Historias de cronopios y de famas

Historias de cronopios y de famas Símbolos, Alegoría y Motivos

Los famas (Símbolo)

Representantes de la vida tradicional y estructurada, los famas son criaturas inventadas por Cortázar que se caracterizan por ser ordenadas y predecibles. Simbolizan a la parte de la sociedad conservadora, que no cambia sus costumbres y tiene firmes y estancas ideas.

Los cronopios (Símbolo)

Contrariamente a los famas, estos seres representan el aspecto descontracturado de la sociedad, así como el artístico, libre y humorístico. En gran medida, el libro parece ensalzar esta figura por sobre las otras, pues siempre aparecen como más conscientes e inteligentes que el resto de los seres presentes en el texto.

El ‘flâneur’ (Motivo)

En el texto titulado “Instrucciones para matar hormigas en Roma”, aparece la figura del flâneur. Es decir, del caminante sin rumbo fijo que pasea por las calles en busca de estímulos sensoriales, distracciones o pasatiempos. Si bien no se lo menciona como tal, se describe su andar peculiar por los rincones de la ciudad —de Roma, en este caso—.

‘Flâneur’ es un término francés que significa paseante, y remite a aquel individuo que camina o vaga sin rumbo por las calles de la ciudad. El flâneur se transformó en un tipo recurrente de la literatura francesa durante el siglo XIX, y fue a partir de su aparición en la obra del poeta Charles Baudelaire, y el análisis que de ella hizo el gran ensayista y filósofo Walter Benjamin, que el término se volvió un objeto de gran interés, tanto artístico como académico.

El reloj (Motivo)

El motivo del reloj aparece en varias oportunidades a lo largo de la obra, generalmente asociándose a ideas negativas como la muerte o los riesgos que la necesidad de ser productivo y ‘hacer valer el tiempo’ provocan en las personas. El primer texto en el que aparece la mención a un reloj es “Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo” donde un hombre siente dolor en su muñeca izquierda y, cuando se lo saca, ve las marcas de unos dientes muy finos sobre su piel. Aquí, el reloj se torna en un ser fantástico que daña. En “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj”, el reloj también aparece asociado a algo negativo porque se desarrolla la idea de que es un objeto que esclaviza a quien lo posee. En una luz ligeramente más positiva, “Instrucciones para dar cuerda al reloj” muestra como ese objeto es capaz de ofrecer experiencias positivas al usuario porque “abre otro plazo” (p. 418) de vida. Sin embargo, luego el reloj termina por corroerse debido a que el recuerdo del tiempo trae consigo el recuerdo de la muerte. Finalmente, los relojes reaparecen en la última sección del libro, en el texto “Relojes”. Allí un cronopio construye su propio artilugio para llevar el tiempo; elige una alcachofa a la que le arranca las hojas en el orden de las horas, hasta que llega al corazón y se lo come con aceite, vinagre y sal.

El patíbulo (Símbolo)

En “Simulacros”, una familia decide embarcarse en el absurdo, difícil y polémico proyecto de construir un patíbulo en el jardín delantero de su casa. Este proceso está acompañado por otras tantas actividades que parecen inconexas y reafirman la sinrazón con que actúa la familia. Por ejemplo, durante la construcción del patíbulo, las mujeres de la familia aúllan a la luna, ya que habían elegido arbitrariamente que la construcción se haga en una noche de luna llena. Mientras esto sucede, los vecinos empiezan a merodear la obra con curiosidad e intentan que la policía frene el proyecto. Sin embargo, la familia consigue finalizarlo y, tras ello, cenan bajo la horca iluminada por la luz de la luna. Esta familia gusta de realizar “tareas porque sí” (p. 421), y el patíbulo simboliza las tareas improductivas y su capacidad de subvertir la racionalidad aplastante del mundo moderno.