Los de abajo

Los de abajo Resumen y Análisis Segunda parte, Capítulos 1 - 4

Resumen

Capítulo 1

En un restaurante se reúnen los revolucionarios. El ambiente es de fiesta y los hombres presumen alegremente de sus hazañas en la pelea. Entre ellos se pasean mujeres para entretenerlos. Una de ellas es la Pintada, una mujer atrevida y seductora.

Luego, llegan al bar el Meca, Pancracio, la Codorniz y Anastasio. Este último se encuentra con un viejo conocido a quien llaman Margarito. Anastasio lo presenta a Demetrio, que no está de humor para socializar. Sin embargo, Margarito llama a la Pintada para que tome un trago con Demetrio. La mujer se acerca y toma asiento frente al jefe. Lo mira fijamente de manera seductora y desafiante. Demetrio no consigue sostenerle la mirada.

Animado por los halagos y las felicitaciones, Demetrio pide que sirvan champaña. Margarito no acepta y en su lugar pide agua. Como el mozo se demora en traer el agua para Margarito, éste lo increpa y termina por darle un golpe para luego presumir de su mal carácter. Los hombres vuelven a compartir historias sobre personas a las que han matado por insignificancias. Finalmente, Demetrio decide irse del bar junto a la Pintada.

Capítulo 2

Demetrio y sus hombres entran a saquear una mansión. La idea fue de la Pintada que les recuerda que ya no se usa que los soldados se queden en un mesón, sino que elijan la casa que más les gusta. Pancracio, Anastasio y la Pintada revuelven toda la casa y destruyen libros y otros objetos valiosos.

Por su parte, Luis Cervantes le sugiere a Demetrio que controle a sus hombres y no los deje saquear. Sin dejarse engañar, Demetrio expone la hipocresía de Luis, pues el jefe ha visto a su secretario meterse en el bolsillo una cajita de filigrana con dos diamantes.

En el patio, Manteca prepara maíz a las brasas, alimentando el fuego con libros y papeles de la casa. Un hombre pide una audiencia con Demetrio, pero Pancracio le dice que está descansando y no lo va a atender. El hombre quiere comprarle los libros que están quemando.

Margarito, el soldado impulsivo que conocieron en el restaurante gracias a la Pintada, le propone a Demetrio luchar bajo su mando. El jefe le pregunta su rango y luego de que Margarito responda “capitán primero”, Demetrio lo nombra mayor y le da la bienvenida a sus filas.

A Demetrio lo han nombrado general. Los hombres organizan una fiesta en su honor para festejar la victoria en Zacatecas y el ascenso.

Capítulo 3

Para la celebración del ascenso de Demetrio a general, Luis Cervantes lleva a una muchacha a la que presenta como su futura mujer. Se trata de una chica rubia, de ojos azules y apenas catorce años. La muchacha llama la atención de todos los hombres y Luis se siente satisfecho cuando ve que Demetrio se fija en ella. Luis es quien presenta a Demetrio con la insignia de un águila, que representa su nuevo rango, y pronuncia un discurso que nadie allí comprende. Anastasio quiere decir unas palabras, pero no se le ocurre otra cosa que decir que: “ya sabe que soy su compadre” (p.92). Otros hombres se animan a pronunciar sus propias palabras en honor al jefe.

A la Pintada los discursos la aburren, por lo que sale al corral y vuelve con una yegua a la que obliga a entrar a la casa. Al parecer, la Pintada siempre consigue mejores botines que el resto de los hombres. Inducido por su estado de embriaguez, Margarito se levanta de la mesa, declara el hastío que siente por el modo en que la Pintada y la muchacha de Luis lo ignoran, y asegura que se va a suicidar. Apunta su arma a su imagen reflejada en un espejo y dispara. La bala apenas esquiva a la Pintada.

Capítulo 4

La mañana después de la fiesta, Luis se despierta en el corral junto a Anastasio, Pancracio y la Codorniz. Tiene sangre en la camisa y las manos, pero no recuerda del todo lo que sucedió la noche anterior. Hace memoria y se le vienen a la mente las imágenes de la pelea.

Al final de la noche condujo a la muchacha que había presentado como su futura esposa a una de las recámaras. Demetrio quiso seguirlos, pero la Pintada se interpuso para que no vaya con la muchacha. En el forcejeo entre la Pintada y Demetrio, el jefe se cae e impulsado por su enojo desenfunda su pistola y apunta a la Pintada que se resguarda tras la muchacha de Luis. Anastasio se acerca por atrás y desarma a su jefe. Demetrio está enajenado, no puede creer que sus propios hombres lo desarmen y en ese momento golpeó al que alcanzó.

Luis entra a la casa y encuentra a Demetrio y la Pintada tumbados en la sala, al lado de la yegua. La Pintada comprende a qué viene Luis y le pide que le cuente la verdad sobre su “futura mujer”. La Pintada sabe que el Manteca y el Meco la sacaron de su casa y que Luis les pagó algo por ella para llevarla a la fiesta en honor a Demetrio.

Al parecer, la Pintada decidió encerrar a la chica en una habitación para alejarla de Demetrio. Busca la llave para dársela a Luis y no la encuentra. Mira por la cerradura y larga una carcajada. Dentro de la habitación está la muchacha y Margarito.

Cuando Margarito sale a dar de comer a su caballo, la Pintada libera a la muchacha y la echa para que vuelva a su casa.

Análisis

La Segunda parte de la novela marca la catábasis (descenso) del héroe y sus hombres. Esta sección abre con los revolucionarios compartiendo historias en los que han matado con gusto y por capricho. Según el narrador, el tema del “yo maté” es inagotable. No obstante, es la entrada de dos nuevos personajes lo que más va a subrayar la escalada de violencia. Se trata de Margarito, un oficial de Natera, y la Pintada, una soldadera que sigue a los revolucionarios para saquear. Ambos van a terminar por unirse a la banda de Demetrio y contribuyendo a su decadencia.

Por su parte, Demetrio también empieza a modificar algunos de sus comportamientos y a dejarse llevar por el clima que lo rodea. Por ejemplo, en un principio solo quiere beber tequila, pero, luego, cuando le anuncian que ahora es general, elige celebrar con champaña. Precisamente la falsedad de los rangos aparece retratada en esta parte de la novela en dos ocasiones. La primera es cuando Luis Cervantes le presenta a Demetrio una aguilita de latón que es la insignia de su nuevo rango de general. Cuando la recibe, Demetrio dice: “ ¿Y qué voy a hacer ahora yo con este zopilote?” (p.92). El efecto de la confusión de Demetrio entre el águila, que tiene una connotación positiva y está asociada en la heráldica con el poder y el respeto, y el zopilote, un ave de rapiña, es el ridículo. La jerarquía dentro de las tropas revolucionarias son una burla. Más adelante, Demetrio asciende a Margarito de capitán primero a mayor sin pensar dos veces en medio de una borrachera. Nuevamente, lo que los hechos indican es que los rangos no tienen ningún mérito.

El descenso a la barbarie es central en estos capítulos. Cuando Demetrio y sus hombres, guiados por la Pintada, toman una casa elegante como base, se dedican a destruir todo lo que encuentran allí. Hay dos momentos durante su estadía en esa casa que simbolizan la barbarie. La primera tiene que ver con la destrucción de la cultura y sucede con la quema de libros. Para remarcar aún más el descontrol, uno de los libros que destruyen es una copia de la Divina Comedia, justamente del infierno, que refleja la corrupción de la banda. La segunda tiene que ver con la invasión de la barbarie en los espacios civilizados. Cuando la Pintada hace ingresar a la casa a la yegua y, luego, ella y Demetrio duermen al lado del animal, las personas están siendo equiparadas a las bestias. De hecho, en esta parte del libro cuando se habla de alimentar a los caballos y las yeguas se utilizan las palabras “cenar” y “almorzar”, lo que desdibuja los límites entre lo animal y lo humano.

Asimismo, otro tema central en estos capítulos es el machismo. Cuando Luis Cervantes lleva a una muchacha de 14 años a la celebración en honor al nombramiento de Demetrio como general, la presenta como su futura esposa. No obstante, Luis se siente satisfecho cuando percibe que a Demetrio la muchacha le gusta porque “clavaba su mirada de ave de rapiña en ella” (p.90). Las mujeres en este mundo de hombres son objetos de transacción. Con tal de congraciarse con su jefe, Luis está dispuesto a entregarle a la muchacha. De hecho, la Pintada se entera de que Luis pagó dinero para “comprar” a su futura esposa.

El episodio con la muchacha de catorce años marca un descenso moral en Demetrio también, ya que intenta llevársela a la recámara. El deterioro se hace sentir dentro de la banda y, en particular, la autoridad de Demetrios se empieza a resquebrajar. Sin embargo, los hombres siguen siendo leales, en especial Anastasio, que interviene para que Demetrio, borracho, no mate a la Pintada.