí misma. En otras palabras, la historia debe ser realista y con un enfoque reducido.

Una buena tragedia, según el filósofo, produce lástima y miedo en sus espectadores, causando que los ellos experimenten un sentimiento de catarsis. Catarsis significa en griego "purgación" o "purificación". Recorrer toda la gama de estas emociones fuertes hace que los espectadores se sientan eufóricos, de la misma manera que a menudo afirmamos que llorar puede hacer que alguien se sienta mejor.

Aristóteles también describe las características de un héroe trágico ideal. Debe ser "mejor que nosotros", un hombre que es superior al hombre promedio de alguna manera. En el caso de Edipo, es superior no solo por su posición social, sino también porque es inteligente. Recordemos que es la única persona que puede resolver el enigma de la Esfinge. Al mismo tiempo, un héroe trágico debe evocar lástima y miedo. Aristóteles afirma que la mejor manera de hacer esto es si el héroe trágico es imperfecto. Un personaje con una mezcla entre el bien y el mal es más convincente que un personaje que es simplemente bueno. Y Edipo está lejos de ser perfecto. Aunque es un hombre inteligente, es ciego a la verdad y se niega obstinadamente a creer las advertencias de Tiresias. Aunque es un buen padre, sin querer engendró hijos en incesto. Un héroe trágico sufre debido a su hamartia, palabra griega que a menudo se traduce equivocadamente como "defecto trágico" pero que realmente significa "error". El error de Edipo, matar a su padre en el cruce de caminos, se comete sin saberlo. De hecho, para él no hay forma de escapar de su destino.

El enfoque en el destino revela otro aspecto de una tragedia tal como la describe Aristóteles: la ironía dramática. Las buenas tragedias están llenas de ironía. El público ya conoce el resultado de la historia, pero el héroe no, lo que hace que sus acciones parezcan penosamente ignorantes frente a lo que está por venir. Cada vez que un personaje intenta cambiar su destino, resulta irónico para una audiencia que sabe que el trágico resultado de la historia, ya conocida por el mito, no se puede evitar.