El Matadero

El Matadero Imágenes

La sangre

¨La perspectiva del matadero a la distancia era grotesca, llena de animación. Cuarenta y nueve reses estaban tendidas sobre sus cueros y cerca de doscientas personas hollaban aquel suelo de lodo regado con la sangre de sus arterias¨. Aquí se menciona por primera vez en el texto la sangre, que sin dudas ocupa un lugar central en "El Matadero". No solo hay sangre por el sacrificio de los novillos, sino también cuando sacrifican al toro y cuando muere el joven unitario. La sangre derramada, la de los animales y la del joven unitario, es un claro ejemplo de la brutalidad con la que actuaban los federales desde el punto de vista de Echeverría. Hay incluso un regocijo en la sangre, en el momento en que la gente se arroja partes de los animales descuartizados como si fuera un juego. En esta forma explícita de mostrar la sangre hay una clara intención del autor de trasmitir la irracionalidad y el salvajismo que los unitarios le atribuían a loa federales.

El matadero

Todo el relato transcurre en el matadero. Hay una descripción muy minuciosa del espacio físico, hasta el punto de concebirlo como un personaje más. Es el lugar donde los federales imponen su ley más que en cualquier otro lado. Podríamos decir que es un hábitat natural para los federales. Por la misma razón, es una zona de peligro para los unitarios.

A medida que avanzamos en el relato, la imagen del matadero se vuelve mucho más nítida, tanto por las descripciones que construye Echeverría como por todas las acciones que transcurren en ese espacio. El matadero es un lugar caótico, sucio, lleno de sangre y de muerte. Para el autor, solo los salvajes, es decir, los federales, pueden sentirse a gusto en un lugar así.

Animales

El relato está plagado de imágenes de animales. Por un lado, están los novillos que van a ser sacrificados. Pero también están los ratones que viven en el matadero, los perros que van en busca de los restos, las gaviotas que vuelven de la emigración por el olor a carne, el toro, los caballos que sufren por el destino de sus jinetes. Además, se establecen comparaciones entre los federales y animales feroces y salvajes como tigres, panteras y lobos.

Esta fuerte presencia de animales en las imágenes del relato no es casual: hay una intención de Echverría de establecer comparaciones entre la brutalidad feroz de algunos animales con la de los federales. En esta comparación también hay una crítica de Echeverría hacia la irracionalidad con la que los federales aceptaban las órdenes despóticas del Restaurador.

El pueblo

Si bien el pueblo -o la chusma, como lo llama Echeverría en algunos pasajes del relato- no tiene un rol protagónico como el Juez o Matasiete, es una imagen muy potente que ayuda al autor a ilustrar lo que se vivía en el matadero en aquella época. Siempre accedemos al pueblo (las achureras, los jóvenes, los niños) a partir de sus acciones, y todas ellas son descriptas con imágenes muy visuales.

¨De repente caía un bofe sangriento sobre la cabeza de alguno, que de allí pasaba a la de otro (...) Alguna tía vieja salía furiosa en persecución de un muchacho que le había embadurnado el rostro con sangre, y acudiendo a sus gritos y puteadas los compañeros del rapaz, la rodeaban y azuzaban como los perros al toro y llovían sobre ella zoquetes de carne, bolas de estiércol, con groseras carcajadas y gritos frecuentes, hasta que el juez mandaba restablecer el orden y despejar el campo¨.

Cada imagen que se nos ofrece del pueblo habla de un estilo de vida vulgar, pero, al mismo tiempo, de cierto regocijo en esa vulgaridad. Y esto es lo que Echeverría, en su condición de intelectual, busca criticar en "El matadero".