Yo el Supremo

Yo el Supremo Elementos Literarios

Genero

Novela (novela de dictador).

Configuración y Contexto

Paraguay, siglo XIX, durante la Dictadura Perpetua de Gaspar Francia.

Narrador y Punto de Vista

Al tratarse de una novela polifónica que yuxtapone distintas fuentes, no hay un único narrador. Sin embargo, la voz que predomina es la de El Supremo, quien narra su gestión al mando de la Dictadura Perpetua con el fin de resistir a las conspiraciones y fortalecer su poder.

Tono y Estado de Ánimo

En el tono que utiliza el Dictador hay preocupación, enojo e irreverencia contra los enemigos de la Patria. Al contrario, las fuentes que suele citar el Compilador recuperan un tono belicoso, pero hacia El Supremo, a quien se lo critica por sus atrocidades, el terror y lo autoritario de su gobierno. Sin embargo, al tono que acompaña la reconstrucción histórica de una figura tan controvertida como Gaspar Francia, se le suma un tono humorístico que recorre toda la novela. Este aparece sobre todo en las escenas con Patiño, las que involucran perros y también algunas de El Supremo en las que queda en evidencia su falta de criterio y sus delirios.

Protagonista y Antagonista

El protagonista es el Dictador Francia y, como antagonistas, las distintas figuras de enemigos que se le oponen: sus conspiradores anónimos, muchos funcionarios, distintas personas citadas por el Compilador y los enemigos de la Patria, internos y extranjeros, que El Supremo menciona en su circular.

Conflicto Principal

El conflicto principal es la aparición de un pasquín que imita la voz del Dictador y decreta que, a su muerte, todos sus funcionarios deben ser ejecutados. En la medida en que El Supremo desconoce su autoría en ese documento, interpreta en él una conspiración y pone en campaña diversas estrategias de defensa de su gobierno.

Climax

El clímax se produce cuando, luego de varias pistas arrojadas, el Dictador se entera y reconoce que está ya está muerto y, por lo tanto, que su poder absoluto queda rebatido.

Presagio

Desde la primera sección, hay pistas que orientan sobre la muerte de El Supremo. En su cuaderno hay varias alusiones a la posibilidad de trascender la muerte o reflexiones sobre la escritura como un modo de seguir a pesar de aquella. También hay reflexiones anacrónicas de El Supremo que dan cuenta de un saber suyo que es posterior históricamente a su muerte. Además, los documentos que hablan de la muerte de El Supremo y que dan inicio a la novela están fechados en octubre de 1840, y un lector atento puede darse cuenta de que el dictador Gaspar Francia murió en septiembre de ese año.

Atenuación

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Alusiones

El Dictador alude a ‘Don Quijote de la Mancha’, la novela de Miguel de Cervantes, al referirse a Patiño como “Panzancho”, en clara alusión a Sancho Panza. Tácitamente, entonces, el Dictador se compara a sí mismo con Don Quijote. También hay una alusión culta del perro Sultán al mito de Teseo y Ariadna, en la cual compara la escritura del Dictador con un laberinto. Por otro lado, el Dictador alude a la mitología al comparar las plagas que intervienen en la descomposición de su cuerpo con las sílfides.

Imágenes

Ver sección “Imágenes”.

Paradoja

Una de las paradojas más significativas de la novela reside en el vínculo conflictivo que el Dictador mantiene con la escritura: si la novela se inicia como una reacción a la escritura y a las letras, en contra del pasquín que conspira contra su gobierno, se desarrolla también estrechamente ligada a ellas. En toda la novela, las letras acechan al líder, pero también lo ayudan a defenderse de los embates y a pensarse, así como a descubrir y aceptar su condición de muerto.

Paralelismo

El Supremo establece algunos paralelismos entre situaciones similares que vivió el Paraguay. Por ejemplo, mezcla las visita a Paraguay de Belgrano y Echeverría, con la de Correia, quince años después. En ese punto, El Supremo señala que él puede establecer esos paralelos y yuxtaponer hechos rehaciendo la historia a su gusto: “Puedo permitirme el lujo de mezclar los hechos sin confundirlos” (265).

Metonimia y Sinecdoque

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Personificación

En la novela hay una personificación de los perros, tanto de Sultán, el perro del Dictador, como de Héroe, el del gobernador Velazco. Durante las clases de inglés que los Robertson le dan al Dictador, Héroe asume cualidades de persona: actúa como un juglar y narra historias que los ingleses traducen a la lengua humana. Por otro lado, Sultán, durante la alucinación del Dictador, mantiene con este una conversación en la que evidencia una fina racionalidad y entendimiento propios de los seres humanos, da consejos al líder e incluso se atreve a denunciar sus atrocidades y errores de gestión.