Kim

Kim Metáforas y Símiles

“Voy a librarme de la rueda de las cosas mediante una senda amplia y sin barreras” (22) (Metáforas)

La rueda de la vida y la senda son dos metáforas que usa el lama para aludir a su filosofía de vida. Según el hombre, las personas están atadas a la rueda de la vida, esto es, a lo mundano, lo cotidiano que aliena a las personas, distrayéndolas con pasiones y necesidades materiales que en realidad son puras ilusiones. En este sentido, la figura de la rueda sugiere un movimiento cíclico y continuo, automático, del que es difícil escapar.

Así, el lama lleva adelante una práctica consciente con el objetivo de apartarse de esa rueda y encauzarse hacia la liberación espiritual, la cual representa con la metáfora de la senda: un camino de búsqueda interior que lo lleva liberarse de la rueda de la vida. Encarrilarse en esa “senda amplia” significa, de este modo, desnaturalizar la forma de vida cotidiana y seguir un recorrido nuevo, desmarcado de lo automático, donde el hombre puede entrar su propia liberación. Así, la senda metaforiza, no ya un circuito cíclico como el que planteaba la rueda, sino un trazo horizontal, propio, por el cual es posible alcanzar la iluminación.

“Después de que (...) el tratante de caballos hubiera enturbiado los pozos de la curiosidad con el palo de la precaución” (42) (Metáforas)

El narrador describe aquí el modo en que Mahbub despista a sus enemigos, quienes interceptan sus cartas y telegramas en busca de información sensible. Para desorientarlos y hacerles perder tiempo y energía, el tratante de caballos envía nuevos telegramas que parecen llevar mensaje encriptados, pero están vacíos de contenido relevante. El narrador elogia la habilidad de Mahbub para desorientar a sus enemigos mediante una metáfora: representa la curiosidad de esos enemigos como pozos de agua que ahora el afgano se ha encargado de enturbiar, de volverlos confusos y poco transparentes. Además, lo ha hecho con una herramienta, la precaución, que se presenta bajo la metáfora del palo, con el cual revuelve y enturbia las aguas de esos pozos.

“La gran carretera que es la columna vertebral de toda la India (...): un río de vida como no existe otro en el mundo” (95) (Metáforas)

En este fragmento, el narrador utiliza dos metáforas para referirse a la gran carretera nacional de la India que atraviesan a pie Kim y el lama; una carretera que “Avanza en línea recta, encauzando sin aperturas el tráfico de la India a lo largo de más de dos mil kilómetros” (95). Primero se vale de la metáfora de la columna vertebral, con la cual refiere no solo al modo transversal en que la carretera atraviesa el territorio, sino también a su importancia: como la columna de un cuerpo, la gran carretera es el tronco que articula todo el territorio, que comunica toda la India. Luego se vale de la metáfora del río de vida para representar el movimiento de gente que circula por ella como agua que se traslada y fluye de un punto a otro de su cauce, un flujo que no es de agua, sino de vida, de personas. En ese sentido, la carretera, como un río, encauza el tráfico de personas, marca la dirección y el sentido en que ese tránsito se lleva adelante.

“El fruto ya está maduro…, pero tiene que aprender sus distancias y sus medidas, sus jalones y sus brújulas” (206) (Metáforas)

Como parte de la retórica encriptada propia de su trabajo como agente secreto, Mahbub Ali recurre a la metáfora del fruto para describir el grado de aprendizaje de Kim. Como si el chico se tratara de una fruta, el tratante señala que ya ha madurado y está casi listo para empezar a trabajar de espía. Sin embargo, aún le falta dominar algunas cosas relativas a sus propias dimensiones y los modos en que debe moverse. Mahbub también recurre a metáforas topográficas para describir al muchacho, apelando a los conocimientos que él aprende en el colegio y para aludir a las dimensiones todavía debe incorporar. Así, las “distancias” y “medidas” metaforizan sus habilidades y capacidades; y los “jalones” y “brújulas”, la habilidades a perfeccionar en lo relativo a cómo moverse, desplazarse y maniobrar en sus estrategias de espionaje.

“Se trataba tan solo de ver si había…, un defecto en una joya. A veces joyas muy finas se deshacen si un hombre las aprieta con la mano” (241) (Metáfora)

Lurgan pone a prueba a Kim e intenta hacerle creer que una jarra rota puede volver a armarse. En la escena, somete a Kim a una estrategia persuasiva, que el chico logra sortear con dificultad, pero exitosamente. Cuando Kim le pregunta si aquello que intentó con él fue un acto de magia, Lurgan responde recurriendo a la metáfora de la joya. En este pasaje, el hombre se refiere a Kim como a una joya, lo cual ya le aporta cualidades positivas, refinadas y únicas al muchacho. Sin embargo, dice Lurgan, incluso las joyas más finas se pueden deshacer por obra de un hombre que sepa desarmarlas. Con ello, sugiere que incluso el hombre más hábil puede fracasar si otro hombre sabe cómo hacerlo flaquear y exponer sus defectos. No obstante, este no es el caso de Kim quien demuestra ser una joya pura, sin defectos.

“Al igual que una piedra arrojada a un estanque, también se extenderán tus consecuencias sin que puedas saber hasta dónde” (325) (Símil)

Aquí el lama le reprocha a Kim que, en el viaje en tren para asistir al supuesto mahratta, pecó de vanidoso al intentar impresionar con sus saberes a los presentes; entre ellos, al propio lama. Le dice que su accionar tendrá efectos colaterales negativos, y compara ese gesto, mediante un símil, con el movimiento que hace una piedra cuando cae en un estanque y genera ondas en el agua, cuyos alcances son desconocidos.

“Hijo mío, he vivido de tu fortaleza como un viejo árbol vive de la cal de un nuevo muro” (422) (Símil)

En el capítulo final de la novela, cuando se produce el último viaje entre Kim y el lama, el primero se larga a llorar y le pide disculpas a su maestro por haberlo forzado a recorrer distancias demasiado largas y haberlo descuidado mucho. En respuesta, el lama reconoce la enorme ayuda que el chico ha sido para él, la cual representa mediante un bello símil: se compara a sí mismo con un viejo árbol y a Kim con un muro nuevo; un muro que sostiene al árbol y le da el sustento para mantenerse en pie y seguir viviendo.