Tengo miedo, torero

Tengo miedo, torero Elementos Literarios

Genero

Novela

Configuración y Contexto

Los hechos narrados se enmarcan en el año 1986, en Santiago de Chile, durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Narrador y Punto de Vista

La novela está narrada en tercera persona. El narrador incorpora el estilo indirecto libre y realiza una focalización centrada en tres personajes: la protagonista, la Loca del Frente; el dictador, Augusto Pinochet; la esposa del dictador, Lucía Hiriart. En ocasiones, se contamina no solo con las voces sino también con los pensamientos de dos de ellos: el dictador y la Loca. Opera, en cambio, desde un lugar más lejano, cuando se refiere al resto de los personajes, como Carlos y sus compañeros de militancia.

Tono y Estado de Ánimo

Melodramático y crítico. A través de la lengua de la protagonista y la forma en la que el narrador se contamina de su voz, se produce una crítica a la dictadura y a las imposiciones sociales.

Protagonista y Antagonista

Los protagonistas son la Loca y Carlos. Los antagonistas, Pinochet y su gobierno dictatorial.

Conflicto Principal

La novela relata una historia de amor fallido entre la protagonista, la Loca del Frente, y Carlos, un militante revolucionario que está organizando un atentado contra Pinochet. Ella, sin estar de todo al tanto, colabora con él y con su organización en los preparativos para la emboscada contra el dictador.

Climax

El clímax de la narración se da en el atentado fallido contra Augusto Pinochet. En ese momento no se sabe quién participa en la emboscada y si Carlos está o no a salvo.

Presagio

El título de la obra anticipa, en cierta forma, el temor que la protagonista siente por el accionar arriesgado de Carlos, su enamorado. El mismo es tomado de una canción interpretada por Sara Montiel, cuya protagonista siente miedo cada vez que ve a su arriesgado enamorado, un torero, en la plaza de toros.
En varios momentos, además, se hace mención al temor sobre el futuro. Cuando van en auto hacia el Cajón del Maipo, Carlos le pide que apague la música, "ese casete presagiando desgracia, ese disco de burdel antiguo ensangrentando la tarde de antemano" (31). Cuando, en el barranco, Carlos le toma la foto, la risa de ella, por un momento, se congela, expresando una mueca que tal vez sea de peligro. Al final de esa misma parte, Carlos le dice "cuando me vaya, capaz que sea para siempre" (36), anticipándose al final de la novela y ella allí siente "miedo, un presentimiento, algo intangible que opacaba su risa de niño bueno" (37). Cuando la Loca espera el regreso de Carlos, tres días después del festejo de su cumpleaños, siente que hay algo que está terminando y que la partida del muchacho es inminente. Incluso, se anuncia el final de la acción dramática atada a ese hecho, como finalmente sucede: "Algo de esta novela estaba llegando a su fin y podía presentir el mismo eco de partida que había enrielado su destino" (103). Cuando visitan a la Rana y ella se despide de ambos, los ojos le lagrimean: "algo me dice que puede ser la última vez, presagió cavernosa la voz de la Rana" (121). En el auto, cuando regresan de esa visita, una ranchera mexicana que suena la radio hace que presientan "cercano el desenlace de una intrépida acción" (123).
Quien también siente presagios es Pinochet. La mañana en que sale hacia el Cajón del Maipo, se sobresalta al escuchar las sirenas que usualmente lo acompañan en sus desplazamientos blindados: "Esta vez le molestó ese ulular de emergencia, tan parecido al de los bomberos, o al de las ambulancias, que rompían el silencio con su presagio de desastre" (112). Luego, en su casa de fin de semana, cuando lo asiste un cadete que parece homosexual, le dice a su secretario que lo eche: "No sabe usted que estos tipos traen mala suerte, y quizás qué tragedia nos espera este fin de semana" (127).

Atenuación

N/A

Alusiones

Se hace alusión a un gran número de canciones y cantantes populares, como Cecilia y José Alfredo Fuentes de "La Nueva Ola", Sara Montiel, José Alfredo Giménez, Sandro, Rosa Coronado, Lucho Gatica, los Huasos Quincheros, Silvio Rodríguez, Los Panchos, Pedro Infante, Led Zeppelin, Álvaro Scaramelli, entre otros. Además, el dictador, Augusto Pinochet, escucha a Johann Strauss. Se alude, también, a actrices, como Jane Mansfeld. Es constante la mención de Radio Cooperativa, en la voz de su conductora, Manola Robles.
Asimismo, varios de los personajes de la novela se basan en personas reales e, incluso, portan el nombre original de las mismas como, por ejemplo, Augusto Pinochet, Lucia Hiriart, Gonzalo Cáceres, el general Ortúzar y su esposa.
Hay, además, alusiones literarias, al escritor argentino Jorge Luis Borges y a los chilenos Pablo Neruda, Raúl Zurita y Carlos Iturra.

Imágenes

Consultar la sección "Imágenes" en esta guía.

Paradoja

Es paradojal que a la protagonista se la conozca como la "Loca del Frente" por sus vínculos con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y ella no sepa que forma parte del mismo.

Paralelismo

Se puede trazar un paralelismo entre la hoja que introduce el texto, en la que se dedica la obra a una serie de personas y lugares, y la historia que cuenta la novela. Es posible que aquí, novelada, se manifiesten fragmentos de una historia real.
Hay también cierto paralelismo entre las dos parejas: la de la Loca y Carlos y la de Pinochet y Lucía. En el momento en el que el dictador y su esposa se trasladan en auto por el Cajón del Maipo y ven a la pareja sobre el césped, Pinochet, mientras su esposa hojea, al igual que la Loca, una revista de modas, reflexiona sobre su pasado, cuando era soldado raso, y cuando había compartido con la que ahora es su esposa "un picnic campestre igual que esa pareja de sombrero amarillo" (29).
Además, al llegar al final de la historia, se puede ver cierto paralelismo entre el atentado, finalmente fallido, y la historia de amor entre los protagonistas, que también fracasa.

Metonimia y Sinecdoque

Un ejemplo de metonimia se da en el momento en que Carlos y uno de sus compañeros del FPMR llegan con el misterioso artefacto tubular. "No son horas para despertar a una condesa, refunfuñó, bajando la escala para abrir el picaporte", cuando lo que se abre es la puerta con el accionar del picaporte.

Personificación

"Entonces la casita flacuchenta era la esquina de tres pisos con una sola escalera vertebral que conducía al altillo" (9). La casa en donde sucede gran parte de la acción de la novela es presentada por primera vez en el relato con dos adjetivos que la personifican: es flacuchenta y la escalera, que es la que lleva al altillo, donde Carlos y sus compañeros guerrilleros realizan las reuniones, es la columna vertebral.
"(...) sus dedos largos y sexuales desnudando un huevo duro" (27): cuando la protagonista mira con deseo a Carlos, interpreta, lujuriosa, que la cáscara del huevo es como la ropa de ese alimento y, con sus dedos, el joven lo desnuda.
"La micro rengueaba por un Santiago marchito, los pasajeros subían y bajaban renovándose el cargamento humano del vehículo" (52). Mientras el medio de transporte se humaniza y "renguea", los humanos se cosifican y se convierten en cargamento por la ciudad.
"Todos sus trapos, manteles, carpetas y cortinas yacían tirados por el suelo, y en la semipenumbra, los rayos solares arrastraban la luz cruda del mediodía por los pliegues y dobleces de esos bultos, dándole apariencia humana. Algo así como un campo de batalla sembrado de vacíos restos" (128): cuando entra a su casa luego de que los cajones que hacían las veces de muebles fueran quitados, todo le parece siniestro a la protagonista; como si las cosas se hubieran humanizado y fueran muertos. Así demuestra lo que siente ante esa casa que supo ser cobijo y ahora está vacía.