Enrique IV, parte 2

Enrique IV, parte 2 Resumen y Análisis Acto V, Epílogo

Resumen

Acto V

Escena I

Esta escena transcurre en la casa del Juez Trivial. Allí están el dueño de casa, Falstaff, Bardolfo y un paje de la casa llamado Davy.

Durante toda esta escena, el Juez Trivial le insiste a Falstaff para que se quede esa noche en su casa a cenar. Falstaff amablemente rechaza la invitación una y otra vez. Cuando Trivial y Davy salen de escena, Falstaff realiza un monólogo en el que se burla de la estupidez de Trivial y sus sirvientes. Dice que recopilará anécdotas sobre el juez para divertir al Príncipe Hal cuando se reencuentren.

Escena II

Esta escena transcurre en una sala del Palacio Real. Allí está Warwick y Lord Justicia. Warwick le informa al Lord Justicia que el rey ha muerto. Este se preocupa por el futuro del reino y por su propia posición en la corte. Considera que Hal no lo quiere y puede despedirlo.

Entra Hal, quien ahora es el Rey Enrique V, junto a sus hermanos. Tras prometerles a todos que será un buen rey, conversa con Lord Justicia. Este, cuando servía a Enrique IV, mandó a encarcelar a Hal por comportarse indebidamente. Hal le dice que por eso mismo lo mantendrá en su puesto. Al encarcelarlo otrora ha demostrado un gran coraje. Lo felicita por haber puesto en primer lugar su responsabilidad y tomar el riesgo de encarcelar al hijo del rey. Espera que mantenga esa rectitud, pero ahora sirviendo para él.

Finalmente, Enrique V afirma que llegó el momento de demostrarle a todo el mundo que es un hombre recto y respetable.

Escena III

Esta escena transcurre en la casa del Juez Trivial. Allí se encuentran el dueño de casa, Falstaff, Davy, Bardolfo y Silencio. Están comiendo, bebiendo y cantando.

Entra en escena Pistola y les informa a todos que el Rey Enrique IV ha muerto y que Hal se ha convertido en el nuevo rey de Inglaterra. Pistola, Bardolfo, Falstaff y Trivial parten de inmediato rumbo al Palacio Real para felicitar al nuevo rey. Falstaff está seguro de que se convertirá en su consejero, y que Lord Justicia será despedido.

Escena IV

Esta escena transcurre en una calle de Londres. Dorotea Rompe-Sábanas es apresada por los alguaciles, quienes la acusan de haber cometido un asesinato junto a Pistola.

Escena V

Esta escena sucede en una plaza cercana al Palacio Real. Entran dos grooms y cubren el suelo con esteras para que, sobre estas, se lleve a cabo la coronación. Salen.

Entran en escena Pistola, Bardolfo, Falstaff y Trivial. Falstaff Espera con ansias la llegada de Enrique V. Pistola le informa que Dorotea ha sido encarcelada. Falstaff promete entonces que utilizará sus poderosas influencias para liberarla.

Entra en escena Enrique V. Falstaff se acerca para saludarlo calurosamente, pero el rey lo ignora y afirma no conocerlo. Luego le aclara que él ya no es el mismo. Finalmente, le ordena a Lord Justicia que destierre a Falstaff, pero que le otorgue algún dinero para que pueda sobrevivir y reformarse.

Falstaff cree que Enrique V está actuando. El Juez Trivial, quien le ha prestado mil libras, le exige que se las devuelva de inmediato. Llega Lord Justicia y ordena que se lleven a Falstaff y a todos sus compañeros a prisión.

El Príncipe Juan conversa con Lord Justicia. Elogian a Enrique V por haberse deshecho de Falstaff. Finalmente, el Príncipe Juan vaticina con orgullo y esperanza que, en poco tiempo, Enrique V llevará al ejército real a combatir a Francia.

Epílogo

Sale un bailarín a escena. En primer lugar, se disculpa por las deficiencias de la obra y promete que la historia continuará en una próxima pieza. Luego, aclara que Falstaff no debe ser confundido por los espectadores con Oldcastle, dado que este último murió como un mártir, mientras que Falstaff murió a causa de su gordura.

Análisis

En este último acto, Falstaff ocupa un lugar protagónico. Desde la primera hasta la última escena, Shakespeare va preparando con maestría el escenario para su caída definitiva.

En la primera escena, Falstaff aún se encuentra de juerga en la casa del Juez Trivial. Se burla de este con aires de superioridad y llega a decir: “Tendré tema suficiente, con este Trivial, para tener al Príncipe Harry en continua risa” (p. 203). A esta altura, el espectador ya sabe que el Príncipe Harry se ha convertido en el Rey Enrique V y puede sospechar que el tiempo de las risas y la banalidad se ha terminado.

Esta sospecha se confirma en la segunda escena, cuando Enrique V les promete a sus hermanos que será un rey recto, y luego ratifica la posición de Lord Justicia en la corte. Lord Justicia, en el pasado, llegó a encarcelar al príncipe por sus fechorías. Sin embargo, Enrique V, lejos de pretender vengarse de aquel que lo persiguió, felicita a Lord Justicia por su rectitud inquebrantable. Enrique V demuestra cabalmente que no es el Príncipe Hal.

Falstaff no aparece en esta segunda escena, pero está sumamente presente. La reconciliación entre Enrique V y Lord Justicia presagia lo peor para él. Falstaff y Lord Justicia son personajes totalmente opuestos. Falstaff es irresponsable, irreverente, glotón, pícaro. Lord Justicia es responsable, respetuoso, moderado. Falstaff es un ladrón. Lord Justicia es el responsable de encarcelar a los ladrones. Falstaff representa todo lo que Lord Justicia desprecia y precisa controlar. Lord Justicia representa todo lo que Falstaff desprecia y precisa evadir. En el pasado, el Príncipe Hal fue amigo de Falstaff y enemigo del Lord Justicia. En el presente, Enrique V desprecia a Falstaff y valora profundamente a Lord Justicia.

En la tercera escena, vemos a Falstaff embriagado junto a Bardolfo y Trivial. Llega entonces Pistola con la noticia de que ha muerto Enrique IV y Hal se ha convertido en el Rey Enrique V. Entonces, Falstaff estalla de felicidad. Cree que se convertirá en consejero del nuevo rey, y decide ir enseguida a su encuentro.

El encarcelamiento de Dorotea Rompe-Sábanas en la cuarta escena empeora aún más el panorama de Falstaff. No solo porque encarcelan a la mujer por la que siente cariño, sino porque evidencia que algo ha cambiado definitivamente: las personas de mala vida ya no tienen la protección de un príncipe y, por lo tanto, pueden ser llevadas a prisión.

En la última escena, Falstaff se encuentra cara a cara con la dura verdad: el Príncipe Hal ya no existe más y esta nueva persona, el Rey Enrique V, no lo reconoce, y así se lo dice: “No te conozco, anciano. Ve a tus oraciones. ¡Qué mal sientan los cabellos blancos a un loco y a un bufón! Largo tiempo he soñado con un hombre de esa especie, tan hinchado por la orgía, tan viejo y tan profano. Pero, despierto, he despreciado mi sueño” (p. 215). La vida descarriada del príncipe se ha convertido en un sueño despreciable que tiene a Falstaff como protagonista. Tras estas palabras, el rey manda a encarcelar y desterrar a Falstaff. Eso sí, Enrique V se asegura de que Falstaff reciba un dinero para poder sobrevivir, reformarse y reincorporarse luego a la sociedad.

Al respecto, es interesante destacar que en Enrique IV: primera parte se presagia este destierro. En la cuarta escena del segundo acto, el Príncipe Hal representa en broma el papel de su padre mientras que Falstaff representa al Príncipe Hal. En esta actuación, tienen un diálogo en el que Falstaff se elogia a sí mismo, mientras que el príncipe lo desprecia una y otra vez, hasta que dice la siguiente línea: “Le destierro, así lo quiero” (p. 75). Cuando, efectivamente, el príncipe se convierte en rey, este presagio se convierte en un hecho.

Al desterrar a Falstaff, Enrique V les demuestra a todos que es otra persona, que se ha acabado definitivamente el tiempo de las bromas, y también demuestra que él no es como su padre. Enrique IV habría desterrado a Falstaff sin ningún reparo. Enrique V es un rey más político, que comprende que hacerse enemigos siempre tiene un costo. Por eso, exilia a Falstaff, pero le brinda una ayuda económica. El Príncipe Juan dice entonces: “Me gusta esa hermosa conducta del rey; entiende que sus compañeros habituales sean dignamente auxiliados; pero todos son desterrados hasta que sus hábitos parezcan al mundo más cuerdos y decorosos” (p. 216).

En la última línea de la obra, Juan vaticina que, bajo el mando de Enrique V, Inglaterra finalmente conseguirá la paz en el interior del reino y podrá luchar contra Francia. Esto fue así. Enrique V comandó a su ejército contra Francia en la Guerra de los Cien Años y logró una victoria fundamental en la Batalla de Azincourt en 1415.

Cuando termina la obra, sale un bailarín a escena y realiza un epílogo dedicado fundamentalmente a aclarar que el personaje de Falstaff no tiene ninguna relación con Oldcastle. Esta salvedad fue agregada por Shakespeare a raíz de un conflicto que se generó en las representaciones tempranas de Enrique IV: primera parte. Por entonces, el personaje de Falstaff se llamaba Sir John Oldcastle. John Oldcastle fue un líder protestante que, así como Falstaff en la ficción, tenía una estrecha amistad con el príncipe Hal. Este, tal como ocurre en Enrique IV: segunda parte, al convertirse en el Rey Enrique V, decidió cortar sus lazos de amistad con Oldcastle y condenarlo por herejía. Oldcastle estuvo en prisión, pero logró escapar y lideró una rebelión contra Enrique V. Dicha rebelión falló, y Oldcastle fue condenado a pena de muerte. Cuando se estrenó la primera parte de la obra, los descendientes de Oldcastle, que aún detentaban su título nobiliario, se ofendieron y exigieron al autor que modificara el nombre del personaje. Entonces, Shakespeare decidió que Oldcastle pasara a llamarse Falstaff. Este nuevo nombre está basado en Sir John Fastolphe, un caballero que en 1428 participó heroicamente de la Batalla de los Arenques contra los franceses, pero que luego fue degradado por haber huido cobardemente en el combate de Patay.