El juguete rabioso

El juguete rabioso Símbolos, Alegoría y Motivos

Los inventos (Símbolo)

A lo largo de la novela, la fascinación de Silvio por los inventos puede considerarse un símbolo de su deseo de trascendencia y superación. Al aplicar su inteligencia a la invención de diversos aparatos, Silvio puede transformar la realidad y aumentar su propio poder. Así lo descubre en su infancia cuando inventa el cañón.

El dinero (Motivo)

El dinero en El juguete rabioso es un motivo recurrente. Posibilita una transformación inmediata y casi mágica de la realidad. En el primer capítulo, Silvio diferencia el dinero obtenido a través del robo del dinero ganado con el trabajo:

Los billetes de banco parecían más significativos con sus imágenes coloreadas, las monedas de níquel tintineaban alegremente en las manos que jugaban con ellas juegos malabares. Sí, el dinero adquirido a fuerza de trapacerías se nos fingía mucho más valioso y sutil, impresionaba en una representación de valor máximo, parecía que susurraba en las orejas un elogio sonriente y una picardía incitante. No era el dinero vil y odioso que se abomina porque hay que ganarlo con trabajos penosos. (pág. 52)

Sin embargo, en el capítulo IV, cuando Silvio ya no se dedica a robar y trabaja como vendedor, ganar dinero trabajando también transforma instantáneamente su estado de ánimo: "Había ganado cuatro pesos, a pesar de rebajar un centavo por kilo. Infinita alegría, dionisíaca alegría inverosímil, ensanchaba mi espíritu hasta las celestes esferas…" (pág. 152). Ese cambio de ánimo incide sobre su percepción de la realidad. Antes de ganar el dinero, Silvio describe a un farmacéutico como un "bilioso sujeto picado de viruelas", pero cuando el mismo personaje le hace el pedido, a Silvio le parece "un ángel" (pág. 152).

La biblioteca (Símbolo)

En el primer capítulo, la biblioteca de la escuela que Silvio roba junto a sus amigos puede considerarse un símbolo de la cultura legitimada por las instituciones. El robo de la biblioteca puede leerse como una apropiación simbólica de los bienes culturales por parte de quienes no pueden acceder a ella de otra manera, pero también como un sabotaje frente a la desigualdad en el acceso al mundo letrado.

Esta lectura plantea una paradoja, ya que, en el transcurso de la novela, Silvio tiene acceso a libros, ya sea prestados, alquilados, etc. No podríamos decir entonces que el sentido del robo es apropiarse de esos volúmenes porque no podría tenerlos de otra manera. Sin embargo, la biblioteca simboliza el acceso al mundo letrado en tanto conjunto delimitado y diseñado de saberes que gozan de determinado prestigio. El conocimiento bibliográfico de Silvio es incompleto y heterogéneo; un ejemplo de esto es la enumeración de tres libros que encuentra en su casa: Virgen y madre, de Luis de Val, Electrotécnica de Bahía y El Anticristo de Nietszche.

Por otro lado, en el capítulo II, cuando empieza a trabajar con don Gaetano, Silvio describe a la librería como una "casa de compra y venta de libros usados". Hay libros por todos lados, pero la cantidad no hace a la calidad. En este sentido, los libros de la librería son el descarte de la cultura ilustrada, que no están ordenados por ningún criterio o valoración.

Las doncellas (Símbolo)

La figura de la mujer hermosa y virginal aparece en El juguete rabioso como un símbolo de triunfo, lujo y placer que es inalcanzable para Silvio. En el primer capítulo, las doncellas aparecen de esa manera en las fantasías de Silvio: "Entonces yo soñaba con ser bandido y estrangular corregidores libidinosos; enderezaría entuertos, protegería a las viudas y me amarían singulares doncellas" (pág. 35).

Más adelante, cuando Silvio comienza a experimentar el deseo sexual de una manera más concreta, califica como doncellas a las mujeres hermosas que ve pasar por la calle o "en los cromos de los libros viciosos" (pág. 107), y sufre por no poder relacionarse con ellas ni poder practicar las escenas que ve en los libros.

Aunque en el primer capítulo menciona una novia llamada Eleonora, a la que evoca luego en un par de oportunidades, Silvio no entabla nunca, a lo largo de la novela, una relación afectiva con ninguna mujer. Esta imposibilidad de relacionarse con mujeres reales provoca que estas queden en la imaginación de Silvio transformadas en símbolos de algo que anhela pero desconoce.

La canción infantil que escucha Silvio (Símbolo)

Cuando su madre le dice que tiene que trabajar, Silvio oye "el canto triste de una rueda de niños" (pág. 77). Esto simboliza el final de su propia infancia, que está sucediendo en ese preciso momento.