Nada

Nada Lista de Personajes

Andrea

Es la protagonista y narradora de la historia. Es una joven huérfana de dieciocho años que llega a Barcelona para estudiar Letras en la universidad y vivir con su familia materna. No hay demasiados datos sobre su aspecto físico. Sabemos que es delgada, alta, tiene piel pálida y pelo oscuro. Se avergüenza de su apariencia, sobre todo cuando está rodeada por personas con mayor poder adquisitivo, por no contar con mejores ropas. Cuenta con poco dinero, ropas gastadas, unos pocos libros viejos y amarillentos como único tesoro personal. Con respecto a su carácter, tiene una personalidad tímida e ingenua aunque rebelde e idealista. De gran imaginación, suele relacionar lo que sucede a su alrededor con acontecimientos o cuestiones propias de la literatura.

De su pasado, se sabe que ha estado anteriormente en Barcelona, durante su infancia, en casa de sus parientes y que durante su adolescencia, en el pueblo en el que vive con su prima, asiste a una escuela de monjas.

Ante la visión de los demás, se presenta como una joven extraña, por eso sus compañeros de universidad la observan con curiosidad. Carmen Martín Gaite, en uno de sus estudios críticos, le da el mote de "chica rara" y esto se debe a que no cumple con las expectativas de la época, con el modelo impuesto por el régimen de Franco, que supone que una mujer debe ser esposa, madre y dedicarse a las tareas del hogar.

Narra la historia desde un momento indefinido, un tiempo después de que los acontecimientos han pasado, seguramente desde Madrid, lugar hacia el que se muda en el último capítulo de la novela.

La abuela

Es la abuela de Andrea. Se trata de una mujer de alrededor de ochenta años que vive en una casa de la calle Aribau en Barcelona. Ha sabido tener épocas mejores, pero ahora se encuentra cada vez más pobre, decrépita y senil. Su voz es temblorosa, sus ojos son claros y conserva rasgos de bondad en su rostro, así como actitudes cargadas de ternura. Tiene algún síntoma de locura, memoria frágil y confusión mental. Es madre de seis hijos, viuda, muy religiosa, cariñosa, protectora y defensora de la familia.

Angustias

Es la tía de Andrea. Es una mujer alta y delgada de carácter conservador, posesivo y autoritario, con gesto severo en el rostro y mirada despreciativa y cargada de prejuicios. Busca representar una moralidad intachable, basada en la fe católica, e inculcar sus ataduras morales, normas e imposiciones sociales a su sobrina. Sin embargo, sus hermanos la acusan de mantener un amorío con su jefe, el señor Sanz, situación que nunca termina de aclararse.

Al principio vive en la casa de Aribau, en un cuarto más pulcro que el resto de la casa con olor a naftalina y es la única de las mujeres que tiene un trabajo formal en una oficina, lo que le permite cierta independencia; cuando se cansa de los maltratos, se marcha para tomar los hábitos como monja en un convento de clausura.

Román

Es el tío de la protagonista. Tiene el pelo rizado, da muestras de ser una persona inteligente y su rostro es agradable. Es un ser polifacético: es violinista y pinta como aficionado; ha comenzado varios estudios, como medicina e ingeniería, pero no ha terminado ninguno. Vive en la buhardilla de la casa de la calle Aribau, tres pisos arriba del resto de la familia. Su espacio es más confortable que la casa familiar: allí tiene cosas ordenadas, escucha y toca música y fuma cigarrillos; el espacio condice con parte de su personalidad, la parte artística y el ambiente resguardado y solitario. Su carácter es extravagante, arrogante, manipulador y sádico: atrae a las personas, pero también las engaña y desprecia. Tiene un perro llamado Trueno y un loro: los animales parecen tener por él un cariño instintivo. Se dedica al contrabando, por lo que viaja mucho, y, en el pasado, ha sido encarcelado por servir como espía para los nacionales durante la Guerra Civil.

Durante su juventud tiene una relación muy cercana con su hermano que no se mantiene así cuando son adultos, dado que él aborrece a Gloria, su cuñada, y, a la vez, la desea en secreto.

Durante su adolescencia, Román ha mantenido una relación amorosa con Margarita, la madre de Ena, pero se ha alejado de ella al aceptar un chantaje de dinero a cambio. Durante la novela, mantiene una relación con la joven Ena y es engañado por ella. Ante la humillación sufrida o el peligro de volver a ser encarcelado, se suicida con una hoja de afeitar en su propia casa.

Juan

Es el tío de Andrea. Conjuga el modelo patriarcal machista y tradicional: tiene familia, ejerce violencia sobre ella y quiere tener el rol de ser quien la mantiene económicamente.

Es un hombre alto, de rostro delgado con concavidades que lo asemejan a una calavera. Está casado con una mujer llamada Gloria, con quien tiene un hijo pequeño. Se trata de un ser desdichado, irascible y extremadamente violento, aunque, de acuerdo con lo que cuentan Gloria y su madre, no siempre fue así. Al parecer, después de la Guerra Civil, su carácter cambia y se acerca a la locura. Propina violencia, de forma verbal y física, sobre su esposa en reiteradas oportunidades y de forma cada vez más seguida. Además, tiene muy mala relación con su hermano Román, a quien envidia profundamente, aunque a veces mantienen conversaciones en relativa y extraña paz. Se dedica a la pintura, pero no es bueno en ello, por lo que sus cuadros no se venden fácilmente ni por buen dinero. Su fracaso y la imposibilidad de llevar dinero al hogar lo irritan profundamente.

En el pasado sirvió como militar en la Guerra Civil. En el final, su esposa piensa en la posibilidad de internarlo en un manicomio.

Gloria

Es la esposa de Juan, con quien tiene un pequeño niño. Es una mujer seductora, joven, bella, con cabellos revueltos y rojizos, rostro blanco y figura lánguida. Habla mucho, es narcisista y en sus modos y forma de hablar se puede percibir cierta falta de educación y vulgaridad.

Es una mujer con iniciativa propia, por lo que cuando las cosas empeoran económicamente en la casa, ella es la que se ocupa de mantener económicamente el hogar: por un lado, a través de la venta de los muebles viejos a los traperos; por otro, a partir del juego de cartas y la apuesta en la timba clandestina de su hermana en el Barrio Chino.

En el pasado ha estado enamorada de Román, pero, tras descubrir la burla del hombre, comienza a odiarlo.

Sufre violencia por parte de su esposo y es, además, maltratada verbalmente por sus cuñados, Román y Angustias, quienes le dicen que es una mujerzuela. Vive atemorizada, sobre todo hacia el final de la novela, cuando piensa que debe ingresar a su marido a un manicomio para que no la mate alguna noche.

El personaje de Gloria sufre una animalización constante por parte de los personajes y de la narradora. Se dice de Gloria que "chilla", que su cuarto parece "el cubil de una fiera" (29), que es una "serpiente".

Niño

Es el hijo de Juan y Gloria. Es un bebé. No se le conoce edad ni nombre. Sufre las consecuencias de vivir rodeado de violencia y pobreza.

Antonia

Es la criada de la casa de la calle Aribau. Su apariencia es misteriosa. Siempre viste de negro, su dentadura es verdosa y, constantemente, realiza muecas y se muestra odiosa con todos los habitantes, salvo con Román, de quien está enamorada y a quien sirve en todo momento. Cuando este se suicida, la criada se va de la casa y se lleva al perro.

Jerónimo Sanz

Es el jefe de Angustias. Durante un lapso de tiempo, en época de la guerra civil española, vive guarecido en la casa de la calle Aribau. Está casado, pero hay quienes dicen que mantiene una relación prohibida y secreta con Angustias. De chico es el pobre hijo de un tendero, pero luego viaja a América, de donde regresa convertido en un hombre rico.

Señora Sanz

Es la esposa de Jerónimo Sanz. Acude en cierta ocasión a la casa de la calle Aribau para agredir a Angustias. Vive recluida en Puigcerdá, donde, supuestamente, su esposo la mantiene guardada para no tener que enviarla a un manicomio.

Ena Berenguer

Es una amiga y compañera de universidad de Andrea. Es una joven atractiva, rubia y hermosa, de aspecto extranjero, sumamente sociable y segura de sí misma. En la universidad es la líder del grupo de amigos. Mantiene una relación amorosa con un joven llamado Jaime. Realiza su venganza personal contra Román, el tío de Andrea.

Su relación con Andrea tiene algunos altibajos. Adora a su amiga, pero, en los momentos en lo que planea la venganza contra Román, se aleja de ella.

Cuando termina la novela, Ena se marcha a Madrid, donde continuará sus estudios y sus planes de casamiento con Jaime.

Pons

Es un compañero de universidad de Andrea y uno de los primeros que se acerca a ella. Pequeño, delgado, con ojos de pestañas muy largas y personalidad infantil, quizás porque, al ser hijo único, siempre ha sido muy mimado.

Es un joven de familia adinerada y quien le presenta a Andrea al grupo de artistas bohemios. Su interés por Andrea crece con el tiempo y la pretende románticamente. La invita a pasar unas vacaciones junto con su familia y a asistir a una fiesta en su casa, pero como las cosas no salen como Andrea espera en la fiesta, la relación entre ellos termina.

Amigas de Angustias

Se trata de un grupo de mujeres adultas, amigas de Angustias desde la juventud. La narradora las compara con una bandada de cuervos posados en las ramas del árbol del ahorcado, para dar cuenta de su lúgubre apariencia. Todas visten de negro y, de acuerdo con lo que percibe la narradora, su aspecto no es normal: o están hinchadas o están demasiado delgadas, por lo que sus facciones parecen postizas, al quedarles más pequeñas o más grandes que sus rostros.

Margarita Berenguer

Es la madre de Ena, quien es su primogénita y su favorita. Está casada con el Luis Berenguer, con quien tiene seis hijos: Ena y cinco varones. Es una persona reservada, de sonrisa agradable, abundante y sedoso cabello rubio claro, ojos dorados y magnífica voz. Le gusta mucho viajar y conocer lugares. La primera impresión que Andrea tiene de ella es de una extraña fealdad, pero, luego, sus llamativos rasgos hacen que la vea beneficiaria de unos toques de belleza portentosa. Es una mujer de la alta sociedad que ha tenido fortuna desde siempre. De joven ha asistido al conservatorio, donde aprende a cantar y a tocar el piano, para lo que es virtuosa.

En su adolescencia ha estado enamorada de Román, pero se aleja de él al enterarse de que ha aceptado dinero para no volver a verla.

Luis Berenguer

Es el padre de Ena. Está casado con Margarita, con quien tiene seis hijos. Es un hombre alto y bien parecido, de rostro y sonrisa agradables, ojos verdes, conversador y poseedor de muy buen carácter. Físicamente, se parece a Ena. Trabaja como representante y director comercial en la empresa del padre de su esposa, por lo que debe mudarse en ocasiones, acompañado por su familia.

Se preocupa por el bienestar de su hija y, por lo tanto, también por el de su amiga, Andrea. En el momento en el que conocen a Andrea, viven en Barcelona. Luego se trasladan a Madrid.

Ramón Berenguer y hermanos

Son los cinco hermanos menores de Ena. Todos rubios, bellos, educados, con rostros afables y risueños. Ramón es el más pequeño, tiene siete años y está en la etapa de cambio de dientes, lo que le da una expresión cómica a su cara.

Jaime

Es el prometido de Ena. De acuerdo con la narradora, se parece físicamente al San Jorge pintado en la tabla central del retablo de Jaime Huguet.

Dueño de un auto grande, es quien lleva los domingos a las amigas a pasear a la playa. Es un joven de familia adinerada que, siguiendo los pasos de su fallecido padre, un célebre arquitecto, comienza a estudiar Arquitectura. Sin embargo, luego deja la carrera cuando le quedan pendientes solo dos cursos. Se dedica, según algunos, a divertirse y dilapidar la herencia. Al final de la obra, Ena anuncia que Jaime terminará sus estudios y se casarán.

Indigente de la catedral

Es un anciano grande, con barba canosa, aspecto miserable y carraspera. Solo aparece por un momento y recibe las dos pesetas que le entrega Andrea.

Gerardo

Se trata de un joven que conoce a Andrea en una de las reuniones en casa de Ena. Se muestra interesado en Andrea y tienen juntos una salida una tarde, pero él es muy pedante y Andrea no lo soporta. Le da el primer beso a Andrea. Ella luego lo rechaza.

Bonet

Es uno de los compañeros de estudio de Ena y Andrea.

Guíxols

Pintor de veinte años, dueño del estudio de arte que frecuenta el grupo de bohemios. De acuerdo con Pons, tiene un talento enorme. Físicamente, tiene aspecto de deportista, fuerte y jovial. De carácter, muy tranquilo. Hijo de un fabricante millonario.

Gaspar Iturdiaga

Es escritor y uno de los bohemios que acuden al estudio de Guíxols. Cuando Andrea lo conoce, acaba de llegar del Monasterio de Veruela, donde ha pasado una semana estudiando a Bécquer. Habla con gestos ampulosos y voz muy alta. Tiene una novela de cuatro tomos escrita, pero no consigue editor para ella y se queja porque su padre, un hombre con mucho dinero, no quiere financiársela. Al final, anuncia que, al parecer, su padre pagará la publicación.

En una salida a un cabaret, que realiza, supuestamente, para inspirarse en la escritura y confección de tipos humanos, se enamora a primera vista de una mujer, a quien cree extranjera y luego se entera de que es Ena.

Pujol

Es un pintor, imitador de Picasso, pero sin su genio. Es uno de los visitantes del estudio de Guíxols. Lleva chalina, cabello largo, está mal vestido y lleva sus orejas sucias. Es muy tímido y, como todos los del grupo de bohemios, proviene de una familia rica.

Gitana

Se trata de una joven que asiste una noche al estudio de los bohemios acompañada por Pujol. Él la lleva para proponerla como modelo para Guíxols. Es una muchacha que está muy sucia y tiene una enorme boca con dientes muy blancos. En el estudio, ella baila para ellos.

Madre de Pons

Es un mujer de la alta sociedad, dueña de una espléndida casa con un parque lleno de flores en la calle Muntaner. Viste con joyas, es alta, imponente y la sonrisa parece eterna en su rostro.

Nuria

Es una prima de Pons, joven, hermosa y rica que asistente a la fiesta de Pons. Según él, ella es inteligente, buena y demasiado guapa. Durante la fiesta le declara su amor al primo y mira despectivamente a Andrea.

Invitados a la fiesta de Pons

Son personas de la alta sociedad. Se destaca una señora gorda que ríe mientras come pastelillos; un grupo de muchachas muy bonitas; las primas de Pons, cuyos ojos lucen cargados de malicia; dos señores, uno de ellos el padre de Gaspar Iturdiaga, que hablan de negocios millonarios; y una marquesa.

Traperos

Se trata de personas que van por la calle comprando y vendiendo objetos usados. Negocian con Gloria, en la puerta de la calle Aribau, cuando ella les vende los objetos de la casa.

Hermana de Gloria

Es una mujer muy gorda y con el cabello teñido que vive en el Barrio Chino, donde tiene un almacén y, por las noches, un juego de apuestas clandestinas. Habla en español y en catalán. Le presta dinero a Gloria cuando su hermana está en apuros.

Cuñado de Gloria

Es la pareja de la hermana de Gloria. No están casados formalmente. Es un hombre gordo, de dos metros de alto.

Jugadores de cartas

Son los asistentes al juego de cartas clandestino la noche en que Juan encuentra a Gloria en el Barrio Chino. Se destacan algunos de ellos: Tonet, que es el contrincante de Gloria esa noche y al que ella le está haciendo trampa. Tiene un ojo torcido, se dedica al contrabando y, alguna vez, se ha relacionado comercialmente con Román. Huye cuando llega Juan, porque piensa que va a buscarlo a él.

Carmeta, una chica muy guapa y buena que está en la sala de juego y arregla las cuentas para que Gloria pueda terminar el juego e irse.

Tías de Andrea

Son dos de las hijas de la abuela. Están casadas y acuden a la casa tras el suicido de Román. Son rencorosas y le echan en cara a la abuela que siempre ha preferido a sus hijos varones.

Borracho del Barrio Chino

Se trata de un hombre borracho que se tropieza y cae sobre Juan cuando este está buscando a Gloria. Se trenzan en una pelea en medio de la calle hasta que una sirena hace que la contienda termine.

Mendigo

Es un señor de avanzada edad, nariz colorada, gorra y bastón que suele cruzarse con Angustias y Andrea en sus caminatas. Se para en una esquina y, sin pedir nada, saluda y espera que los transeúntes le den un poco de dinero. Cuando Angustias se va, Andrea se siente obligada a entregarle al mendigo parte de lo poco que tiene.