Rosario Tijeras

Rosario Tijeras La sicaresca como género literario

Rosario Tijeras es considerada un exponente de la literatura sicaresca. Esta expresión, creada por el autor Héctor Abad-Faciolince, remite a una "nueva escuela literaria surgida en Medellín" (Faciolince, 1995). Si bien no deja del todo en claro qué obras constituyen este género, para este escritor la palabra sicaresca remite a la fascinación por la figura del sicario que comenzó a aparecer en la literatura colombiana desde la década del ochenta.

En un principio, este término fue concebido con un significado despectivo. Según Abad-Faciolince, esta literatura carece de valor real, ya que se limita a reproducir la truculencia y el morbo imperante en la ciudad de Medellín. Además, el éxito comercial de los testimonios y textos periodísticos escritos por delincuentes o familiares vinculados con el narcotráfico hace que sea considerado como una literatura mercenaria que no tiene valor artístico.

Este género es un juego de palabras con la picaresca española. Esta corriente literaria tiene como protagonista a un pícaro, un personaje dudoso moralmente, que cuenta, en general en primera persona, sus fechorías. Así, comparte con la sicaresca la narración hecha por un protagonista y cierta mirada bondadosa y tolerante hacia las acciones de este personaje.

Sin embargo, afirmar que el uso de la primera persona es una regla para la sicaresca es un error. En este sentido, Rosario Tijeras es una excepción a la regla: el narrador, Antonio, es cercano a Rosario, pero no es la protagonista la que cuenta sus crímenes. Este narrador testigo pertenece a la sociedad normalizada y exhibe rasgos de una cultura elevada, a la que Rosario no pertenece. En este sentido, hay cierta distancia entre la mirada de Antonio y la vida misma de Rosario.

A pesar de esta distancia, en Rosario Tijeras predomina una mirada fascinada sobre la mujer. A lo largo de toda la novela, el narrador justifica las acciones criminales de la mujer debido a su origen. De alguna manera, el entorno determina para Antonio las acciones y decisiones que toma Rosario; la violencia que acompaña a la mujer a lo largo de toda su vida condiciona su personalidad y su forma de ser. En este sentido, podríamos pensar que la novela busca generar cierto nivel de conciencia en los lectores respecto de otras realidades socioeconómicas como, por ejemplo, esa marginalidad de la que proviene Rosario.