Libro de buen amor

Libro de buen amor Resumen y Análisis Estrofas 576-909

Resumen

Luego de que don Amor se marcha, el arcipreste medita sobre las enseñanzas que este le ofreció y se propone cortejar nuevamente a una mujer. El poeta introduce a continuación el episodio de doña Endrina y don Melón de la Uerta. Ella es una mujer viuda, hermosa, mesurada y risueña, de quien don Melón se enamora. Entonces, recurre a doña Venus, la esposa de don Amor, para pedirle consejos.

Don Melón le pide a doña Venus que le conceda dicha, le explica que sufre a causa del amor que siente por una dama y que teme padecer daños peores. También manifiesta que no quiere ocultar su dolor, puesto que, poniéndolo al descubierto, puede aliviarlo, y revela que está enamorado de doña Endrina. Doña Venus, entonces, le indica que debe declararle sus deseos a la mujer, sin miedo y sin vergüenza, y que debe servirla. También afirma que don Amor, que leyó a Ovidio, sabe que no hay mujer que, tarde o temprano, a causa del empeño puesto en ella, no termine enamorándose.

A continuación, doña Venus le indica que hable con la mujer con palabras divertidas y gestos cariñosos, puesto que las mujeres quieren a los hombres alegres, y no a los sañudos, y que, además, la alegría hace a los hombres apuestos. También le aconseja que no hable mucho, para no ser confundido con un mentiroso, y que sea sutil y diligente. Finalmente, le indica que busque una buena “medianera” (es decir, una alcahueta 645a), y se marcha.

Poco después, don Melón le declara su amor a doña Endrina cuando la encuentra en una plaza, pero, dado que este no es un lugar adecuado para hacerlo, la persuade para alejarse de allí y consigue que entre en un portal. Doña Endrina muestra recelo y rechaza al hombre desde el inicio, pero él insiste en su declaración y jura que su amor es verdadero. Luego, don Melón le pide poder dialogar con ella en otra oportunidad, y ella accede con la condición de hacerlo ante testigos, para preservar su honra. Don Melón le pide que le permita, en alguna ocasión, abrazarla, pero doña Endrina responde que solo le otorga un diálogo con ella.

A continuación, don Melón acude a una trotaconventos, una alcahueta muy experimentada, para que convenza a doña Endrina de casarse con él. Ella es una anciana buhonera y accede a ayudarlo. A cambio, don Melón le da una abrigo. Poco después, la alcahueta llega a la casa de doña Endrina y comienza a hablarle las virtudes de don Melón, pero doña Endrina no se deja persuadir. Luego, la anciana le habla sobre la necesidad de que un hombre la proteja, y doña Endrina señala que aún no ha terminado el período de luto por su esposo difunto. La anciana insiste, sosteniendo que ya ha pasado un año y la viuda le pide que no la apremie tanto el primer día.

Más tarde, la anciana vuelve a la casa de don Melón y le comunica la falsa noticia de que doña Endrina se casará con otro hombre. Don Melón se muestra desconsolado, pero, luego, la alcahueta le revela el engaño y afirma que la mujer se casará con él. Poco después, la alcahueta consigue entrar a la casa de doña Endrina, engañando a doña Rama, su madre. Allí, habla a solas nuevamente con doña Endrina, quien confiesa que se ha enamorado de don Melón. La anciana la convence entonces de visitar la casa de ella al día siguiente. Con la complicidad de la alcahueta, don Melón se presenta también en la casa de la anciana aquel día y goza de doña Endrina, por lo que ella, por temor a la deshonra, accede a casarse con él.

Finalmente, el arcipreste explica que relató la historia de doña Endrina para enseñar con su ejemplo, y advierte a sus lectores que se prevengan de las ancianas falsas.

Análisis

A diferencia de los casos anteriores, en el episodio de doña Endrina y don Melón de la Uerta, el proceso amoroso se relata detalladamente. En este caso, aunque el narrador protagonista parece seguir siendo el arcipreste, en la copla 727 nos enteramos de que se trata de otro, don Melón de la Uerta. Más tarde, el arcipreste retoma la narración explicando que incluyó la historia de la “fija del endrino ("hija del endrino, es decir, doña Endrina", (909 a) para dar el ejemplo, “mas non porque a mí vino” (909 b).

El episodio cuanta la historia de cómo don Melón de la Uerta consigue gozar de doña Endrina gracias a la intervención de una anciana trotaconventos, astuta y embelesadora, que engaña a la viuda. También, la historia revela cómo, a consecuencia de eso, el protagonista termina casándose con ella. En los manuscritos faltan algunos folios, entre ellos los que relatan el momento en que don Melón goza de doña Endrina. De hecho, el manuscrito más completo presenta una laguna de treinta y dos estrofas.

Este episodio es una adaptación o traducción amplificada del libro Pamphilus, una comedia elegíaca del siglo XII escrita en latín, atribuida antiguamente, de manera errónea, a Ovidio. El libro relata la historia de Pánfilo, quien está enamorado de la doncella Galatea y recurre, en primer lugar, a Venus y luego a una anus, una alcahueta, en busca de ayuda para cortejar a la mujer. En el Libro de buen amor, don Melón ocupa el lugar de Pánfilo, y doña Endrina, el de Galatea.

Por otro lado, el poeta alude al libro Pamphilus en algunas ocasiones: en primer lugar, antes de iniciar el relato del episodio, cuando don Amor se despide del arcipreste, le anticipa: “Pánfilo mi criado (…) / con mi muger doña Venus te verná a castigar ("a enseñar”)" (574 cd). Luego, cuando presenta a la anciana trotaconventos, don Melón señala: “Doña Venus por Pánfilo non pudo fazer / de cuanto fizo aquesta por me fazer placer ("cuanto hizo esta por darme placer", 698 cd). Los versos sugieren que Venus no ayudó a Pánfilo tanto como la alcahueta ayudó a don Melón para que alcance sus propósitos amorosos. Otra interpretación, sin embargo, sugiere que Venus no hizo por Pánfilo más que lo hizo por don Melón, quien ocupa el lugar de aquel personaje en este relato. Por último, el relato de este episodio se cierra aludiendo nuevamente a Pánfilo y a Ovidio (llamado “Nasón”): “Si villanía he dicho, aya de vós perdón, / que lo feo de la estoria diz Pánfilo e Nasón” (891 cd).

La figura de la alcahueta que acá encontramos es frecuente en la literatura erótica medieval. Se trata de una mujer que concierta, encubre o facilita una relación amorosa, generalmente ilícita. También llamada “medianera”, esta mujer tenía mala fama y se le atribuían cualidades de bruja por el poder de encantamiento que ejercía con su palabra. En el episodio de doña Endrina y don Melón se observa que el personaje es capaz de encender la pasión amorosa de la viuda con su discurso sagaz, elocuente e insistente. Además, también es capaz de manipular al amante, dándole o quitándole las esperanzas de alcanzar sus propósitos.

Por otra parte, en este episodio podemos observar que el amor se representa insistentemente asociado a las enfermedades y a las heridas. Por ejemplo: “Só ferido e llagado, de un dardo só perdido” (“estoy herido y llagado, por un dardo estoy perdido”, 588 a); “non oso mostrar la llaga” (588 c); “e aún dezir non oso el nombre de quien me ha ferido” (588 d); “Esta dueña me firió de saeta enarbolada” (“con saeta envenenada”, 597 a); “atravesóme el coraçón” (597 b); “perdí seso, perdí fuerça, mudéronse mis colores” (654 d); “los labrios de la boca tiénblanle un poquito / el color se le muda bermejo e amarillo” (810 ab).

Por último, en el discurso de doña Venus podemos ver un procedimiento que es propio del maestro o del predicador: la variación sobre una misma idea que se repite: por ejemplo, cuando alienta a don Melón a no desanimarse si recibe al comienzo una respuesta negativa de su dama:

Non te espantes d’ella por su mala respuesta
con arte e con servicio ella la dará apuesta (“buena”)
que siguiendo o serviendo en este coidado es puesta:
el omne mucho cavando la gran peña acuesta (“derriba”).

Si la primera onda de la mar aïrada
espantase al marinero quando viene torbada,
nunca la mar entrarié con su nave ferrada
non te espante la dueña la primera vegada (“vez”).

Jura muchas vezes el caro vendedor
non dar la merchandía sinon por grand valor
afincándolo mucho artero conprador
lieva la merchandía por el buen corredor (“intermediario”). (613-615)

Asimismo, como señala Lida de Malkiel, no escasean las coplas totalmente formadas por máximas, como en este caso, cuando doña Venus le sugiere a don Melón que con arte y empeño puede alcanzar sus propósitos:

Sírvela con grant arte, e mucho te achaca:
el can que mucho lame sin dubda sangre saca;
maestría e arte de fuerte faze flaca
el conejo por maña doñea a la vaca. (“domina a la vaca”) (616)