Rosaura a las diez

Rosaura a las diez Rosaura a las diez, un retrato de Buenos Aires en la década del cincuenta

Durante fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, Argentina atraviesa un proceso de crecimiento demográfico que cambia por completo la realidad urbana de Buenos Aires. La migración hacia Argentina se produce, durante este periodo, principalmente desde Europa, a través del mar, y convierte al país en uno de los mayores receptores de inmigrantes extranjeros de América, proceso que contribuyó a poblar el territorio. Para mediados del siglo XX, este proceso migratorio se redujo considerablemente, pero sus efectos en la cultura y la lengua del país fueron inmensos y perduran hasta la actualidad.

Durante este periodo, además, comienza la primera presidencia de Juan Domingo Perón, cuyas políticas económicas enfocadas en la producción e industrialización también provocaron un proceso de migración interna desde las provincias a los grandes centros urbanos del país. La gratuidad de la enseñanza universitaria también contribuyó a estos movimientos interprovinciales. En suma, tanto las políticas económicas como las educativas contribuyeron a un periodo de crecimiento social que acabó por consolidar a la clase media como un actor protagónico en la nación.

Rosaura a las diez refleja en sus personajes, intereses, modos de vida y lenguaje el tipo de vida experimentada por la clase media porteña en el periodo de entresiglos. Tal como advierte Juan Carlos Merlo, la declaración de Milagros Ramoneda “Se trata de un monólogo de la mejor estirpe hispana (...). Locuaz, sentenciosa, intencionada, graciosa, Doña Milagros se muestra espontánea y parlanchina, como tantas emigradas españolas” (8). Por su parte, David Réguel ocupa el lugar del estudiante universitario cuyo acceso a la enseñanza le permite ascender socialmente. La señorita Eufrasia es una maestra jubilada, típico trabajo designado a las mujeres desde comienzo de siglo. María Correa puede ser incluida dentro de los habitantes de las provincias que migran hacia los centros urbanos en busca de un futuro mejor. La complicada relación entre Camilo y el padre de Rosaura -que existía, pese a que el romance haya sido una mentira- refleja las tensiones entre los sectores aristocráticos y las clases medias porteñas. Finalmente, la mayor parte de la novela transcurre en el tradicional barrio de Balvanera, uno de los sectores que más expansión demográfica atravesó en el periodo.