Rimas

Rimas El Romanticismo tardío español

Como hemos visto en el transcurso de la guía, las Rimas de Bécquer, dadas sus características, se enmarcan dentro del Romanticismo. Ahora bien, estas fueron publicadas en 1871, cuando ya el Romanticismo europeo estaba prácticamente en desuso y se imponía el Realismo como la estética predominante. De hecho, en Alemania e Inglaterra se considera que el final del Romanticismo es en el año 1848, denominado también como el “Año de las Revoluciones Obreras”.

Este aparente desfasaje temporal entre la obra del autor y la estética romántica, en realidad no es tal, dado que en España el Romanticismo comenzó más tarde que en Alemania (donde se originó la estética) e Inglaterra, y continuó durante varias décadas más, cuando este ya se había extinguido en dichos países. A este romanticismo se lo denomina Romanticismo tardío o Posromanticismo. Además de Bécquer, los otros autores destacados del Romanticismo tardío son Rosalía de Castro y el poeta, amigo de Bécquer, Augusto Ferrán.

La diferencia más importante entre el Romanticismo y el Posromanticismo radica en la temática. Los representantes más importantes del Romanticismo español son José de Espronceda, Mariano Larra y José Zorrilla. Estos autores se destacan por reivindicar en sus obras a la nación española, sus costumbres y sus baluartes. Como hemos visto, la poesía de Bécquer en ningún momento hace alusión a estos temas.

Durante el Romanticismo Tardío, el interés por lo histórico y la importancia de la nación pasan a un segundo plano, y se privilegia la temática sentimental, íntima, ligada al amor. Se considera que Heinrich Heine fue una influencia fundamental para los autores españoles del Posromanticismo.

Heine fue un poeta alemán que nació en 1797 y murió en 1856. Es considerado “el último poeta” del Romanticismo. Él fue quien con su Libro de canciones, publicado en 1827, inauguró ese romanticismo que, utilizando un lenguaje sencillo, puso en primer lugar la lírica sentimental, por sobre los otros tópicos de la estética. La afinidad de las Rimas de Bécquer con la obra de Heine es tal que cierta parte de la crítica ha llegado a afirmar que la obra del autor español es una copia de la de Heine e, incluso, un plagio.

El Posromanticismo español tiene la particularidad de mantenerse al margen de las otras escuelas estéticas europeas. Heine, su máxima influencia extranjera, ya estaba muerto cuando los poetas posrománticos escribían obras de su estilo. Incluso, dentro de España, el Realismo ya imperaba dentro del teatro y la novela, mientras Bécquer escribía sus Rimas. La fontana de oro, primera novela de Benito Pérez Galdós, el autor español más importante del Realismo, data de 1868. Es decir, es coetánea a la escritura de los poemas de Bécquer.

De algún modo, se consideraba que los posrománticos estaban escribiendo fuera de época. Podían llegar a ser leídos por una gran cantidad de personas, pero no tenían reconocimiento dentro de los círculos literarios, ya que estaban demodé. La sociedad de mediados del siglo XIX estaba atravesada por conflictos políticos y sociales como nunca antes. Las luchas obreras habían comenzado a visibilizar enormes complejidades, y se consideraba que la literatura debía representarlas. El Realismo, entonces, era visto como la estética que correspondía a la época, incluso desde el punto de vista ideológico. El mundo de ensoñación de los posrománticos aparecía como una cursilería insensata, de otra época.

Hoy, ciento cincuenta años después, muchos de los escritores realistas fundamentales de esa época, como Ramón de Campoamor o Gaspar Núñez de Arce, están prácticamente olvidados. Bécquer, por su parte, sigue siendo leído e incluso ha influenciado a poetas de la talla de Antonio Machado o Pablo Neruda, que han encontrado en sus temas una universalidad que va más allá de una época determinada, y una forma simple, pero ingeniosa, de plasmar sus versos utilizando un lenguaje que no precisa de grandes extravagancias para ser profundo y conmover a los lectores.