Las penas del joven Werther

Las penas del joven Werther Sturm und Drang y los inicios del Romanticismo

El movimiento conocido como Sturm und Drang (que puede traducirse como “tormenta e ímpetu”) tuvo lugar en Alemania, en el contexto europeo de la segunda mitad del siglo XVIII. En este momento, comienza a tornarse evidente que la condición fundamental del hombre no reside en la razón y comienza a cuestionarse el pensamiento intelectualista de la Ilustración francesa.

En Alemania, las ideas de la Ilustración no se habían arraigado fuertemente, y fue allí donde se originaron el Prerromanticismo y las nociones rectoras del posterior movimiento romántico, entre ellas, la idea de la imaginación como fuerza creadora y la de la poesía como instrumento de conocimiento. Además, frente a los principios del Neoclasicismo, los prerrománticos privilegiaron los sentimientos y las emociones como principios rectores de la creación artística. El movimiento alemán Sturm und Drang es emblemático en este sentido. Una de sus principales características es su oposición a los principios del neoclasicismo. El Sturm und Drang se nutre de las teorías idealistas y exalta las ideas de genio y de inspiración artística.

Goethe fue una figura destacada de este movimiento, y muchos consideran su novela Las penas del joven Werther como la más representativa del mismo. El nombre Sturm und Drang muestra los dos aspectos principales de esta corriente: “tormenta” enfatiza el papel del poder de la naturaleza en la inspiración del artista, e “ímpetu” destaca las emociones y la voluntad en su expresión. El término Sturm und Drang proviene del título de la obra homónima, escrita en 1776 por Friedrich Maximilian Klinger (1752-1831).

Esta novela también influyó en la literatura del movimiento posterior, el Romanticismo. En ella encontramos algunos de los elementos característicos del mismo, como la exaltación de los sentimientos y el triunfo de estos sobre la razón. Como podemos ver, Werther es un joven que se deja dominar por sus sentimientos y pasiones. Además, él también presenta rasgos que lo acercan a la figura del rebelde, característica de la literatura romántica, puesto que muestra reticencias respecto a las normas sociales y, también, en el plano artístico, respecto a los preceptos y reglas del arte. Otros elementos propios de los héroes románticos que encontramos en él son su carácter conflictuado, sus ansias de libertad, su tendencia a idealizar la realidad o algunos aspectos de ella, y su identificación con la naturaleza, en la que proyecta su estado anímico.

También la imagen femenina de la mujer angelical, presente en muchas de las obras de este movimiento, la encontramos en esta obra en el personaje de Lotte, según la perspectiva con la que la presenta Werther. Por último, en relación con la temática, observamos en esta novela, como en numerosas obras románticas, el tema del amor, representado como un estado doloroso y vinculado a la búsqueda de un imposible, así como también el tema de la muerte y, particularmente, del suicidio.