Las penas del joven Werther

Las penas del joven Werther Ironía

Werther califica de sabias las palabras del doctor, cuando en realidad opina lo contrario (Ironía verbal)

En la carta del 29 de junio de 1771, Werther cuenta que, mientras se encontraba jugando con los hermanos de Lotte en el suelo, llegó a la casa el médico de la ciudad. Werther cree que él consideró insensata su conducta y, por eso, se burla del conocimiento del médico, refiriéndose irónicamente a sus palabras como "cosas muy sabias" (p. 34). Werther, además, muestra desprecio por las actitudes del profesional, a quien describe como una "dogmática marioneta que al hablar se lo pasa arreglándose y alisando los puños de la camisa" (p. 34).

Werther siente rechazo por las personas que no pueden controlar su malhumor, cuando él mismo carece de esa capacidad (Ironía situacional)

Werther siente rechazo por las personas que no pueden dominar su malhumor y que, a causa de eso, producen malestar en aquellos que los rodean. A propósito de esto, durante una conversación en la casa del párroco de St..., donde nota que el señor Schmidt está de malhumor, Werther expone firmemente su idea: "Si nuestro corazón se mostrara abierto a gozar lo bueno que nos brinda Dios día a día, entonces sí dispondríamos de la fuerza suficiente para enfrentar lo malo cuando nos llega" (p. 38). Más tarde, en la carta que le dirige a Wilhelm, comenta que no hay nada que le fastidie más que observar a las personas mortificándose y arruinándose los días, y que "Lo peor es cuando se trata de gente joven que se encuentra en la flor de la vida, quienes en realidad podrían ser los más abiertos a las alegrías" (p.37). Resulta irónico que estas afirmaciones provengan de Werther, puesto que él mismo es proclive a dejarse dominar por sus emociones y se muestra incapaz de disponer sus fuerzas para enfrentar las adversidades.

Werther alude a la condición noble de personas cuyas conductas son poco valorables (ironía verbal)

Werther se refiere a los invitados del conde de C. con el calificativo "nobles", pero el término resulta irónico en el contexto de la descripción que hace de ellos: "Ayer fui a comer a su casa, justo el día en el que al atardecer se reúne lo más rancio de la sociedad, nobles damas y caballeros (...)" (p. 82). Werther se mofa de ellos con humor mordaz y critica su comportamiento, mostrándolo indigno de respecto. Asimismo, poco después, se refiere a algunos miembros de la aristocracia denominándolos "gentuza" (p. 83).

Werther se refiere a los supuestos encantos de la cintura de una joven cuya figura le produce rechazo (ironía verbal)

En la misma reunión del conde de C. a la que nos referimos anteriormente, Werther se burla de la apariencia de la hija de la señora Von S. y utiliza irónicamente el término "encantadora": "(...) veo ingresar a la muy noble señora Von S. junto a su señor esposo y esa gansa, ya algo crecidita, de su hija, con su pecho tan chato y su encantadora cintura encorsetada" (p. 83). En esta descripción se puede observar que Werther no cree que su cintura sea "encantadora", sino que usa la expresión para mofarse de las pretenciones que supone que la joven posee sobre su propia cintura.