Las malas

Las malas Lista de Personajes

Camila

Camila, la narradora de la novela, es una joven travesti que llega al Parque Sarmiento y es adoptada por el grupo de prostitutas que trabaja allí. Su infancia, cuyos episodios intercala en la narración, transcurre en dos pueblos de la provincia de Córdoba: Los Sauces y Mina Clavero. Cristian, el niño, manifiesta desde pequeño sus inclinaciones femeninas y su deseo de ser mujer. Hacia los 15 años comienza a travestirse en el pueblo, y así nace Camila. Una vez en Córdoba, Camila desarrolla una doble vida: la del estudiante universitario y la de la travesti que debe prostituirse para salir adelante. El relato de Camila es intenso y de una crudeza impactante: la vida de las travestis está atravesada por el escarnio social, y cada noche implica ponerse en peligro y sufrir todo tipo de violencias. Sin embargo, ella destaca también la fiesta que puede ser la vida travesti; la explosión de alegría y de dicha que vive con sus compañeras. Así, su personaje se construye desde la complejidad de las dualidades y los contrastes.

La Tía Encarna

Se trata de una travesti que dice haber llegado de España y que se transforma en la madre adoptiva para las otras travestis que conforman el clan o la manada de Parque Sarmiento. Encarna protege a sus hijas putativas y las salva en más de una ocasión de situaciones de violencia. Al comienzo del relato, encuentra un niño abandonado en el Parque y decide criarlo como si fuera su hijo.

Encarna aloja en su casa a las otras travestis que conforman su familia y las contiene con su instinto maternal, aunque a veces también se muestra caprichosa y suele reclamar constantemente el amor de la gente que la rodea. Al final de la novela, abrumada por la persecución de todo su barrio, Encarna se termina suicidando junto a su hijo.

El Brillo de los Ojos

Se trata del bebé abandonado que La Tía Encarna encuentra en Parque Sarmiento y se lo lleva a vivir a su casa. Lo bautizan como El Brillo de los Ojos por la forma en que su mirada devuelve el brillo a las miradas apagadas de las travestis. El niño crece lleno de amor y rodeado de protección en la casa travesti de Encarna. Va al jardín, donde sufre el acoso de otros niños por la naturaleza de su madre. Sin embargo, El Brillo de los Ojos ama condicionalmente a Encarna y la comprende totalmente.

Al final del relato, el niño muere junto a su madre, quien se rinde frente al acoso social del que es víctima y decide quitarse su vida y terminar, también, con la de su hijo.

Natalí

Se trata de una travesti que vive junto a La Tía Encarna y que es también una Lobizona. Natalí nació como el séptimo hijo varón, por lo que es ahijada de Alfonsín y todas las noches de luna llena sufre la transformación en una bestia furiosa.

Sus compañeras travestis organizan la vida de la casa en función de la luna llena y el ciclo de la lobizona, y esto reemplaza o paralela el ciclo menstrual de las mujeres cis. Cada transformación agota y avejenta el cuerpo de Natalí, quien termina muriendo durante un invierno especialmente frío.

María

Se trata de una travesti sordomuda que fue rescatada por La Tía Encarna y que vive con ella en su casa. Por su condición de travesti y sordomuda, María sufre el peor de los ostracismos posibles: no hay ámbito social en que pueda insertarse, por lo que termina recluyéndose en la casa de Encarna.

María se transforma poco a poco en pájaro y vive, aun bajo su forma animal, para amar a El Brillo de los Ojos.

La Machi Travesti

Se trata de una travesti paraguaya que es la guía espiritual de la manada. La Machi Travesti realiza los rituales del clan y atiende a las travestis enfermas. Se trata de una mujer que suele estar ebria o drogada y que mezcla en sus rituales el orden de lo sagrado con los elementos más profanos, en una dualidad que marca estructuralmente a toda la novela.

La Machi Travesti realiza el bautismo de El Brillo de los Ojos y la curación de una travesti golpeada por su amante. Al final del libro oficia también el rito tras la muerte de La Tía Encarna.

El Hombre Sin Cabeza

Se trata del novio de La Tía Encarna. Es un inmigrante africano que se desvive por su pareja y suele pasar todos los fines de semana con ella. Junto a otros inmigrantes africanos, forma parte de "Los Hombres Sin Cabeza", puesto que, según dicen las travestis, después de las guerras que los han expulsado de sus países están acostumbrados a pensar con todo su cuerpo y su piel, y no con la cabeza.

A su lado, La Tía Encarna se siente una persona importante y amada. Sin embargo, cuando llega El Brillo de los Ojos a su vida, Encarna comienza a distanciarse de su pareja y termina por echarlo de su casa. El Hombre sin Cabeza se suicida tras el abandono de La Tía Encarna, y le deja en su testamento todos sus bienes.

Laura

Se trata de la única mujer cis que conforma la manada de Parque Sarmiento. Laura siempre llega a trabajar en bicicleta, y suele traer comida para vender durante la noche. Siempre se muestra alegre y risueña y suele bromear con las travestis y apretarles el sexo inesperadamente.

Al inicio de la novela, Laura está embarazada y llama la atención de la narradora cómo puede seguir trabajando con aquella panza monumental. Ella dice que la maternidad le salvó la vida. Antes de eso, había estado en la cárcel y llevaba una peligrosa vida marcada por los excesos.

Laura da a luz mellizos. El parto es asistido por Nadina, una travesti que de día trabaja como enfermero y que se queda con ella para cuidarla los primeros meses de recuperación. Laura y Nadina se enamoran y terminan mudándose juntas y con los niños a Alta Gracia, donde abren una tienda de artículos de limpieza. Así, Laura puede abandonar la prostitución.

Nadina

Se trata de una travesti de más de un metro ochenta que de día trabaja como enfermero. Tras ayudar a Laura a dar a luz, se queda con ella, se termina enamorando y se mudan juntas a vivir en Alta Gracia.

La madre de Camila

La madre de la narradora está caracterizada como una mujer sumisa y pasiva que solo elige que su marido elija por ella. Camila la representa como una mujer débil, marcada por la desigualdad histórica entre hombres y mujeres y por su pobreza. Toda su familia se ha dedicado al trabajo como mucama, algo que incluso Camila repetirá en un momento de su vida.

La madre de Camila no toma decisiones en la familia y prácticamente no interviene sobre la crianza de su hijo; solo repite las opiniones de su marido.

El padre de Camila

El padre de la narradora se caracteriza por su machismo exacerbado, su alcoholismo y su naturaleza violenta. Tiene una familia con otra mujer, suele golpear a su pareja y abandonarla, a ella y también a su hijo, por largos periodos de tiempo.

Camila destaca todas las amenazas y los golpes que recibía de su padre, a quien acusa de haber matado cada deseo que ella manifestaba de pequeño.

Las Cuervas

Se trata de dos hermanos de clase alta que a veces se travisten y se presentan en Parque Sarmiento. La manada las trata con recelo y desconfía de su forma de vestir y de esa doble vida que llevan: de día interpretan el papel de "chicos bien", cisheterosexuales, y de noche ocupan ese espacio que no les pertenece, jugando a prostituirse junto a las travestis del Parque y quitándoles los clientes, a quienes, además, no les cobran, puesto que no necesitan el dinero.

Las cuervas son clasistas y en sus comentarios suelen dejar entrever que se consideran superiores a las travestis que a veces visitan.

Sandra

Se trata de la travesti más melancólica de la manada. Termina suicidándose cuando no soporta más la pena que la embarga.

Silvia

Se trata de una mujer cis diabética que vive en situación de calle y está rodeada por una manada de perros. Sandra la encuentra una noche agonizando debido a un infarto y la lleva al hospital. Allí terminan cortándole las piernas debido a la diabetes, y al poco tiempo muere debido a un virus intrahospitalario. Las perras que criaban se quedan entonces con la manada de travestis.

Angie

Es reconocida como la travesti más linda de Parque Sarmiento. Vive en Alta Gracia y llega al Parque por las noches, a veces acompañada por su primo, quien también se prostituye.

Angie es extremadamente optimista y vive para recordarles a sus compañeras que ser travesti es una fiesta. Vive junto a su novio, un albañil que tiene enamoradas a todas las travestis del Parque. Angie se contagia VIH y muere de sida rápidamente. Su novio la acompaña en el hospital en todo momento, por lo que se siente amada y afortunada hasta el final.

El novio de Angie

Se trata de un joven albañil que vive con ella y que la ama incondicionalmente. Durante su internación en el Hospital Rawson, el novio la acompaña todos los días, y Camila lo ve llorar desconsoladamente por el destino trágico que le espera a su novia.

Patricia

Se trata de una travesti renga y bizca, llegada del Chaco, que se caracteriza además por su naturaleza pendenciera y por dedicarse a robar carteras y billeteras en el centro de Córdoba.

La Tía Mara

Se trata de una travesti que vive y trabaja cerca de la pensión en que vive Camila. Un día, invita a la narradora a tomar un café a su casa y le muestra cómo trabaja y cómo lleva el registro de sus clientes. A los ojos de Camila, La Tía Mara ha logrado la estabilidad económica que toda travesti desea.

Abigail

Se trata de una de las travestis de la manada. No tiene protagonismo en la novela.

Lourdes

Se trata de una de las travestis de la manada. Contrae VIH y, luego, las siliconas que La Macha Travesti le ha inyectado le causan una enfermedad sanguínea que termina matándola.

El guardia del Zoológico

Se trata de un cliente de Camila que trabaja en un zoológico. Es gentil con la narradora, quien se enamora temporalmente de él.

El cliente tullido

Se trata de un cliente de Camila que es paralítico. Trabaja como preceptor en un colegio y una vez al mes contrata los servicios de la prostituta. Una vez Camila le dice que no quiere cobrarle más; entonces el joven se ofende y no vuelve a verla.

El cantante de cuarteto

Se trata de un cliente de Camila que en el pasado ha sido un cantante famoso de cuarteto. Cuando, en medio del coito, golpean la ventana, el cantante se pone muy nervioso ante la posibilidad de que alguien pueda encontrarlo con una travesti y se va de la pensión sin pagarle a la narradora.

El Hombre del Paraguas Negro

Se trata de un cliente que llega borracho a la pensión de Camila y termina quedándose a dormir. El hombre luego vomita y orina contra la cama de Camila, y la acusa de haberle robado cien pesos. Al final le pide perdón y se va, olvidando su paraguas detrás.

La Vale

Se trata de una travesti que vive y trabaja cerca de la pensión de Camila. Un día le da a la narradora una pastilla de viagra, para que la tome en caso de que un cliente desee ser pasivo y ella tenga problemas para lograr una erección.

La pequeña

Se trata de una de las travestis de la manada. No tiene protagonismo en la novela.