El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde Resumen y Análisis de los Capítulos 9 y 10

Capítulo 9: El relato del doctor Lanyon

Resumen:

El noveno capítulo consiste en el texto de la carta de Lanyon dirigida a Utterson, quien recibió instrucciones de no abrirla hasta que Lanyon y Jekyll hubieran muerto (o Jekyll hubiera desaparecido). El relato de Lanyon comienza la noche posterior a la última cena en lo de Jekyll. Aparentemente, Lanyon recibe una carta muy urgente de Jekyll que le suplica seguir instrucciones muy específicas: ir a la casa de Jekyll y llevarse un cajón específico de su gabinete. Poole tendría que ayudarlo a entrar en la habitación superior. Lanyon va a buscar el cajón junto a todo su contenido y vuelve inmediatamente a su casa. Un mensajero de Jekyll iría a reclamar los ingredientes a la medianoche. No hay ninguna explicación de por qué Jekyll necesita que Lanyon complete estas tareas, pero hay una sensación de urgencia tan severa que Lanyon siente que debe cumplir con el pedido.

Lanyon sigue las instrucciones de Jekyll y regresa a casa con el cajón. En el interior encuentra varios frascos, uno de los cuales parece contener una especie de sal, mientras que otro contiene una extraña mezcla de líquido rojo. Lanyon también encuentra un cuaderno que parece documentar años de experimentos y notas sobre sus resultados, pero no hay ninguna sugerencia sobre la naturaleza de los experimentos. Lanyon, curioso, espera a su visitante y comienza a concluir que Jekyll debe de haber perdido la razón. A la medianoche, un hombre enano aparece en la casa de Lanyon con ropa demasiado grande para él. El lector reconoce esta descripción y sabe que este mensajero es Hyde, pero Lanyon nunca ha conocido a Hyde y, por lo tanto, no sabe de quién se trata. Hyde actúa de forma extraña, está nervioso y excitado, y en lugar de intercambiar saludos cordialmente con Lanyon, pregunta inmediatamente dónde está el cajón. Lanyon lo señala y Hyde solicita un vaso graduado, en el que mezcla los ingredientes del cajón. Su mezcla primero se vuelve púrpura y luego verde. En este punto, Hyde se detiene y se dirige a Lanyon, preguntándole si le gustaría ver el resultado de su ayuda, "capaz de hacer tambalear la incredulidad de Satanás" o si debería irse simplemente con la mezcla. En este punto, Lanyon está molesto por el comportamiento de su huésped, y también interesado en lo que podría justificar tal extrañeza. Decide que quiere verlo todo hasta el final.

Hyde bebe el vaso y Lanyon observa cómo su cuerpo cambia de forma. Momentos después, Hyde ha desaparecido y el doctor Jekyll está parado frente a Lanyon. En este punto, Lanyon concluye su carta a Utterson, afirmando que la explicación de Jekyll sobre la transformación y la naturaleza de sus años de experimentos son demasiado inquietantes como para ser repetidos. Lanyon sabe que el impacto de este suceso sobre él es tan grave que seguramente morirá.

Análisis:

Finalmente, en este capítulo se revela la naturaleza de los experimentos de Jekyll y su existencia dual como Jekyll / Hyde. La descripción de Lanyon de esa fatídica noche revela la misteriosa relación entre Hyde y Jekyll. A través de esta carta, Stevenson por fin abraza directamente el tema sobrenatural de la novela, y revela el horror que la transformación de Jekyll infligió a Lanyon.

Lanyon incluye muchos detalles en su carta, anotando incluso los colores de los diversos contenidos en el cajón de Jekyll. Sin embargo, aunque es muy detallado respecto a lo que vio esa noche, Lanyon no proporciona una explicación de cómo podría ocurrir tal transformación, o cómo los experimentos científicos de Jekyll se desarrollaron y progresaron hasta este punto. Lanyon no incluye esta información a propósito, ya que simplemente le resulta ofensivo escribir sobre esto. Claramente, se trata de información importante, pero Lanyon se niega a discutirla, al igual que se ha negado a compartir este relato inmediatamente después de ser testigo de los hechos. En cambio, obliga a la sociedad a esperar hasta la muerte o desaparición de Jekyll, y a su propia muerte, antes de revelar la verdad.

La novela contiene muchos otros silencios, como la falta de descripción del rostro de Hyde y el acuerdo, entre Enfield y Utterson, de evitar hablar sobre la aparente transformación y el sufrimiento de Jekyll en la ventana. El silencio de Lanyon aquí es un reflejo de la intensidad con la que desea rechazar el trabajo de Jekyll. Anteriormente nos enteramos de que Jekyll y Lanyon, los racionalistas, tenían diferencias respecto a la legitimidad de las ciencias místicas. Ahora que ha quedado claro que estaba equivocado, Lanyon se niega a aceptar o reconocer logros científicos o trabajos totalmente contrarios a su perspectiva. Tan ofensivo es el impacto del trabajo de Jekyll, que Lanyon se ve afectado físicamente. Se debilita, internaliza su dolor, protege la verdad y, finalmente, muere como resultado del impacto de haber presenciado la transformación de Hyde en Jekyll.

Capítulo 10: Declaración completa de Henry Jekyll sobre el caso

Resumen:

El último capítulo presenta una transcripción de la carta de confesión que Jekyll escribe para Utterson. Jekyll comienza afirmando que, al nacer, tuvo la fortuna de tener una gran herencia, salud y una naturaleza trabajadora. Gran idealista, mantuvo siempre el respeto social, ocultando con éxito sus vicios más cuestionables. Cuando llegó a la edad adulta, Jekyll descubrió que vivía dos vidas, una social y respetable y otra llena de ocultos placeres oscuros. Como científico, Jekyll decidió examinar la naturaleza dual del hombre a través de aquel estudio místico que Lanyon había encontrado particularmente ofensivo. A partir del mismo, Jekyll insiste en que "el hombre no es realmente uno, sino dos", y explica que a través de su investigación esperaba separar una y otra parte.

Después de años de trabajo, Jekyll finalmente crea una solución química que le permitiría completar su trabajo. Compra una gran cantidad de sal para su ingrediente final, y decide beber el líquido, sabiendo muy bien que está poniendo su vida en peligro. La bebida le causa dolor y náuseas, pero a medida que estas sensaciones pasan, Jekyll comienza a examinar los resultados de su trabajo. De hecho, se siente fuerte, sensual y salvaje, y nota que su cuerpo ha cambiado. Sus manos son más pequeñas y de aspecto retorcido, y la ropa le queda de repente demasiado grande, lo que lo lleva a concluir que su alter ego, que más tarde llama Edward Hyde, es un hombre pequeño, un enano. Jekyll razona que esta identidad es más pequeña físicamente porque representa su lado malvado, previamente reprimido y controlado cuidadosamente.

Jekyll se mira en el espejo para examinar su nueva identidad y, en lugar de sentir la repulsión que experimentan todos los demás personajes del libro, Jekyll siente "un impulso de bienvenida". En verdad, a Jekyll le gusta vivir como Hyde. Es libre de comportarse menos honorablemente y participar del lado más oscuro de Londres. A través de Hyde, Jekyll puede vivir una vida dual, en la que puede mantener la respetabilidad y satisfacer, al mismo tiempo, sus deseos más bajos. Jekyll establece una residencia para Hyde, en el gabinete ubicado encima de su laboratorio, que tiene su propio acceso a la calle. Además, después del incidente con la niña, del que Enfield es testigo, Jekyll abre una cuenta bancaria para Edward Hyde, de modo de evitar sospechas. Con toda esta libertad y poder, Hyde comienza a ganar fuerza. Jekyll no siente remordimientos por el comportamiento de su alter ego, pero trata de corregir los errores que Hyde causa. La doble vida de Jekyll se desarrolla perfectamente según lo planeado hasta unos dos meses antes del asesinato de Sir Danvers Carew. Una noche, Jekyll se transforma en Hyde involuntariamente, mientras duerme. De repente, reconoce que corre peligro de quedar atrapado en el cuerpo de Hyde de forma permanente, y se da cuenta de que algún aspecto del experimento pudo haberse salido de control. Durante dos complejos meses, Jekyll vive solo como él mismo. Sin embargo, pronto siente la necesidad de liberar su lado malvado, y en un momento de extrema debilidad toma la poción. Hyde emerge, y después de meses de represión, sale a buscar sangre. En esa fatídica noche Hyde asesina a Sir Danvers Carew, dándole una paliza con uno de los bastones de Jekyll. Por supuesto, Hyde no siente culpa, pero incluso antes de volver completamente en sí mismo, Jekyll le pedía perdón a Dios. Una vez más, resuelve no hacer otra transformación nunca más. Durante los meses que siguen Utterson había notado de hecho el comportamiento mejorado y más sociable de Jekyll. Parecía que se había liberado de un gran peso. Tal como había ha sucedido antes, Jekyll se aburre de su vida pura y virtuosa, y cede a sus impulsos más bajos, aunque bajo su propia identidad. Sin embargo, aunque no se transforma en Hyde, su participación en actividades malvadas fortalece al Hyde escondido dentro de él. Así, Jekyll sufre otra transformación espontánea, esta vez en un parque fuera de su hogar. Temiendo ser capturado por la policía, e incapaz de regresar a su casa, ya que los sirvientes lo verían y lo denunciarían, Hyde le pide ayuda a Lanyon. A partir de esa noche, Jekyll tiene que tomar dosis dobles de la poción cada seis horas para evitar despertarse involuntariamente como Hyde. Si el efecto de la droga se disipa, Hyde aparece, y se da la transformación cuyo comienzo Enfield y Utterson presencian en la ventana del gabinete. En sus últimos días y horas, Jekyll explica que Hyde se ha hecho cada vez más fuerte, mientras que Jekyll ha comenzado a desvanecerse. Para empeorar las cosas, el suministro de la poción de Jekyll se está agotando. Ordena más, solo para descubrir que la nueva sal no es efectiva. Después de ordenar la sal más pura posible, Jekyll finalmente se da cuenta de que la sal original debía contener una impureza desconocida, que era en realidad el ingrediente clave de la poción. Ya sin provisión alguna de la sal original, Jekyll no tiene forma de descubrir cuál es ese ingrediente secreto. Jekyll se da cuenta de que no tiene más remedio que transformarse permanentemente en Hyde. Después de tomar la última dosis de poción, Jekyll, como él mismo, se sienta a redactar un nuevo testamento, además de cartas dirigidas a Utterson para explicarle la situación. Mientras escribe, Jekyll afirma que no puede estar seguro de cómo reaccionará Hyde cuando el resto del mundo lo descubra. Sin embargo, afirma que, cuando Utterson lea la carta, y sin lugar a dudas, Henry Jekyll habrá dejado de existir. Análisis: Finalmente, se resuelven los misterios de la novela. Desde un relato de primera mano, nos enteramos de los detalles de la investigación de Henry Jekyll, el razonamiento detrás de sus experimentos, y los detalles de cómo Hyde comenzó a tomar el control sobre su vida. El cambio de punto de vista, de la tercera a la primera persona, es bastante poderoso, y deja pocas preguntas sin responder. El lector puede unir la perspectiva de Utterson con el comportamiento de Jekyll, y todo se vuelve claro. En su carta, Jekyll destaca uno de los temas principales de la novela: la doble naturaleza del hombre. Es este el concepto que lo llevó a perseguir sus desastrosos experimentos, que terminaron llevándolo a su caída. Hyde, la personificación de las características puramente malvadas de Jekyll, se deleita en la libertad de una existencia anónima. Aunque él destila con éxito su lado malvado, Jekyll sigue siendo una combinación del bien y del mal. Por lo tanto, cuando se transforma de uno a otro, su parte malvada se vuelve más fuerte y poderosa tras años de represión, y termina siendo capaz de tomar completamente el control. De esta manera, los experimentos de Jekyll son lo contrario a lo que esperaba. Curiosamente, como se menciona repetidamente en toda la novela, Hyde es un hombre pequeño, a menudo identificado como un enano, mientras que Jekyll es un hombre de gran estatura. Por lo tanto, el lector debe asumir que el lado malo de Jekyll es mucho más débil y menos desarrollado que su lado bueno. Sin embargo, las apariencias pueden ser engañosas. Y de hecho, la fuerza de Hyde es mucho mayor que la de Jekyll. Jekyll afirma con claridad en su carta que no se sentía culpable por las acciones de Hyde: "Henry Jekyll se horrorizaba a veces ante los actos de Edward Hyde; pero la situación estaba al margen de las leyes ordinarias, y se evadía insidiosamente del control de la conciencia. Después de todo, el culpable era Hyde, y sólo Hyde". Para el lector, esta explicación parece ridícula, porque Hyde es, de hecho, parte de Jekyll, y fue además creado por él. Por lo tanto, Jekyll resulta claramente responsable por las acciones del hombre. En la lucha entre Jekyll y Hyde, Stevenson explora la lucha de la conciencia humana entre el bien y el mal, entre lo noble y lo despreciable. Jekyll, que cede a sus bajos instintos, se convierte en víctima y prisionero de su propia creación. Por lo tanto, Stevenson parece sugerir que una vida noble y pura es mucho mejor que una de inmoralidad discreta. Sin embargo, Stevenson también retrata a los hombres aparentemente nobles en la novela, Utterson y Lanyon, como personas débiles. Lanyon muere después del impacto de la transformación de Jekyll, y Utterson se niega repetidamente a aceptar la verdad o a perseguir el misterio central de la novela. Aunque aparentemente crítico de ambas visiones del mundo, Stevenson parece afirmar que, en última instancia, la vida noble es más admirable, ya que Utterson conserva su vida mientras que Jekyll / Hyde muere. Aunque este último capítulo revela los detalles del trabajo de Jekyll, quedan preguntas sin responder. Stevenson nunca explica específicamente el comportamiento sórdido o los vicios inmorales de Jekyll.Más bien, se refiere a esta parte de la vida de Jekyll de manera bastante vaga. Esta falta de información es el silencio final dentro del libro, siguiendo un patrón establecido desde el principio. ¿Jekyll / Hyde ha estado involucrado en actos sexuales inmorales, o ha manifestado un comportamiento homosexual? No queda claro. La niña que corre por la calle a las tres de la mañana podría ser una sutil alusión a la prostitución infantil, que en ese momento corría desenfrenada. Además, la falta de personajes femeninos, o de influencia femenina alguna en la vida de los hombres que protagonizan la novela también deja abierta la posibilidad de un comportamiento homosexual. Sin embargo, a pesar de todas las pistas e insinuaciones que puede hacer la novela, el lector nunca conoce los detalles de la depravación inmoral de Jekyll / Hyde. Algunos críticos sugieren que esta falta de explicación final representa una vez más la naturaleza opresiva de la sociedad victoriana. Otros afirman que demuestra el conflicto entre la lógica racional de la palabra escrita y el mal puro, que es indescriptible. O, tal vez, dejar estos detalles sin explicación permite vislumbrar un grado de maldad aún más poderoso, ya que lo desconocido es más perturbador que aquello que conocemos.

El mensaje principal de Stevenson parece ser que la atracción hacia la oscuridad y el mal existe en la mente de cada hombre, y que todo lo que diferencia a las buenas personas de las malas es su capacidad de controlar la indulgencia. Aunque todos tenemos maldad dentro de nosotros, Stevenson sugiere que es mejor mantener a nuestros "Hydes" bajo llave, en lugar de dejarlos vagar libremente.