Los de abajo

Los de abajo Resumen y Análisis Segunda parte, Capítulos 11 - 14

Resumen

Capítulo 11

Las tropas de Demetrio avanzan hacia Tepatitlán. La meta es volver a las sierras. Luis Cervantes sugiere que antes de volver pasen por Aguascalientes porque se están quedando sin fondos para pagar a los 500 hombres que han reclutado en el último tiempo. Sin embargo, Demetrio ignora esa advertencia. Los hombres también desean ir directo a las sierras, hartos de la planicie.

Así como lleva cuenta de los fondos de Demetrio, a Luis también le interesa su propio enriquecimiento. Por eso, intenta negociar con la Codorniz por unas joyas saqueadas.

Hay un corte y pasamos a otra escena en la que, bajo un intenso sol, el prisionero de Margarito se desploma en medio del camino. Para hacerlo levantar, Margarito le pega varios golpes y, sin buscarlo, lo mata. Mientras, Margarito no cesa de hacer chistes al respecto.

A las puertas de la capilla donde se hospeda Demetrio, algunos de sus hombres se tumban para descansar mientras otros saquean. Un hombre del pueblo se acerca al atrio para pedir una audiencia con el jefe. El hombre suplica para que le devuelvan los granos de maíz que los soldados le han robado, y así poder alimentar a sus hijos. Al principio, Demetrio descarta su pedido, pero Camila intercede por el hombre y Demetrio ordena que le devuelvan diez fanegas de maíz.

Capítulo 12

Los hombres continúan en su camino hacia las sierras. Durante el viaje, Anastasio le cuenta a Demetrio lo que sucedió con el hombre al que debían devolverle las diez fanegas de maíz. Cuando el viejo se acercó al cuartel con su pedido, Margarito, quien estaba a cargo en ese momento, le hizo creer que le iba a devolver más de diez fanegas, pero en su lugar, le propino una paliza que hizo al hombre rogar por misericordia.

Al escuchar la historia, la Pintada se ríe a carcajadas mientras que Camila critica a Margarito. Tal y como se lo había advertido, la Pintada no deja pasar el comentario de Camila sobre Margarito y la ataca. Camila se cae del caballo y se corta la frente. Pancracio la rescata y la lleva ante Demetrio. Allí, Luis intenta curar su herida, pero Camila rechaza todo cuanto venga de él.

Ya en Cuquío, el último pueblo antes de volver a las sierras, Demetrio recibe un mensaje que le ordena volver atrás hacia Tepatiplán. Los hombres protestan y amenazan con dejar las filas.

Al mismo tiempo, Camila también se siente abatida y le pide a Demetrio que la deje volver a casa. Demetrio piensa que ha perdido interés en él, pero Camila le explica que el problema es la Pintada.

Para contentar a Camila, Demetrio le informa a la Pintada que no podrá ir con ellos. La Pintada sabe que lo hace por Camila y la insulta de tal modo que su vocabulario sorprende a los hombres. Pide a gritos que Margarito venga a defenderla, pero cuando él la rechaza y se alegra de que haya sido echada de la tropa, la Pintada ataca a Camila con un cuchillo y la muchacha se desploma.

Desesperado, Demetrio ordena que maten a la Pintada, pero ella desafía a Demetrio para que sea él quien la ejecute. Si bien Demetrio intenta, no lo consigue y más bien le ordena marcharse. Sin reparar en la gravedad de la situación, Margarito se alegra de haberse deshecho de “esta chinche” (p.123).

Capítulo 13

El capítulo inicia con una canción que Demetrio tararea incesantemente mientras cabalga hacia Lagos, camino a Aguascalientes. La muerte de Camila lo tiene melancólico. Para alegrarlo, Margarito le asegura que él se encargara de hacer que se divierta en Lagos, pero Demetrio solo puede pensar en beber. Espolea su caballo para alejarse de todos.

Luego de andar solo varias horas, convoca a Luis para preguntarle por qué debe ir a Aguascalientes. Su secretario le explica que habrá elecciones para el presidente provisional de la República. Nada de eso le interesa a Demetrio. En Lagos, asisten a una cantina. Margarito se ha propuesto hacer reír a su jefe, por lo que dispara su arma apuntando al suelo para obligar a los demás a esquivar la bala. Además, hace un espectáculo de su crueldad, obligando a uno de los meseros a sostener una botella de tequila sobre su cabeza mientras él apunta. En el segundo tiro, Margarito se lleva parte de la oreja del mozo. Luego, destruye las botellas de la cantina para no pagar la cuenta de lo que han bebido. Finalmente, atormenta a un sastre que está por cerrar su local, haciéndolo bailar al esquivar las balas que dispara contra sus pies.

Mientras Margarito se regocija en su crueldad, Demetrio ignora todo a su alrededor y continúa tarareando la misma canción que tarareaba al principio del capítulo.

Capítulo 14

Demetrio y sus hombres continúan su viaje a Aguascalientes, esta vez en tren. Allí, los soldados se aprovechan de todo privilegio y maltratan o ignoran a los paisanos que viajan con ellos. Una mujer recorre los vagones pidiendo caridad porque, según su relato, un ladrón le quitó todas sus posesiones. Uno de los soldados se indigna al escuchar que alguien ha osado robar a esa vieja. Otro de los hombres sostiene que todos los presentes, incluyendo él mismo, son culpables de ese mismo delito. Uno tras otro, comparten las historias de los robos que han cometido. Tan pronto como empieza el juego de apuestas, la conversación sobre el robo cesa. Llegan a Aguascalientes. La ciudad es inmunda. Allí, un vendedor ambulante anuncia la venta de oraciones y otra serie de objetos con supuestas propiedades curativas. Los hombres compran los curiosos objetos y servicios. Mientras tanto, Demetrio se reúne con el general Natera que le informa que la lucha continúa; esta vez quienes se enfrentan son dos revolucionarios: Villa y Carranza, y hay que elegir un bando. Demetrio se niega a tomar una decisión y le pide que simplemente le dé órdenes, pues la cuestión política le es indiferente.

Análisis

En estos capítulos las diferencias entre Camila y la Pintada se intensifican. Una representa el arquetipo de mujer virtuosa y servicial, mientras que la otra encarna una posición transgresora. Cuando Margarito mata a golpes a su prisionero, Camila reacciona con indignación, mientras que la Pintada se ríe a carcajadas.

La rivalidad entre ambas se da sobre todo por celos, lo que apunta a una mirada machista de las relaciones entre las mujeres. Ambas compiten por la atención del jefe porque bajo la lógica patriarcal, el valor de la mujer depende del hombre con quien se las asocia. En la primera parte de la novela, Luis le advierte a Camila que es una tonta por no responder al interés de Demetrio y aclara: “¡Imagínate lo serías al lado de él!” (p.52). De hecho, cuando llegan al rancho en el Capítulo 10, el ranchero los recibe con honores a Demetrio y a su pareja, Camila. La Pintada comprende los beneficios de estar al lado del jefe y durante la cabalgata a Moyahua aguija a su caballo para ponerse a la par del jefe. Ambas mujeres comprenden que su valor está asociado al del hombre con quien se las relaciona y por eso compiten.

La muerte de Camila en manos de la Pintada y la salvación de esta última hace eco de lo sucedido al final de la Primera parte en la que muere Solís y sobrevive Cervantes. El efecto de ambos resultados es el mismo: pesimismo. La lucidez de Solís y la bondad de Camila no tienen lugar de la revolución.

Por su parte, Margarito tiene un papel destacado frente a los otros hombres. El efecto de este relativo protagonismo es el recrudecimiento de los saqueos y los abusos. Margarito tortura a su prisionero, azota a un viudo hambriento, dispara a otros hombres por entretenimiento. Su maldad parece no tener ningún límite. Los juegos crueles y violentos que organiza en Lagos son una muestra de la barbarie en la que ha descendido la Revolución.

Demetrio, en cambio, se sume en silencio y ocupa un lugar cada vez menos prominente. Su autoridad se debilita. Incluso algunos de los soldados amenazan con desertar. El diálogo con el que termina esta parte consolida el nuevo lugar que va a ocupar Demetrio, ya no como líder, sino como soldado que sigue órdenes de sus superiores. En este camino de descenso del héroe, vemos con más claridad cuán atado está Demetrio a un destino que no comprende. Esta parte inicia con asertividad por parte de Demetrio, quien desea volver a su tierra, a las sierras. Tarda muy poco en modificar su camino para responder a las demandas de la Revolución que no comprende.

Así como la Segunda parte abre con el tema del “yo maté” para establecer el tenor de la sección donde impera la violencia y la barbarie, el último capítulo desarrolla el tema del “yo robé”. El descenso moral que experimentan no es temporal, sino permanente y parece ser cierta la lectura que hace Solís en la Primera parte sobre la violencia cuando considera que es algo que corre en la sangre y está grabado en la identidad de la nación.