Poeta en Nueva York

Poeta en Nueva York Elementos Literarios

Altavoz o Narrador, y Punto de Vista

Federico García Lorca se constituye como el yo poético de su obra y elabora sus poemas en torno a su experiencia de vida en Nueva York.

Forma y Medidor

La poesía de Lorca no sigue una estructura marcada y no presenta tampoco una métrica fija. Sus poemas utilizan el verso libre como estructura principal y las repeticiones como elementos rítmicos en muchas de sus composiciones.

Metáforas y Símiles

El lenguaje utilizado en 'Poeta en Nueva York' es extremadamente figurativo; el poeta recurre de forma constante a metáforas para expresar su complejo universo subjetivo y articular los símbolos que componen los principales ejes de sentido de su obra. Así, es posible encontrar metáforas en todos los poemas, aunque su interpretación es muchas veces compleja y depende de los símbolos que, verso a verso, el poeta articula y relaciona. Por ejemplo, para referirse al panorama desolador que aguarda a la humanidad en el futuro, el poeta dice: "No hay más que un millón de herreros / forjando cadenas para los niños que han de venir" (p. 174).
Las metáforas muchas veces se articulan con personificaciones que ponen de manifiesto el universo vital del poeta, donde toda la naturaleza juega un rol fundamental sobre los acontecimientos: "La muchedumbre cerraba las puertas / y la lluvia bajaba por las calles decidida a mojar el corazón" (p. 168). En estos versos, la lluvia tiene la intención explícita de empapar a los hombres, metáfora para representar el dolor y el abatimiento que se cierne sobre la humanidad.

Aliteración y Asonancia

Más que la aliteración -repetición de un sonido para crear ritmo dentro de una secuencia lírica- Lorca utiliza frecuentemente la anáfora, es decir, la repetición de palabras completas para reforzar una idea dentro de un poema y para darle ritmo a sus versos.
En "Tu infancia en Mentón", el poeta utiliza la anáfora para generar ritmo y sonoridad en una serie de negaciones: "Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas" (p. 77).
En "Fábula y rueda de los tres amigos" la anáfora es el principal recurso estructurante del poema, como puede verse en las siguientes estrofas:
"Enrique, / Emilio, / Lorenzo. Estaban los tres helados. / Enrique por el mundo de las camas, / Emilio por el mundo de los ojos y las heridas de las manos, / Lorenzo por el mundo de las universidades sin tejados. (...) Estaban los tres momificados, / con las moscas del invierno, / con los tinteros que orina el perro y desprecia el vilano, / con la brisa que hiela el corazón de todas las madres" (pp. 78-79).

Irony

Tal como su propio autor lo señala en cartas enviadas a sus amigos, 'Poeta en Nueva York' no debe leerse con tono irónico. En sus páginas hay crueldad y horror al representar la vida en la ciudad, pero no ironía.

Genero

Poesía

Ajuste

Nueva York, 1929-1930

Tone

La obra se articula en torno a dos tonos, uno intimista, que lidia con la crisis interna del poeta, y otro de denuncia, que el yo poético utiliza al hablar de Nueva York y revelar la opresión que las instituciones ejercen sobre los individuos.

Protagonista y Antagonista

El yo poético de Lorca es el protagonista de su obra, mientras que la propia ciudad de Nueva York, con sus estructuras opresoras y esclavizantes, podría interpretarse como su antagonista.

Conflicto Principal

El yo poético de Lorca se instala en la ciudad de Nueva York durante poco menos de un año y experimenta la vida moderna en la metrópoli. La potente experiencia es desoladora, y el poeta se propone denunciar el sistema de producción capitalista y todas las instituciones que lo sostienen y lo convierten en una herramienta de opresión y destrucción de la humanidad.

Climax

El clímax de la obra se alcanza entre las partes VIII y IX del poemario, cuando el yo poético alza sus últimos gritos de denuncia contra la sociedad neoyorkina y anuncia su huida hacia Cuba.

Presagio

Los títulos de las diez partes que componen la obra funcionan a modo de presagio: cada uno de ellos adelanta en parte cuál será el contenido de los poemas o qué es lo que hará el poeta. Por ejemplo, el título del apartado VII, Vuelta a la ciudad, adelanta al lector que en los poemas siguientes el yo poético ya no estará en el campo, sino de regreso a Nueva York.

Atenuación

N/A

Alusiones

El poemario presenta muchísimas alusiones a la ciudad de Nueva York y a otras zonas geográficas. Se mencionan, por ejemplo, el barrio de Harlem, el distrito comercial y Wall Street, el Puente de Brooklyn, Coney Island y el río Hudson. A su vez, el poeta alude a sitios y personajes de su infancia, como Mentón, a las mitologías griega y romana (con abundantes referencias a los dioses solares, Júpiter, Saturno y Apolo) y a personajes con los que el poeta se encontró en su vida privada, como el niño Stanton y Mary.

Metonimia y Sinecdoque

El complejo entramado simbólico que comprende el principal eje semántico de 'Poeta en Nueva York' abunda en elementos que designan, por metonimia, nociones más generales o abarcadoras. Por ejemplo, "el hombre vestido de blanco" (p. 174) en el poema "Grito hacia Roma" designa a los sacerdotes y, por extensión, a toda la Iglesia católica. Lo mismo sucede cuando se menciona al Papa, que está en lugar de toda la institución religiosa que representa. De forma similar, Lorca emplea al personaje singular Stanton para representar toda la infancia y los valores de la infancia, o Wall Street para referirse a todo el sistema económico capitalista.

Personificación

La poesía de Lorca elabora un mundo vital, que palpita al ritmo del poeta. Por eso, todos los elementos de la creación aparecen personificados a lo largo de toda la obra. Por ejemplo, en este pasaje, "Las rosas huían por los filos de las últimas curvas del aire" (p. 87), las rosas aparecen personificadas y realizan una acción propia de humanos o de animales. En este otro pasaje se personifica un momento del día: "La aurora de Nueva York gime / Por las inmensas escaleras / buscando entre las aristas / nardos de angustia dibujada. / La aurora llega y nadie la recibe en su boca" (p. 119).

Hyperbole

El complejo entramado de símbolos e imágenes de 'Poeta en Nueva York' tiende siempre a la hipérbole. La constante presencia de la muerte y el sufrimiento, por ejemplo, se exagera en imágenes cargadas de brutalidad y de espanto, como por ejemplo cuando se menciona a la muerte como "los blancos derribos de Júpiter donde meriendan muerte los borrachos" (p. 79), cuando se presenta el panorama desolador del futuro diciendo que "No hay más que un millón de carpinteros / que hacen ataúdes sin cruz" (p. 174), o cuando se presenta el dolor inherente a la condición humana en la siguiente estrofa: "Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño. / Este es el mundo, amigo, agonía agonía. / Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades. / La guerra pasa llorando con un millón de ratas grises, / los ricos dan a sus queridas / pequeños moribundos iluminados, / y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada" (p. 180).

Onomatopoeia

Muchas veces, el poeta utiliza onomatopeyas para como elementos estructurantes de sus estrofas. En "Navidad en el Hudson", por ejemplo, las onomatopeyas producen la siguiente aliteración: "¡Oh esponja mía gris! / ¡Oh cuello mío recién degollado! / ¡Oh río grande mío! / ¡Oh brisa mía de límites que no son míos! / ¡Oh filo de mi amor! ¡Oh hiriente filo! (p. 110).