Primero sueño

Primero sueño Temas

El aprendizaje

Este poema de Sor Juana Inés de la Cruz tiene como tema principal la búsqueda del conocimiento. Desde pequeña, la autora siente pasión por las ciencias y las artes y dedica su vida al estudio y las tareas del intelecto. Esa dedicación al aprendizaje se ve plasmada en Primero Sueño, ya que el poema representa la búsqueda del conocimiento como sueño o viaje del alma. El aprendizaje aparece como la tarea natural de la mente humana y la máxima aspiración de los seres humanos.

Desde el título mismo la poeta destaca la noción de sueño, que, en este contexto, refiere al viaje intelectual que el entendimiento emprende en el intento de conocerlo todo. Ese viaje en ascenso hacia los cielos le otorga el punto de vista desde el cual ve todas las cosas.

Si bien le resulta imposible conocer todas las cosas que allí encuentra porque son eternas e infinitas, no desiste en la búsqueda de aprendizajes. Por el contrario, recurre al método gradual (ir conociendo las cosas una por una) y, de esa manera, continúa su búsqueda de saberes y conocimientos. Se propone escalar por los conceptos, “ascendiendo grado a grado” (v. 594).

Además, el poema tematiza de manera literaria los saberes y conocimientos de la época. En Primero Sueño se ven claramente tratadas verdades científicas sobre la medicina, la astronomía y la teología, entre otros.

Mente vs. cuerpo

La contraposición de mente y cuerpo es central en este poema de Sor Juana Inés de la Cruz. El cuerpo aparece como la materia que obstruye a la mente, que limita la capacidad intelectual del yo lírico. La imaginación y la creación se hacen posibles durante el sueño, ya que el cuerpo está dormido y la mente se libera de esas restricciones.

La mente (también llamada "el alma" en este poema),

juzgándose casi dividida

de aquella que impedida

siempre la tiene, corporal cadena,

que grosera embaraza y torpe impide

el vuelo intelectual con que ya mide

la cuantidad inmensa de la esfera

(vv. 298-302).

El alma necesita separarse del cuerpo y abandonarlo para poder realizar sus trabajos intelectuales y aprendizajes. La “corporal cadena” es el cuerpo y “embaraza”, en este caso, significa “obstruye”. Durante la vigilia, los órganos y miembros del cuerpo están activos y requieren mucha energía, por eso la mente no puede expandirse.

La relación de oposición entre el cuerpo y la mente es típica de muchas tradiciones de pensamiento desde la Antigüedad hasta el presente. El cuerpo suele relacionarse con las pasiones, las tentaciones y los pecados, pensadas de manera negativa como contrarias a Dios. Además, algunos filósofos analizan cómo es imposible confiar en las percepciones de los sentidos (vista, tacto, oído, olfato y gusto) para conocer la verdad. Los sentidos del cuerpo pueden engañarnos. Por el contrario, el alma aparece como pura y más cercana a Dios. El alma se relaciona con la razón, el entendimiento, la perfección, la claridad, la belleza y la bondad, todos elementos positivos en este esquema de pensamiento.

Dios

Sor Juana Inés de la Cruz es una religiosa intelectual interesada en las ciencias, la filosofía y las artes. Como puede observarse en su biografía, desde niña defiende la convicción de que todo estudio y todo conocimiento son modos de acercarse a Dios. Juana cree que todos los conocimientos, tanto los terrenales como los divinos, están interconectados y tienen la misma verdad universal: Dios.

En el contexto histórico-cultural de esta obra, la disciplina que organiza todas las ramas científicas es la teología, es decir, el estudio de la divinidad y la religión. Esta ciencia propone un ordenamiento jerárquico: ordena todas las ciencias así como Dios ordena todo lo que existe.

En el poema, Dios es la "Causa Primera", el motivo principal y fundamental de la búsqueda intelectual. Dios es eterno, infinito e inconmensurable. De ello se desprende que el Universo y todas las cosas también sean eternas, infinitas e inconmensurables. La eternidad de Dios y la de todas sus creaciones es comprobada por el yo lírico en Primero Sueño. Esa constatación (es imposible conocerlo todo porque es infinito) es vertebral para el poema.

Es difícil detectar que Primero Sueño es un poema sobre Dios. Tal como recuerda Georgina Sabat de Rivers, en la Respuesta a Sor Filotea, Sor Juana señala que se ha dedicado mucho a los temas humanos, a las ciencias del hombre y de la naturaleza, y no tan explícitamente a los temas divinos, por temor a hacer herejías. Además, la monja cree que estudiar todos estos temas la acerca a Dios, ya que está convencida de que las ciencias terrenales y las divinas están muy conectadas entre sí, que tienen la misma lógica y que se complementan las unas a las otras. Entonces, si bien el poema parece no tener como centro el tema religioso, para su autora toda búsqueda de conocimiento es un modo de aproximarse a Dios.

La verdad

El encuentro del yo lírico con la verdad se ubica en el centro de Primero Sueño. Tras dormirse y ascender hacia el cielo y los conocimientos, el yo lírico puede ver todas las cosas que existen. El conjunto de todas las cosas sublunares y supralunares es infinito y eterno. Esa es la primera verdad que se reconoce en el poema. De ella se desprende otra verdad: para la mente humana es imposible conocer todas las cosas, justamente porque son infinitas.

El encuentro con la verdad provoca primero sorpresa y luego tristeza en el yo lírico, ya que este tiene una sed insaciable por el conocimiento. Sin embargo, aunque se siente asombrada y confundida, el alma no renuncia a su voluntad de aprender.

La verdad tiene valores ambivalentes en este poema: por un lado, es aquello que, desde el comienzo, el yo lírico busca conocer; por el otro, encontrarla provoca angustia y asombro, ya que esa verdad indica un límite para la mente humana. Se trata de una verdad desagradable: es imposible conocerlo todo.

Estos valores ambivalentes se plasman también en el tratamiento de la luz que leemos en el poema. La luz tiene, al mismo tiempo, valores positivos y negativos. En las primeras instancias, la luz es indeseable porque se busca la llegada de la noche para que el cuerpo duerma y la mente se libere. Pero una vez que ha alcanzado las alturas en su viaje intelectual, la luz pasa a relacionarse con la verdad, la ciencia, la salud y los descubrimientos.

La noche

El tema de la noche es ineludible para leer Primero Sueño, ya que es tratado con mucha originalidad. No se trata solamente de un momento del día, sino que también representa el estado propicio para el desarrollo del intelecto. La atmósfera nocturna creada por este poema se caracteriza por la calma, la quietud y el silencio. Sor Juana pinta una noche bella, amable, serena. Introduce la oscuridad de la mano de la presencia de la luna, figurada como diosa hermosa. No se trata de una oscuridad negativa, sino deseable, amena, armónica.

Además de bella y profunda, esta noche es poderosa, ya que ni los animales, ni el viento ni los mares pueden resistirse a ella. Todas las cosas descansan. Esta atmósfera de absoluta serenidad es la que invita al sueño. Gracias a ella, el cuerpo, junto a todas las cosas, entra en el sueño, permitiendo la libertad del alma.

Esa descripción de la noche es tan profunda y original que se distancia de algunos lugares comunes de la literatura. En este poema, la noche no es amenazante y tampoco es el momento de las pasiones y los pecados. Por eso, en Primero Sueño, incluso los ladrones y los amantes duermen: “El sueño, todo, en fin lo poseía; / todo, en fin, el silencio lo ocupaba: / aun el ladrón dormía; / aun el amante no se desvelaba” (vv. 147-150). La noche trae al sueño y este aplaca todo lo relacionado al cuerpo. Así, da libertad al alma, que es pura, para ascender hacia el conocimiento y acercarse a la divinidad.

Las limitaciones humanas

Las limitaciones de la capacidad humana pueden leerse en varias direcciones de Primero Sueño. En primer lugar, la gran limitación que el poema descubre es la incapacidad del entendimiento humano para comprenderlo todo. Al ascender en su búsqueda de la divinidad y del conocimiento, el alma reconoce que ver y comprender todas las cosas es imposible.

Para expresar esta constatación, el yo lírico se vale de símiles. Por ejemplo, afirma “que como sube en piramidal punta / al cielo la ambiciosa llama ardiente, / así la humana mente / su figura trasunta, / y a la Causa Primera siempre aspira” (vv. 404-408). En esta comparación, la poeta resalta la ambición de la mente humana que tiene como tarea la búsqueda del conocimiento. Como se ha analizado, ese conocimiento es también el contacto con Dios, aquí llamado “Causa Primera”.

Para el entendimiento del yo lírico, es imposible ver y comprender ese cúmulo excesivo de infinitas cosas. El alma se siente encandilada como los ojos cuando miran al sol directamente. De esa manera, el poema explora el alcance de la mente humana: afirma que esta siempre busca el conocimiento y también descubre sus límites e imposibilidades.

En segundo lugar, algunas referencias a figuras mitológicas como Ícaro (tomada de las Metamorfosis de Ovidio) permiten que el poema explore más la búsqueda de límites. Ícaro, en la mitología, remonta vuelo usando unas alas confeccionadas con cera. Al hacerlo, cae en la tentación de volar muy alto y se acerca tanto al sol que sus alas se derriten y cae al mar. Ícaro intenta sobrepasar los límites de lo humano al volar y se excede volando demasiado alto.

Esta alusión sirve a la poeta para ejemplificar lo que le ocurre al alma cuando asciende a los cielos. Al encontrarse con todas las cosas que existen, que son infinitas, se siente encandilada, como si se acercara demasiado al sol. Lo que encuentra es excesivo, es demasiado para el entendimiento humano. Así, en Primero Sueño el alma humana encuentra los límites de su alcance.

El desengaño

El desengaño es un tópico central del barroco. La literatura barroca es pesimista, se ve plagada por el desengaño, las frustraciones y la idea de mentira o falsedad.

Este tema toma un rol importante sobre todo hacia el final del poema de Sor Juana. Tanto es así que la crítica especializada llama a la última parte del texto, "El despertar" o "El desengaño". Esta sección comienza en el verso 827 y sus primeras palabras expresan: “Mas mientras entre escollos zozobraba / confusa la elección / sirtes tocando / de imposibles, en cuantos intentaba / rumbos seguir, no hallando / materia en que cebarse” (vv. 827-832). De un modo complejo, estos versos señalan el reconocimiento del límite: el alma ha comprobado la imposibilidad de entenderlo todo y debe regresar al cuerpo. A partir de allí, el yo lírico percibe que el cuerpo necesita alimentarse nuevamente y que ya ha descansado lo suficiente.

Una vez más, la poeta trabaja los tópicos con originalidad: el despertar se asocia al encuentro con la verdad, pero en este caso la verdad es desagradable: no es posible conocerlo todo. El encuentro con la verdad provoca el desengaño del yo lírico, que al inicio del poema se mostraba ansioso por elevarse y comprender todas las cosas. A partir de la confirmación del desengaño, el alma emprende su regreso gradual al cuerpo. Este regreso en forma de descenso coincide con el amanecer y desemboca en el final del poema.