Un Mundo Feliz

Un Mundo Feliz Temas

Mercantilización

Huxley ve la sociedad mercantilizada como un perjuicio para la creatividad humana. En la novela, la sociedad modifica el comportamiento humano para que las personas busquen consumir tantos bienes y servicios como sea posible. Esta modificación a su vez significa que todos los que produczcan tales bienes o proporcionen dichos servicios podrán permanecer empleados. Por lo tanto, la economía de la sociedad se mantendrá estable.

Sin embargo, tal confianza en la mercantilización también atenúa cualquier intento de pensamiento original. El consumo se vuelve tan importante para la sociedad que toda la energía y la razón de una persona se ponen en actividades de trabajo y de ocio que consumen bienes que a su vez mantienen la economía en funcionamiento. Esto es, por supuesto, importante para mantener
el ambiente estructurado y controlado de la distopía de Huxley, pero también produce seres humanos que simplemente
hacen lo que se les ha enseñado y no tienen razón alguna para pensar por sí mismos.

Distopía

Una distopía es un tipo de mundo de ciencia ficción o fantasía que predice el futuro bajo una luz negativa. Un mundo feliz, de Huxley,
y 1984, George Orwell, fueron dos de las primeras novelas distópicas modernas. Ambas describían una sociedad futura en la que los gobiernos tenían un control dictatorial completo sobre las personas, mientras el control estatal y la conformidad habían reemplazado las libertades de la vida moderna y el derecho de las personas a la búsqueda de la felicidad.
Las novelas distópicas como Un mundo feliz son críticas de las instituciones modernas. Tales obras toman una instancia de
injusticia o mal percibido en una sociedad y llevan esas situaciones a lo que serían sus fines lógicos. En Un mundo feliz, Huxley critica las instituciones gubernamentales modernas cuyo poder se ha infiltrado lentamente en la vida de la gente común. Este proceso a menudo ocurre en nombre de la seguridad o la paz, aunque tales acciones llevan inevitablemente a la destrucción de todo lo que es bueno en una sociedad, como la libertad o la creatividad.

Libertad

Un mundo feliz define en gran medida la libertad a través de las estructuras que impiden la libertad. Bernard siente estas limitaciones muy agudamente, como en una escena del capítulo 6, cuando Bernard y Lenina tienen una conversación sobre la libertad. Lenina insiste en que todos tienen una gran libertad: la libertad de "pasarla maravillosamente bien" El soma representa este tipo de libertad, ya que pone a las personas en un estado hipnótico en el que ya no sienten que tengan que hacer preguntas o desafiar las estructuras de la sociedad. Bernard insiste en que esto no es la libertad en absoluto.

Bernard afirma que su ideal de libertad es la libertad de ser un individuo separado del resto de la sociedad. Bernard se esfuerza por ser libre a su "modo ... no a los ojos de los demás". Huxley argumenta aquí que ciertas estructuras en nuestra propia sociedad moderna funcionan de la misma manera que las drogas como el soma funcionan en esta distopía fantástica. Huxley discute a menudo el uso de la publicidad específicamente por el modo en el que hipnotiza a las personas para querer y comprar los mismos productos. Estas cuestiones mantienen a las personas dentro de las estructuras predefinidas y anulan el libre pensamiento, lo que, en última instancia, restringe la libertad.

Impulso humano

Los impulsos humanos juegan un papel complicado en la novela. Primero, Huxley sugiere que pueden tanto estabilizar como desestabilizar la sociedad, como en el caso de la actividad sexual. En Un mundo feliz, las autoridades alientan a todos los seres humanos a dormir con tantas personas como puedan. En generaciones anteriores, las instituciones como el matrimonio
controlaban estos impulsos. La gente trató de limitar sus impulsos, pero cuando ya no pudieron, tales instituciones se desarmaron.

Al abolir las instituciones como el matrimonio y alentar el comportamiento que la sociedad alguna vez consideró inmoral, los líderes del nuevo mundo se han librado de los peligros inherentes de estos impulsos sexuales. Sin embargo, Huxley también sugiere que la libertad de estos impulsos socava la creatividad de la humanidad. La completa libertad para tener placer ha convertido a cada persona en un infante, incapaz de pensamiento adulto y creatividad. Por ejemplo, Bernard anhela tener más control sobre sus impulsos, pero la exhibición de tal control desconcierta a otros que han aprendido a ser libre con sus impulsos.

El poder del conocimiento

El mundo civilizado de Huxley es una sociedad de máximo conocimiento. Los humanos han conquistado casi todas las áreas de la investigación científica; controlan la vida, la muerte, el envejecimiento, el placer y el dolor. Este dominio del conocimiento ha dado a los seres humanos tienen un gran control sobre su mundo, y este control, a su vez, les ha dado un gran poder a aquellos que primero vislumbraron tal sociedad, y que continúan manteniendo su existencia.

Sin embargo, este conocimiento y el abuso de poder que a menudo inspira conducen a una caída, como lo simbolizan las frecuentes alusiones de Huxley al Macbeth de Shakespeare. En la obra de Shakespeare, Macbeth gana pequeños fragmentos de conocimiento de los eventos presentes y futuros que lo llevan a buscar más poder y control sobre su reino. Sin embargo, este conocimiento conduce al abuso de poder y es la causa de su desaparición definitiva. Del mismo modo, los personajes de la novela de Huxley deben permanecer en la oscuridad sobre el verdadero funcionamiento de la sociedad porque el conocimiento los conducirá a su muerte final.

Felicidad utilitaria

Una sociedad utilitaria tiene como objetivo producir la mayor cantidad de bienes para la mayor cantidad de personas. En la sociedad de Huxley, este bien particular es la felicidad, y el gobierno, la industria y todos los demás aparatos sociales existen para maximizar la felicidad de todos los miembros de la sociedad.

John el Salvaje se rebela contra esta noción de felicidad utilitaria. Argumenta que la humanidad también debe saber cómo ser infeliz para crear y apreciar la belleza. El uso de soma es un ejemplo de lo opuesto. La gente toma la droga para "tomarse vacaciones" de cualquier tipo de infelicidad. Como se niegan a experimentar la infelicidad, la droga los mantiene alejados del asombro y la apreciación de la belleza, como en la escena en que Lenina y
Bernard vuelan sobre el Canal de la Mancha. Él ve una hermosa exhibición del poder de la naturaleza; ella ve una escena horriblemente aterradora que quiere evitar.

La transformación de las relaciones humanas

La sociedad en Un mundo feliz solo puede sobrevivir porque ha destruido cualquier remanente de relaciones y lazos humanos. Las relaciones de padre y madre ya no existen porque todos los seres humanos nacen en un
laboratorio científico. La relación entre marido y mujer ya no es necesaria porque la sociedad evita la monogamia, y todos los hombres y mujeres aprenden a compartirse el uno con el otro por igual.

El costo de estas acciones es que los seres humanos no pueden experimentar verdaderamente las emociones del amor. Tanto John como Lenina comienzan a sentir estas fuertes emociones en el transcurso de la novela, pero no pueden actuar sobre estas emociones de una manera constructiva porque ninguno puede comprender cómo tener una relación en su sociedad.

Los límites de la ciencia

Mientras que la sociedad ha prohibido principalmente el arte y la religión en lugar de la ciencia, Mustafá Mond también afirma que demasiado progreso científico también puede reducir la felicidad de cada individuo. La ciencia, le dice al lector, es responsable de gran parte de los logros de su sociedad y de los niveles de felicidad que cada individuo alcanza. Sin embargo, si el progreso científico ocurre sin restricción, dará lugar a menos felicidad.
Por ejemplo, el gobierno no manipula alimentos en un laboratorio científico, aunque sería más rápido y alimentaría a más personas. Con el cultivo natural de alimentos, el gobierno da más trabajo a las personas de la casta inferior, manteniéndolos ocupados y felices. Este ejemplo muestra que el progreso no siempre maximiza la felicidad, un hecho que John el Salvaje ve con claridad en su nueva sociedad.