La Apologia

La Apologia Resumen y Análisis de La Defensa (Sección 3)

Este deber le ha mantenido demasiado ocupado como para poder ocuparse de otra cosa - por lo que terminó en la pobreza. Además, afirma que los jóvenes adinerados con mucho tiempo libre a su disposición le siguen adonde quiera que va, ya que les gusta escuchar los intercambios de preguntas y respuestas. Teniendo a Sócrates como modelo, tratan de preguntar y examinar a la gente. Cuando sus víctimas acaban exasperados culpan a Sócrates por llenar las cabezas de estos jóvenes con ideas incorrectas e inapropiadas. Sin embargo, si les preguntan cuál es el propósito de Sócrates, no saben qué decir y por lo tanto recurren otra vez a imputarle los cargos que imputarían a cualquier sofista: indagar acerca de los cielos y lo que está bajo la tierra, no creer en dioses y hacer del argumento más débil el más fuerte.

Sócrates afirma que estas son las razones por las que Meleto, Anito y Licón le han atacado. El ataque de Meleto fue en nombre de los poetas, Anito en nombre de los profesionales y Licón en nombre de los oradores. Le resulta evidente que su forma de hablar explicita y directa es la razón de estos ataques y esto viene a demostrar que sus aseveraciones son ciertas.

En primer lugar, se defiende contra los cargos de Meleto: ser culpable de corromper las mentes de la juventud. Sócrates primero culpa a Meleto de un delito de tratar a la ligera un asunto tan grave, ya que "convoca a las personas a comparecer ante los tribunales sin existir fundamento aparente y expresa preocupación y una desmedida ansiedad por asuntos sobre los que nunca ha tenido el más mínimo interés". Línea 24c. Dice que va a demostrar al jurado que Meleto es culpable. Su primer alegato es que Meleto considera de suma importancia que la juventud sea expuesta a la mejor influencia posible, a lo cual Meleto asiente estando de acuerdo. A partir de aquí, Sócrates afirma que Meleto parece saber exactamente quien perturba la mente de la juventud y le pregunta quien ejerce la influencia más positiva sobre la juventud. Como respuesta, Meleto nombra miembros del jurado, ediles y muchos otros. Sócrates alega que Meleto ha nombrado a toda la población de Atenas y compara esta situación con una similar: en el caso de los caballos, sólo unas pocas personas les perfeccionan mientras que la mayoría de la gente les daña. Eso mismo ocurre con todos los animales y también con los seres humanos. A partir de este razonamiento y la respuesta de Meleto, Sócrates considera que es evidente que Meleto ni tan siquiera ha reflexionado sobre los cargos que está usando para inculparle.

La segunda parte de su defensa se basa en el hecho de que evidentemente es mejor vivir en una buena comunidad que en una mala comunidad; y que todo el mundo prefiere ser beneficiado a ser dañado. Por lo tanto, si se le está acusando de dañar intencionalmente la mente de la juventud, se está siendo irracional, ya que nunca causaría daño a una sociedad en la que tiene que vivir y que luego le dañaría a él. Por otra parte, si se le acusa de dañar involuntariamente las mentes de los jóvenes, entonces no deberían acusarle, sino darle consejo en privado. Pero esto sería difícil que lo hicieran ya que le habían estado rehuyendo en el pasado.

La deducción lógica de la anterior argumentación es que claramente no se ha prestado atención al asunto en cuestión. No obstante, pasa a la siguiente acusación la cual alega que es paradójica, ya que le imputa enseñar a la juventud a creer en dioses no reconocidos como tales por el estado y además no creer en dioses él mismo. Esta es una contradicción, porque al igual que no hay nadie que crea en cosas musicales pero no crea en la música, no hay nadie que crea en cosas sobrenaturales, pero no crea en seres sobrenaturales. Por lo tanto, ya que alegan que enseña cosas sobrenaturales, definitivamente tiene que creer en seres sobrenaturales. Dado que los seres sobrenaturales son dioses, sin duda debe creer en dioses, y, por tanto, esta acusación es infundada.

Sócrates cree que lo que ha dicho debería ser suficiente para exonerarle de las acusaciones de Meleto. Sin embargo, piensa que su destrucción no será provocada por las acusaciones de Meleto y Anito, sino que será provocada por la hostilidad del público en general que han condenado a tantos antes que a él simplemente movidos por un sentimiento de ira y harán lo mismo con él.

Seguimiento del Tema: Resentimiento 3

Se dirige a aquellos que son curiosos en cuanto a si siente algún remordimiento por haber actuado de una manera que pone en peligro su vida diciendo que no siente remordimiento alguno. Por el contrario, cree que un hombre no debería pasar su tiempo sopesando perspectivas de vida y muerte sino evaluando si sus acciones son correctas o incorrectas y justas o injustas.

Seguimiento del Tema: Muerte 1

He aquí un ejemplo tomado de la mitología:

“De poco valor serían los héroes que murieron en Troya, y, especialmente, el hijo de Tetis, el cual, si recuerdan, ante la idea de aceptar algo deshonroso, despreció el peligro hasta el punto de que, cuando, ansioso de matar a Héctor, su madre, que era diosa, le dijo, según creo, algo así como: «Hijo, si vengas la muerte de tu compañero Patroclo y matas a Héctor; tú mismo morirás, pues el destino está dispuesto para ti inmediatamente después de Héctor»; él, tras oírlo, desdeñó la muerte y el peligro, temiendo mucho más vivir siendo cobarde sin vengar a los amigos, y dijo «Que muera yo en seguida después de haber hecho justicia al culpable, a fin de que no quede yo aquí -junto a las cóncavas naves, siendo objeto de risa, inútil peso de la tierra». Línea 28c.

Seguimiento del Tema: Muerte 2

Sócrates creía que una vez que un hombre ha decidido defender firmemente aquello en lo que cree, nada le impedirá perseverar en esa lucha – ni tan siquiera la muerte.

Seguimiento del Tema: Muerte 3

Así pues, cuando Dios le designó para vivir como filósofo, nada podía detenerle. Con esto en mente, sigue diciendo que si decide abandonar la filosofía, debería ser convocado a responder ante los tribunales por no creer en el oráculo y tenerle miedo a la muerte. Para Sócrates, tenerle miedo a la muerte es sólo otra forma de pensar que uno es sabio cuando no lo es, porque implica pensar que se sabe que es la muerte, cuando en realidad, no se sabe. Nadie sabe si la muerte es algo que debemos esperar ansiosamente o no y, sin embargo, la gente le tiene miedo como si fuera algo malo.

Seguimiento del Tema: Muerte 4

Entonces es cuando Sócrates dice que es más sabio que el resto, porque sabe que no sabe.

Seguimiento del Tema: Sabiduría 8