Decamerón

Decamerón Símbolos, Alegoría y Motivos

La peste negra (Símbolo)

En el Decamerón, la peste negra representa una amenaza inminente que pone en riesgo la vida de los florentinos. Simboliza el horror y el miedo a la muerte, y es un constante recordatorio de la mortalidad y la fragilidad humana. Además, también representa la corrupción y el caos social que surgen en momentos de crisis. En el contexto de producción de la época, como nadie entendía por qué moría tanta gente, muchos la consideraban una plaga divina, y estos jóvenes son testigos desde tan cerca que abandonan la ciudad con la esperanza de que les vaya mejor en la pequeña sociedad que conforman. De tal manera, la peste negra es también el incidente desencadenante de esta colección de relatos.

El jardín (Símbolo)

El jardín como locus amoenus (lugar ameno) es un lugar común en la literatura medieval que simboliza la vida y la naturaleza. En el Decamerón, el jardín representa un espacio de escape y de refugio frente a la realidad cruel de los personajes.

Los diez jóvenes (Símbolo)

Las siete señoras y los tres jóvenes que conforman el “honesto grupo” (p.108) del Decamerón representan el destino de la humanidad. Los diez jóvenes representan la vida por su juventud. Las mujeres tienen el objetivo puesto en su supervivencia, que es la razón por la que abandonan la ciudad. También, por eso, hay tres hombres con ellas: porque consideran necesario que, para organizarse y sobrevivir en la campiña italiana, necesitan guía y mando masculinos.

La narración (Símbolo)

El Decamerón pone en escena dos acciones propias de los humanos: jugar y contar historias. El juego que proponen es que cada día habrá un rey o una reina que disponga qué se debe contar. Entonces, durante diez días, cada uno de los jóvenes cuenta una historia al día. Estas historias tratan diversos temas, no necesariamente vinculados entre sí, pero juntas forman un compendio de los tipos de relatos que cuenta la gente. Se completa así una descripción simbólica de la narración como arte de la humanidad.

Numerología (Símbolo)

Al igual que en la Divina Comedia, el Decamerón sigue una estructura simbólica en torno a los números. Entre las historias hay múltiples usos de la numerología y el simbolismo, pero el mayor uso de la numerología se encuentra en el relato-marco. Las siete doncellas y tres jóvenes conforman un número de diez personas. El libro abarca dos semanas de tiempo, pero dos días de la semana, viernes y sábados, los jóvenes celebran ritos religiosos sin contar cuentos. De esta manera, los diez jóvenes cuentan diez cuentos –cada joven, uno por día– durante diez días, dando un total de cien, el número perfecto, como también la Divina Comedia está compuesta de cien cantos.

El embacuador (Motivo)

El Decamerón es famoso por el modo hilarante y juguetón en el que se desarrollan varias de sus historias. Dentro de estos relatos cómicos, surge una figura arquetípica común a la literatura universal y a la mitología, la del “trickster”: “pícaro” o “embaucador”. El embaucador puede considerarse un catalizador, que utiliza el engaño y las bromas para provocar una serie de conflictos en la trama y de reveses en el destino. Algunos personajes que entran en este arquetipo son Micer Ciappeleto, el hombre ruin que finge ser un santo, o Masetto, el labrador que finge ser sordomudo para tener relaciones con las monjas.

El vestido (Motivo)

En el último cuento del Decamerón, el décimo de la Décima Jornada, la honesta y paciente Griselda es sometida a una serie de cambios en su vestimenta que representan el modo en que su marido la pone a prueba modificando su condición social. Así, primero la desnuda y le pone un vestido para desposarla y convertirla en marquesa. Luego, cuando pretende que no desea ser más su esposa, la obliga a retornar a su aldea vistiendo solo una camisa, exponiéndola a la deshonra. Finalmente, la vuelve a vestir con ropa digna de marquesa, logrando que la vestimenta exprese de forma exterior la interioridad de esta campesina pobre de condición, pero rica en virtud.