Las penas del joven Werther

Las penas del joven Werther Elementos Literarios

Genero

Novela epistolar.

Configuración y Contexto

Las cartas de Werther datan de los años 1771 y 1772, y el texto del editor es posterior, aunque su fecha no se indica. La novela está situada en Alemania, en Wahlheim y en otros sitios cuyos nombres no se explicitan.

Narrador y Punto de Vista

El libro primero y gran parte del segundo están narrados por Werther, en primera persona. Luego, el editor narra la última parte de la novela en tercera persona. Su punto de vista oscila entre el de un narrador testigo y el de uno omnisciente.

Tono y Estado de Ánimo

Tono confesional y dramático.

Protagonista y Antagonista

El protagonista es Werther. El antagonista es Albert, con quien él compite por Lotte. Albert se presenta como la antítesis de Werther en su carácter y conducta.

Conflicto Principal

Werther está enamorado apasionadamente de Lotte, pero su amor no es correspondido. Ella está comprometida con otro hombre, Albert, con quien finalmente se casa. Werther no puede dominar sus pasiones y su situación sentimental le causa cada vez mayores sufrimientos.

Climax

La obra alcanza su clímax cuando Werther y Lotte, profundamente conmovidos por la lectura de un canto de Ossian, lloran y se besan.

Presagio

Werther, en varias de sus cartas, da indicios que permiten presagiar su suicidio. Un primer presagio aparece tempranamente en la carta del 22 de mayo de 1771, cuando el joven aún se encuentra feliz con su nueva vida en las cercanías de Wahlheim, y le escribe a su amigo, refiriéndose al ser humano: "(...) por más prisionero que esté, en su corazón mantendrá siempre el dulce sentimiento de la libertad y de que puede abandonar esta celda cuando quiera" (p. 15). A medida que avanza la novela, los presagios se tornan más evidentes. Por ejemplo, en la carta del 12 de agosto de 1771, habla acerca de una conversación que mantuvo con Albert, en la que defiende con fervor la elección del suicidio. Otro ejemplo se presenta en la carta del 16 de marzo de 1772, en la que afirma: "(...) quisiera abrirme las venas para alcanzar la eterna libertad" (p. 86).

Atenuación

"-Usted conoce nuestras maravillosas costumbres -me dijo-. Noto que los presentes no están entusiasmados con verlo a usted en esta reunión. No quisiera que por nada..." (p. 82)

El conde de C. utiliza la atenuación o litote "los presentes no están entusiasmados con verlo" para sugerirle a Werther que los invitados a su reunión rechazan su presencia. Esta figura retórica consiste en negar lo contrario de lo que se quiere afirmar. En este caso, "no están entusiasmados" significa "están disgustados". El conde emplea este recurso para mitigar el sentido negativo de sus palabras.

Alusiones

“Recuerdo entonces una y otra vez las palabras del Divino Maestro: «si ustedes no llegan a ser como uno de ellos…»” (p. 35).

En esta obra hay abundantes alusiones bíblicas. En este caso, Werther se refiere a un pasaje proveniente del Evangelio según San Mateo: “En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?». Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.»” (Mt 18, 1-3). Werther admira muchas de las actitudes de los niños y, más de una vez, se siente identificado con ellos. La alusión a este pasaje bíblico, donde Jesús invita a imitarlos, le sirve a Werther para reafirmar sus convicciones.

Imágenes

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Paradoja

"¿Por qué será que lo que colma de felicidad al hombre es al mismo tiempo también fuente de sus desgracias?" (p. 61).

Werther reflexiona a menudo sobre la felicidad. Su experiencia le demuestra que aquello que fue motivo de felicidad y placer posteriormente se transformó en la causa de sus penas. Principalmente, su amor hacia Lotte, que al comienzo le proporciona intensos momentos de felicidad, más tarde se convierte en el principal motivo de su sufrimiento. Lo mismo ocurre con la naturaleza: mientras que al inicio de la obra su contemplación colma de felicidad al protagonista, más tarde lo desconsuela, cuando advierte el enorme poder destructivo que yace oculto en ella.

Paralelismo

"Eras veloz, oh Morar, como el ciervo en la colina, terrible como el meteoro. Tu ira era como una tempestad, tu espada en la batalla como el relámpago sobre el campo. Tu voz era como el río caudaloso después de la lluvia, como el trueno en la montaña lejana. (...) Pero al regresar de la guerra, ¡cuánta paz había en tu frente! Tu rostro era como el sol después de la tormenta, como la luna en la noche silenciosa, el pecho sereno como la mar cuando se calma el viento sobre las olas" (p. 133).

En el fragmento de Ossian que lee Werther, estos dos paralelismos exaltan las cualidades únicas de Morar. Ambos se construyen a partir de una acumulación de símiles, pero mientras que, en la primera parte, el paralelismo pone de relieve la bravura del héroe, en la segunda, después de la guerra, destaca su sosiego.

Metonimia y Sinecdoque

“Pasaron a mi lado con aire y narices soberbias (…).” (p.83).

Werther se refiere con estas palabras a una familia que pertenece a la nobleza, y que adopta una actitud despectiva cuando pasa a su lado. Con la sinécdoque "narices soberbias" alude a la arrogancia de estas personas.

Personificación

“Lucero de la tarde crepuscular, brillas hermoso en occidente, alzas tu frente destellante por encima de una nube, avanzas majestuoso entre las montañas. ¿Qué es lo que buscas a través del follaje? (…) ¿Qué buscas, hermosa luz? Sonríes y te vas, las olas te rodean y bañan tu encantador cabello” (p. 129).

Con esta personificación del sol crepuscular inicia el fragmento de Ossian que Werther le lee a Lotte la tarde de su último encuentro. La luz declinante del atardecer, que precede y anuncia el final del día, también anuncia simbólicamente la muerte de Werther.