La casa de Bernarda Alba

La casa de Bernarda Alba Lista de Personajes

Bernarda Alba

Es la madre de las cinco mujeres. Tiene 60 años. Es la autoridad máxima dentro de la casa. Es autoritaria, conservadora de las tradiciones y avara. Moralmente, lo más importante para ella es conservar las buenas apariencias. Se preocupa en exceso por el qué dirán y teme arruinar su reputación. La felicidad es para ella un valor secundario o insignificante. Obliga a sus hijas a guardar luto por la muerte de su padre, Antonio María Benavides, durante ocho años. Sus hijas le temen, excepto Adela. Su criada, La Poncia, la odia y la considera una tirana. Mantiene a su anciana madre encerrada a causa de su locura, para que las vecinas no se enteran del estado en que se encuentra. Una vecina le teme también porque ella conoce la historia de su padre y siempre le hace insinuaciones con el asunto. Tiene un bastón que a menudo golpea contra el suelo, para llamar la atención y pedir orden. El bastón es un símbolo de su autoridad, además de un símbolo fálico. En este sentido, cabe destacar que Bernarda es un personaje con rasgos masculinos: asume el rol del hombre porque ejerce el poder en la casa, y en esta obra el lugar del poder es masculino. Ideológicamente, se considera superior a los pobres, a quienes desprecia. No quiere que sus hijas contraigan matrimonio con alguien que no pertenezca a su misma clase social. Su nombre, Bernarda, de origen germánico, significa "con fuerza de oso", y está relacionado con su poder y autoridad. Su apellido, "Alba", que significa primera luz del día, deriva del latín "albus", que significa "blanco" y está, por tanto, en estrecha relación con el color que predomina en la casa.

Adela

Es la hija menor de Bernarda, de 20 años. Es la única mujer dentro de la casa que se anima a desafiar la autoridad de su madre. Tiene un espíritu vital. Es rebelde, y la más hermosa de las cinco hermanas. Tiene el coraje necesario para seguir su voluntad y su deseo hasta las últimas consecuencias, y no le importa el qué dirán. Se siente dueña de su cuerpo y libre de hacer con él lo que quiere. Está enamorada apasionadamente de Pepe Romano, el hombre con quien va a casarse su hermana Angustias. Piensa que Pepe solo se comprometió con ella por dinero y cree que a quien realmente quiere es a ella. Además, ella es la única que desafía los mandatos sociales y el lugar que a su género y condición social le atribuyen. Desearía salir a los campos, como los segadores en verano, y sueña con vivir sola en una casa donde Pepe pueda ir a visitarla cuando quiera.

Martirio

Es hija de Bernarda. Tiene 24 años. Padece una enfermedad de la que no tiene esperanzas de curarse. Siente envidia y odio por Adela. La Poncia la describe como "un pozo de veneno" (102). Se considera a sí misma débil y fea. Dice haber tenido miedo de los hombres en su infancia. Tuvo una relación con Enrique Humanes, cuya continuidad impidió su madre por diferencias de clase de social, pero ella no se enteró. Está enamorada secretamente de Pepe Romano. Sabe que su hermana Adela tiene una relación sentimental con él a escondidas, y por ese motivo la vigila y la amenaza. Sus palabras están llenas de malas intenciones y no mide las consecuencias de sus actos. Su nombre puede ser interpretado como un símbolo de su sufrimiento físico y sentimental. Por otro lado, su nombre también puede aludir al hostigamiento que ejerce sobre Adela.

Amelia

Es hija de Bernarda. Tiene 27 años. Aunque está atenta a lo que hacen o dejan de hacer sus hermanas, no está enterada de la relación entre Adela y Pepe Romano, pues de noche duerme, y no le interesa vigilar el comportamiento ajeno. Martirio habla con ella y llega a insinuarle lo que ocurre con Adela, pero Amelia no es capaz de entender las indirectas. Considera que ser mujer es el peor castigo. Le avergüenzan las conversaciones amorosas.

Magdalena

Es hija de Bernarda. Tiene 30 años. Es la única que llora y se desmaya en el funeral de su padre. Sabe que no va a casarse y está resignada a su condición de soltera, por lo que no le interesa bordar el ajuar. Prefiere hacer otras tareas antes que estar sentada bordando, y desprecia por eso su condición de mujer. Cree que las épocas pasadas fueron más alegres. Sostiene que la sociedad en la que actualmente vive está en decadencia por la excesiva preocupación por el qué dirán. Su vida no le interesa. El casamiento de Angustias la indigna, puesto que sabe que Pepe lo buscó exclusivamente por su conveniencia económica.

Angustias

Es la hija mayor de Bernarda, de 39 años. Es enfermiza y es quien tiene menos méritos entre las hermanas. Es hija del primer marido de Bernarda, a diferencia de sus hermanas. Tras la muerte del padre de ellas, se ha quedado con la mayor parte de la herencia, de manera que es la más favorecida económicamente. Está comprometida con Pepe Romano. Sus hermanas creen que él se comprometió con ella por su dinero. A pesar de su edad, nunca ha estado a solas con un hombre y, cuando se acerca por primera vez a Pepe para hablarle tras la reja de la ventana de su cuarto, tiene vergüenza y solo escucha lo que él dice, sin atreverse a hablar. No se siente contenta con el compromiso, dado que a Pepe lo encuentra ausente durante los últimos encuentros y cree que él le oculta cosas. Su nombre puede ser leído como símbolo de su condición, por su poca salud y los pocos méritos que posee, por ser virgen a su edad, y por la endeble relación sentimental que mantiene con Pepe.

La Poncia

Es una de las criadas de la casa. Tiene 60 años. La importancia de su papel es central, ya que es quien más conoce los sentimientos de las hijas de Bernarda. A ella la odia secretamente. La sirve por necesidad. Es mordaz al hablar. Su nombre puede asociarse al de Poncio Pilatos, el gobernador de Judea que presidió el juicio a Jesucristo. Él es recordado por el acto de lavarse las manos a la hora decidir condenar a Cristo, y de ahí la expresión "lavarse las manos" para referirse a quien se desentiende de un asunto que le atañe. De esta misma forma, La Poncia se desentiende de los asuntos entre las hermanas. Dice textualmente "Yo no acuso" (88), en diálogo con Bernarda, para no darle a conocer lo que sabe sobre Adela. Además, después de presenciar la discusión entre las hermanas por la desaparición del retrato de Pepe Romano, dice "lo visto, visto está". Esta expresión también es una clara alusión bíblica, puesto que es conocida la frase similar de Poncio Pilatos: "Lo escrito, escrito está" (Jn 19, 22).

Pepe el Romano

Personaje invisible, ya que nunca aparece en escena. Tiene 25 años. Según Magdalena, es el "mejor tipo de todos estos contornos". Se va a casar con Angustias. Se muestra distante en esta relación y tiene encuentros a escondidas con Adela. También Martirio está enamorada de él. Su papel es central puesto que es la causa de la rivalidad entre Adela y Martirio, y es él por quien Adela se rebela contra su madre. Su nombre puede tener una connotación simbólica, ya que "Romano" alude a la fuerza del Imperio Romano.

María Josefa

Es la madre de Bernarda. Tiene 80 años y está desequilibrada mentalmente. Por ese motivo, Bernarda la ha encerrado, para que los vecinos no la escuchen. Durante el duelo, una criada tapa su boca con un costal para evitar que llame a Bernarda. Es hábil para escaparse de su encierro. Es fuerte. Canta canciones con anhelos de libertad. Dice lo que piensa abiertamente. Expresa lo que las hijas de Bernarda no se atreven a decir: su deseo de libertad, de amor y de maternidad. Revela verdades. Quiere irse del pueblo y casarse. Su nombre posee una connotación religiosa, ya que "María" hace referencia a la Virgen María, y "Josefa", a José, su esposo. Además, "María" significa "estrella de mar", lo cual es significativo para este personaje que siempre desea irse a la orilla del mar.

Prudencia

Es vecina y amiga de Bernarda. Tiene 50 años. Se caracteriza por ser, como su nombre lo indica, prudente. Aunque sufre por el distanciamiento entre su hija y su esposo, deja que los asuntos fluyan, sin intervenir ni torcer su rumbo. Por esto, su papel es opuesto al de Bernarda, que impone su voluntad con autoritarismo. Ella presagia el final trágico de la obra cuando observa el anillo de compromiso de Angustias y dice: "En mi tiempo las perlas significaban lágrimas" (96).

Criada

Es otra criada de Bernarda Alba. Tiene 50 años. Es la confidente de La Poncia. Se encarga de mantener encerrada a María Josefa, quien a veces se le escapa.