Cronopios
Se trata de unos de los personajes principales de la cuarta parte de la obra llamada, en forma homónima, “Historias de cronopios y de famas”. El texto da por sentado que estos seres no son desconocidos para el lector por lo que hacerse una idea precisa de ellos solo es posible en cuanto a su carácter luego de haber leído todos los textos. Sobre su aspecto tenemos únicamente las siguientes referencias: que son “objetos verdes y húmedos” (p. 473) o “verdes, erizados, húmedos objetos” (p. 474).
En cuanto a su carácter, sabemos que los cronopios son seres libres que tienden al juego y a trastocar las convenciones. Son imaginativos y disruptivos. Por ejemplo, un cronopio que quedó a cargo de la radiodifusión decide traducir todo al romano. Lo hace sin una explicación racional, pero igualmente consigue llevar a cabo su plan descabellado.
Famas
Se trata de unos de los personajes principales de la cuarta parte de la obra llamada, en forma homónima, “Historias de cronopios y de famas”. Los famas son la contracara de los cronopios. No tenemos una descripción física de los famas, pero sí nos podemos hacer un perfil claro de su carácter: son ordenados, obedientes, eficientes y adeptos a la convención y la rutina.
Esperanzas
Se trata de unos de los personajes de la cuarta parte de la obra llamada, en forma homónima, “Historias de cronopios y de famas”. Las esperanzas son personaje que no tienen tan marcada la personalidad en comparación a los otros. Son seres simples. En cuanto al físico, en un momento dado el narrador los refine como “microbios relucientes” (p. 475).
Miembros de la familia de “Ocupaciones raras”
Podemos especular que, por sus actitudes, la familia sobre la cual se narra en la segunda parte del libro, “Ocupaciones raras”, es una familia de cronopios. El modo en que invierten las tradiciones o las actitudes consideradas ‘normales’ para realizar tareas inútiles los asemeja a los cronopios.