Cuentos de Ray Bradbury

Cuentos de Ray Bradbury Resumen y Análisis : ¨El peatón¨

Resumen

"El peatón" ofrece una mirada a un futuro en el que un hombre, Leonard Mead, da largas caminatas todas las noches. El año es 2053 y el señor Mead es el único peatón cerca de su hogar. Nunca ha visto a otra persona caminar durante las muchas horas en las que él ha estado haciéndolo. Vive solo, no tiene esposa, por lo que sus caminatas nocturnas se han vuelto una tradición. Nunca se dice explícitamente en la historia, pero se puede entender que él, sino el único, uno de los únicos caminantes en la sociedad.

Esta noche en particular, un coche de la policía lo detiene y le ordena que levante las manos. Responde a una serie de preguntas sobre su vida y su familia, pero sus respuestas no son satisfactorias para la policía. Este es el único coche de policía que queda en la zona. Después de las elecciones del año pasado, la fuerza se redujo de tres autos a uno porque el crimen estaba disminuyendo y se los consideraba innecesarios. Cuando el señor Mead responde a la pregunta sobre su empleo diciendo que es un escritor, la policía interpreta su respuesta como "desempleado". Le ordenan que entre en el automóvil, a pesar de sus protestas, y cuando se acerca, se da cuenta de que no hay ningún conductor: el automóvil está automatizado.

El señor Mead tiene mucho miedo mientras se sienta en el asiento trasero, similar a una celda. El auto le informa que lo están llevando a un centro psiquiátrico debido a sus tendencias regresivas. Su comportamiento no es aceptable en la sociedad: ya nadie camina, y es extraño que continúe haciéndolo como su principal pasatiempo. En el camino pasan por su casa, que llama la atención por ser la única iluminada. El comportamiento del señor Mead es completamente inapropiado para la sociedad en la que vive.

Análisis

Una vez más, Bradbury muestra su escepticismo sobre la tecnología y el "progreso" en "El peatón". En esta historia, un pasatiempo popular se ve como regresivo, desactualizado y anormal. El comportamiento de Mead se considera amenazador aunque no perjudique a nadie: las fuerzas a cargo creen que su determinación de caminar todas las noches podría alterar la estabilidad social. No tiene una pantalla de visualización en su casa, como se espera de los miembros de esta sociedad. Su comportamiento propone una actividad alternativa que el gobierno no aprueba. Esto amenaza su monopolio sobre el control. El acto de excluir a alguien que es diferente al resto del grupo aparece nuevamente, constituyendo un tema común en las historias de Bradbury. El coche de policía, representante de las fuerzas de control, desaprueba su comportamiento, pero la sociedad entera también lo hace. Aislarlo es otra forma de censura. Su casa iluminada es un símbolo de sus diferencias con el resto de la sociedad. Él es fácilmente identificable como alguien diferente.

La historia pone en tela de juicio la idea del progreso por amor al progreso. Un vehículo policial automatizado está programado para detener al señor Mead, aunque no haya cometido ningún delito. No hay espacio para la discreción y el juicio humanos en un mundo que está completamente automatizado. Además, la pantalla de visualización se considera una forma de distraer al público y mantenerlos bajo la vigilancia del gobierno. Un público itinerante que está caminando es mucho más difícil de controlar que uno que está postrado frente a su televisor. De esta forma, la historia de Bradbury plantea las preguntas: "¿Qué significa realmente el progreso? ¿Es el avance, más allá de sus consecuencias, un paso en la dirección correcta?"

Esta historia también destaca los peligros y la "pendiente resbaladiza" de un gobierno que determina qué es lo mejor para un grupo de personas sin consultarles a ellas. ¿Qué significa exactamente "tendencias regresivas" y quién ha decidido que caminar significa ser regresivo? ¿Se parece nuestra sociedad a la de los peatones, y, si es así, es eso bueno o malo? Una vez más, los cuentos de Bradbury nos incitan a reflexionar sobre nuestro entorno y siguen siendo relevantes a pesar de que estemos en otros tiempos.