Narración enmarcada
El Decamerón empieza con un breve proemio,[4] preámbulo en el que el autor habla en nombre propio. Por cuestiones de amor decide consagrar un poco de su tiempo a los placeres de un público lector principalmente femenino.
La primera jornada viene precedida de una descripción de la peste y del relato de cómo se produjo el encuentro fortuito de los narradores de estas historias. El Decamerón contiene así una descripción de los efectos físicos, psicológicos y sociales que la peste bubónica ejerció en esa parte de Europa.
¡Cuántos valerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes gallardos a quienes no otros que Galeno, Hipócrates o Esculapio hubiesen juzgado sanísimos, desayunaron con sus parientes, compañeros y amigos, y llegada la tarde cenaron con sus antepasados en el otro mundo! [5]
Mientras Florencia sufre la muerte, siete jóvenes (amigas, parientes o vecinas) de la alta sociedad florentina se encuentran por azar un martes por la mañana reunidas en la desierta iglesia de Santa María Novella. Después de la misa, se pusieron a charlar.
Evocando la situación sanitaria, Pampinea lanza la idea de retirarse de Florencia y marchar a una villa abandonada en el campo de Fiesole durante dos semanas. Todas aprueban la idea, aunque Filomena advierte del peligro de dejar la sociedad sin ningún hombre que las rija. Y la joven Elisa la apoya:
En verdad los hombres son cabeza de la mujer y sin su dirección raras veces llega alguna de nuestras obras a un fin loable: pero ¿cómo podemos encontrar esos hombres? Todas sabemos que de los nuestros están la mayoría muertos, y los otros que viven se han quedado uno aquí otro allá en distinta compañía, sin que sepamos dónde, huyéndole a aquello de que nosotras queremos huir, y el admitir a extraños no sería conveniente; por lo que, si queremos correr tras la salud, nos conviene encontrar el modo de organizarnos de tal manera que de aquello en lo que queremos encontrar deleite y reposo no se siga disgusto y escándalo. Boccaccio Decamerón, Primera jornada.[6]
Entraron entonces en la iglesia tres jóvenes, "que no lo eran tanto que no fuese de menos de veinticinco años la edad del más joven": Pánfilo, Filostrato y Dioneo. Introducen a los jóvenes en su proyecto. Pasado el primer instante de sorpresa, aceptan acompañarlas, como voluntarios y porque uno de ellos ama a Neifila, precisa Boccaccio. Pampinea es designada reina de la jornada y organiza la partida.
Al día siguiente, miércoles, abandonan Florencia y se refugian en una campiña idílica a unas dos millas.[7] Boccaccio describe el lugar como un paraíso terrenal:
Estaba tal lugar sobre una pequeña montaña, por todas partes alejado algo de nuestros caminos, [...]; en su cima había una villa con un grande y hermoso patio [...], con pradecillos en torno y con jardines maravillosos y con pozos de agua fresquísima[8]
La Naturaleza es omnipresente en la descripción y ocupa un lugar central para los personajes. En otros momentos del relato mencionará pájaros cantores, hierbas húmedas de rocío, una guirnalda de laurel y un delicioso jardín.[9]
Para pasar las tardes, cada miembro del grupo narra una historia cada noche, excepto un día a la semana, que hay que dedicarla a hacer labores, y los días sagrados en los que no se trabaja en absoluto, lo que da lugar a diez noches de narración a lo largo de dos semanas. De esta manera, al terminar la quincena, han contado cien cuentos. Aunque, en realidad, la obra comprende un total de 101 cuentos, pues en la introducción a la cuarta jornada, Boccaccio introduce otra historia.
Personajes
A Tale from Decameron por John William Waterhouse, 1916, Lady Lever Art Gallery, Liverpool.Boccaccio indica que los nombres que dio a estos diez personajes son de hecho seudónimos «elegidos apropiadamente de acuerdo a las cualidades de cada uno». Los nombres italianos de las siete mujeres, en el mismo orden significativo según el texto original son: Pampinea, Fiammetta, Filomena, Emilia, Laureta, Neifile y Elissa. Los nombres de los varones son: Pánfilo, Filostrato y Dioneo.
... les daré un nombre apropiado, en todo o en parte, a su carácter y a sus cualidades.[10]
Sus nombres son:
- Pampinea ("la exuberante"), reina de la primera jornada. Es la mayor de la brigada, con veintisiete años. Toma siempre la iniciativa.
- Filomena ("amante del canto" o quizá "aquella que es amada"), reina de la segunda jornada, es optimista y vital.
- Neifile ("nueva amante"), reina de la tercera jornada. Destaca por su belleza.
- Filostrato ("vencido por el amor"), rey en la cuarta jornada. Es un joven profundamente melancólico.
- Fiammetta (la dama amada por Boccaccio), reina de la quinta jornada. Hay quien ve en ella el retrato de una mujer real, María de Aquino. Inteligente, bella y decidida, según algunos estudiosos, es una figura que se repite en Boccaccio y que equivaldría a la Beatriz de Dante o la Laura de Petrarca.
- Elisa (otro nombre de Dido, reina de Cartago en la Eneida de Virgilio), reina en la jornada sexta. Docta y prudente, de una dignidad no exenta de aristocracia, considera que la mujer necesita estar bajo el mando de un hombre para obrar correctamente.
- Dioneo ("lujurioso", de Dione, madre de Venus, spurcissimus dyoneus se definía Boccaccio a sí mismo en una carta juvenil), rey de la jornada séptima. Muchos autores han argüido que Dioneo expresa las opiniones del propio Boccaccio.[11] Resulta ser un personaje muy transgresor. No se adapta al tema de cada jornada, sino que explica una historia libremente, sin relación con los relatos de los otros.
- Lauretta, reina de la jornada octava. Es paradigma de la justicia y la sumisión femenina al hombre.
- Emilia, reina la novena jornada, es muy narcisista. Da señales de un cierto egocentrismo y tiene una peculiar relación con Dioneo, tan solo insinuada por el autor.
- Pánfilo, el último rey. Su nombre en griego significa "el que lo ama todo" y efectivamente, da señales de un gran "amor por el amor", de un cierto apasionamiento. Sus historias acostumbran a tener un marcado mensaje y se prestan a múltiples interpretaciones.
Siguiendo una interpretación alegórica influida por la numerología medieval, las siete jóvenes representarían las cuatro Virtudes cardinales y las tres Virtudes teológicas (Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza; Fe, Esperanza y Caridad). Los tres jóvenes representarían la división tripartita griega tradicional del alma (Razón, Apetito Irascible y Apetito Concupiscible).
Los personajes principales se caracterizan normalmente a través de sus diálogos y las acciones que ejecutan, de manera que para cuando la historia termina parecen verdaderos, y sus acciones lógicas dado el contexto.
Temas de las jornadas
Ilustración de una edición flamenca de 1432Cada uno de los diez personajes es nombrado Rey o Reina del día. Este cargo implica elegir el tema de las historias de ese día, y todos los días salvo dos tienen un tema:
- Jornada primera: Cada cual habla de lo que más le agrada.
- Jornada segunda: Se habla de aquellas personas que, abrumadas por diversos infortunios, consiguen llegar a dichoso término.
- Jornada tercera: dedicada a quienes con gracia e inteligencia lograron alguna cosa largamente deseada, o recobraron lo que habían perdido.
- Jornada cuarta: historias de amor con final desgraciado.
- Jornada quinta: historias de amor con final feliz.
- Jornada sexta: sobre aquellos que se defendieron con alguna respuesta aguda, evitaron daños y afrentas e hicieron callar a los necios.
- Jornada séptima: burlas que por amor o por miedo, hacen las mujeres a sus maridos, con o sin el conocimiento de ellos.
- Jornada octava: burlas que con frecuencia se hacen hombres y mujeres entre sí.
- Jornada novena: tema libre.
- Jornada décima: grandes hazañas.
Solo Dioneo, que normalmente cuenta el último cuento cada día, tiene el derecho a relatar una historia sobre cualquier tema que quiera, debido a su ingenio.[12][13]
Cada día incluye también una corta introducción y una conclusión que continúa el marco de los cuentos describiendo otras actividades diarias además del contar cuentos. Estos interludios a menudo incluyen transcripciones de canciones folclóricas italianas.[14] Las interacciones entre cuentos en un día, o a lo largo de los días, como Boccaccio desarrolla variaciones e inversiones de material precedente, forma un todo y no solo una colección de historias. Argumentos básicos de las historias incluyen burlas a la lujuria y la avaricia de los clérigos; tensiones en la sociedad italiana entre la nueva y rica clase comercial y las familias nobles; los peligros y las aventuras de los mercaderes al viajar.
Estructura gótica
El especialista en literatura medieval Vittore Branca, en su obra Boccaccio y su época, considera que el Decamerón tiene una estructura gótica. Según ésta, los cuentos se emplazan bajo una dinámica ascendente donde San Chiappelletto (Jornada I) condensa los vicios y Griselda (Jornada X), la máxima pureza. Se pondría en evidencia, al estilo arquitectónico gótico, una imagen de depuración a medida que avanza la obra. También Branca se refiere al carácter bifronte del Decamerón destacando lo cómico versus lo trágico, lo vulgar en oposición a lo cortés y lo vicioso-heroico del texto. También esta especie de dualidad es evidente en los personajes citados (Ciappelletto-Griselda), los cuales podrían interpretarse bajo la antítesis Judas-María.[15]