Historias de cronopios y de famas

Historias de cronopios y de famas Resumen y Análisis Material plástico

Resumen

Instrucciones para cantar

Este relato sigue el mismo estilo de las instrucciones de la primera sección. Al principio, hace recomendaciones sobre el modo de romper los vidrios de la casa y que lo mejor es que “escuche por dentro” (p. 439). Al igual que en las instrucciones para dar cuerda al reloj, cantar abre una puerta a otra realidad: “Un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras” (ibid.). Finalmente, cierra con algunas recomendaciones de lo que hay que evitar: “No cante por la nariz” (ibid).

Trabajos de oficina

Este texto narra la relación entre un jefe y su secretaria. Ella es diligente y quiere hacer bien su trabajo, pero también es autoritaria y desea hacerlo todo; se toma muy en serio su trabajo. Una de las ocupaciones a las que más dedica su tiempo es cuidar las palabras y por eso no le deja a su jefe utilizar adjetivos innecesarios y censura todo tipo de escrito que no sea oficial. El jefe, por su parte, intenta escapar a la censura escribiendo versos como si se tratara de informes, pero a su secretaria no se le escapa ni un descuido.

Maravillosas ocupaciones

Un hombre envía un sobre al ministro de Relaciones Exteriores que contiene la pata de una araña. Luego sale de su casa y se detiene a observar con placer los árboles en la calle. Entra a un café, pide azúcar para hacer una montaña en el centro de la mesa y luego escupe, enojando a todos los presentes. Por último, entra en el Ministerio de Relaciones Exteriores para presenciar la entrega y apertura de la carta con la pata de araña, y contempla la desagradable respuesta del ministro.

Vietato introdurre biciclette

Este texto es una reflexión sobre el efecto que puede tener en las bicicletas la prohibición de que entren en bancos, oficinas y otros establecimientos. El texto arremete contra una regla que parece caprichosa porque prohíbe la entrada de bicicletas y perros, pero no de tortugas, liebres o chimpancés. Al final el texto incluye una advertencia sobre la posibilidad de que las bicicletas se rebelen contra las leyes e irrumpan en los espacios vedados.

Conducta de los espejos en la isla de Pascua

Este texto se trata sobre un fenómeno extraño en la isla de Pascua donde los espejos, según se encuentren al este o al oeste, reflejan algo que sucede en el pasado o en el futuro. Cuenta lo que los espejos reflejaban cuando un antropólogo, Salomón Lemos, se instaló en la isla. Pudo ver en los espejos su muerte y también su infancia.

Posibilidades de la abstracción

Un hombre tiene la capacidad de elegir selectivamente qué ve o a qué le presta atención. Decide elegir un elemento cada día. El primero elige ver solamente las orejas de las personas que parecen alas que vuelan a la par. Luego, se centra en los relojes; luego, en los botones; y, finalmente, en el sistema digestivo. El personaje pierde el trabajo y cuando su secretaria le anuncia el despido, él decide centrarse únicamente en las lágrimas que caen como “fuentes cristalinas que nacen en el aire” (p. 445).

El diario a diario

Este texto se centra en las “excitantes metamorfosis” (p. 446) que experimenta un diario a lo largo del día. A medida que pasa de mano en mano, el objeto deja de ser un diario a ser un simple montón de hojas impresas. Luego, cuando un nuevo lector encuentra el montón de hojas, pasa a ser un diario otra vez. Así sucede sucesivamente hasta que pasa a ser papel de envoltorio.

Pequeña historia tendiente a ilustrar lo precario de la estabilidad dentro de la cual creemos existir, o sea que las leyes podrían ceder terreno a las excepciones, azares o improbabilidades, y ahí te quiero ver

Se narra un extraño suceso dentro del Comité Ejecutivo de un organismo público. Por la muerte repentina de seis titulares del Comité Ejecutivo, se llevan a cabo nuevas nominaciones y votaciones para completar las plazas. De manera azarosa e inexplicable, todos los funcionarios electos se llaman Félix. Tal es la conmoción alrededor de esta coincidencia que tres de ellos deciden renunciar solamente para que no haya seis Félix en el Comité.

Fin del mundo del fin

Este texto cuenta como en un momento dado la profesión de escriba se extiende y las personas empiezan a producir textos impresos a un ritmo inimaginable. Llega a tal punto que no hay más lugar en la tierra para sostener tanta impresión, por lo que los presidentes de las distintas repúblicas deciden tirar los libros al mar. Pronto el mar se colma de papel empastado con el agua y surgen nuevas islas y el agua se desplaza y transforma la geografía. Los escribas no cesan de escribir, sino que buscan nuevas maneras de asentar sus textos, por ejemplo, borrando antiguas líneas para escribir nuevas. Pronto los textos se apilan y dividen con murallas o montañas las regiones. Al final quedan los escribas aislados de los hombres que han sobrevivido en antiguos transatlánticos convertidos en islas donde “se celebran grandes fiestas y se cambian mensajes de isla a isla, de presidente a presidente y de capitán a capitán” (p. 450).

Acefalia

En “Acefalia”, a un hombre le cortan la cabeza, pero una huelga impide que lo entierren. A partir de eso, el hombre debe vivir sin cabeza y confiar únicamente en su tacto. En un momento dado, empieza a notar que percibe colores por medio del tacto. A continuación, consigue percibir sabores. El último sentido que recupera es el del oído y allí se da cuenta de que lo que escucha es la voz del capellán de la cárcel.

Esbozo de un sueño

Un hombre siente un gran deseo de visitar a su tío y acude a él. En el camino, algunos eventos extraños se cuelan en su experiencia. Una vez en casa de su tío, decide fumar, pero no encuentra fósforos ni fuego para prender los cigarros. Cuando llega a su casa, se acuesta y tiene un sueño en el que pasa una tarde agradable con su novia.

¿Qué tal, López?

Este texto surge a partir de un saludo entre dos viejos conocidos. Con esa excusa, el texto es una disquisición sobre las convenciones sociales en las que caemos creyendo que estamos haciendo algo auténtico, aunque únicamente paseamos en “galerías de humo” (p. 453) y resbalamos por un “tobogán prefabricado” (ibid.) de gestos repetidos. El texto contrasta estas convenciones con una actitud más valiente y auténtica que se aleja de la comodidad para encontrar lo verdaderamente nuevo.

Geografías

El texto empieza anunciando su propósito: probar que las hormigas son “las verdaderas reinas de la creación” (p. 454) mediante un fragmento de su geografía. Se describe entonces un espacio físico mediante con expresiones que requieren interpretación. Por ejemplo, se habla de mares paralelos y un experto en el tema explica que se trata de ríos. Al final, se vuelve evidente que la geografía descrita es, en realidad, el patio de una casa en Buenos Aires.

Progreso y retroceso

La voz narrativa describe un invento que consiste en un cristal que permite que las moscas lo atraviesen. El problema es que el invento no es perfecto porque solo permite que las moscas crucen en una dirección. Debido a ello se tuvo que inventar el caza moscas, para atrapar a las que quedaban estancadas del otro lado del cristal: “Así acabó toda posible confraternizar con estos animales dignos de mejor suerte” (p. 455).

Historia verídica

A un hombre se le caen sus anteojos y, para su sorpresa, no se rompen. Motivado por el milagro, compra en una óptica un estuche para sus anteojos. Irónicamente, poco tiempo después, el estuche con los anteojos se cae y esta vez se rompen por completo.

Historia con un oso blando

Este texto utiliza juegos de palabras y neologismos, volviéndose apenas inteligible. Cada lector puede hacerse una idea de qué quiere decir el texto, aunque sí involucra osos, hormigueros y campanas repletas de miel.

Tema para un tapiz

Un general en desventaja con respecto a sus enemigos decide escribir un mensaje para repartir entre ellos. Pronto consigue revertir la situación y gana ventaja numérica sobre ellos. Al final solo queda una persona en el bando enemigo, por lo que el general se obsesiona con reclutarlo y llora al no conseguirlo. El enemigo entra a la tienda del general con la espada desenvainada. El ejército del general se desbanda.

Propiedades de un sillón

En la casa de una familia hay un sillón para morirse. En el centro del respaldar tiene una estrella plateada. Cuando una persona se sienta allí, se muere. Los niños de la casa se divierten con el sillón e intentan conseguir que alguna visita desprevenida se siente allí. Como todos saben del sillón, las visitan ponen excusas para no tomar asiento. Los padres de familia reprenden a sus hijos por sus travesuras, hasta que un día estos pierden el interés por el sillón y activamente evitan entrar en la sala en el que se encuentra. El padre revisa todas las mañana que sus hijos no hayan entrado en la sala del sillón cuya estrella de plata todavía brilla en la oscuridad.

Sabio con agujero en la memoria

En este texto se hace una burla sobre el prestigio de un sabio que es foco de una controversia por haberse olvidado de un personaje histórico en sus libros sobre Roma.

Plan para un poema

Tal como indica el título, este texto es un plan para un poema con ideas inconexas e imágenes inusuales. En el centro aparece una escena que cuenta la situación que vive una mujer llamada Delia, quien que persigue a un grillo que se pasea por una mesa tendida.

Camello declarado indeseable

En este texto se narra (suprimiendo verbos, artículos y signos de puntuación) la historia de un camello al que le niegan el paso en la frontera. Hay varios intentos por revertir la situación, pero Guk, el camello, siempre termina por regresar a su oasis sin posibilidad de cruzar. Allí muere.

Discurso del oso

Es el discurso de un ‘oso’ que vive en las cañerías de un edificio y se pasea por ellas. Las personas que viven en el edificio hacen su vida normalmente sin sospechar que por sus cañerías corre un oso que es la causa del ruido que proviene de las tuberías. Por las noches, el oso sale por las canillas abiertas, observa de cerca la vida de las personas y se compadece de ellos porque “no pueden andar por los caños” (p. 463) y son torpes, grandes y solitarios.

Retrato del casoar

Es la historia del casoar, un animal fantástico que resulta sumamente antipático y repulsivo. Para alimentarlo y cuidar de él en el zoológico, los guardianes deben entrar con botas altas y lanzallamas. Cuando el casoar intenta saltar sobre ellos, los guardias encienden el lanzallamas y este, en lugar de morir, se transforma en una especie de gema.

Aplastamiento de las gotas

Es un texto descriptivo y poético sobre las gotas de lluvia. El narrador observa el comportamiento de las gotas que se forman en el balcón.

Cuento sin moraleja

Narrado como si se tratara de un cuento tradicional, esta es la historia de un hombre que vende palabras. Un día intenta venderle sus últimas palabras a un tirano, pero este ordena que se lo lleven preso. Antes de ello, el vendedor le advierte que sus colaboradores serán sus verdugos. El tirano le cree y se encierra con él para pactar sus últimas palabras, pero cuando termina la reunión, sus colaboradores ya han planificado su fusilamiento. Así, tanto el tirano como el vendedor de palabras en manos de los insurrectos. No obstante, las palabras que el hombre había vendido en las calles se convierten en las que inician la revolución en contra de los insurrectos, quienes se hicieron del poder tras el fusilamiento.

Las líneas de la mano

Con una protagonista inusual, el cuento narra el recorrido que hace la línea de una carta manuscrita tirada sobre una mesa por toda la ciudad. Esta llega a un barco y sube por la costura del pantalón, el chaleco, el codo y la palma de un hombre que está empuñando una pistola.

Análisis

Para empezar con un análisis de esta sección, resulta productivo detenerse primeramente en su título. El plástico es un material tan descartable como extremadamente versátil, y la crítica ha coincidido en señalar que ambas propiedades del plástico pueden aplicarse en forma indistinta a los relatos de esta sección. Así, encontramos aquí textos que presentan situaciones que luego podemos dejar de lado o descartar por su carácter absurdo y su brevedad, pero al mismo tiempo cada texto abarca tantos temas que podemos hablar de su versatilidad. De este modo, tanto podemos encontrarnos con historias, en apariencia, banales, como otras en las que puede rastrearse un profundo sentido político. De hecho, por momentos encontramos desarrolladas temáticas sociopolíticas de profundo interés para los seres humanos, aunque muchas veces estas se presenten con cierto cinismo o ironía. Pareciera, en este punto, como si se buscara evidenciar que los políticos u otros agentes destinados para la protección de los ciudadanos no ocupan su rol de manera totalmente seria o comprometida, sino que lo efectúan de esta forma descartable, al igual que el plástico.

La colección de textos reunidos en esta sección son muy diferentes entre sí. Intentaremos entonces agruparlos de manera tal que se pueda hacer un análisis más general de ellos, para luego centrarnos en algunos de los textos más importantes.

El primer criterio para agrupar los textos tiene que ver con su corte fantástico. Cuentos como “Instrucciones para cantar”, “Progreso y retroceso”, “Esbozo de un sueño” y “Líneas de la mano” son algunos de los que podemos integrar en este grupo. Vale recordar, en este punto, la conferencia llamada “El sentimiento de lo fantástico”, en la que Cortázar define al género de este modo:

Ese sentimiento [...] podríamos calificarlo de extrañamiento; [...] en cualquier momento que podemos calificar de prosaico, en la cama, en el ómnibus, bajo la ducha, hablando, caminando o leyendo, hay como pequeños paréntesis en esa realidad y es por ahí donde una sensibilidad preparada a ese tipo de experiencias siente la presencia de algo diferente, siente, en otras palabras, lo que podemos llamar lo fantástico. [...] Ese sentimiento, ese extrañamiento, está ahí, a cada paso, vuelvo a decirlo, en cualquier momento, y consiste sobre todo en el hecho de que las pautas de la lógica, de la causalidad del tiempo, del espacio, todo lo que nuestra inteligencia acepta desde Aristóteles como inamovible, seguro y tranquilizado se ve bruscamente sacudido, como conmovido, por una especie de viento interior, que los desplaza y que los hace cambiar (1969).

Una parte de los textos de “Material plástico” puede ser leída a la luz de esta definición de lo fantástico. Por ejemplo, en “Instrucciones para cantar”, algo tan prosaico como cantar nos abre a un mundo distinto, precisamente a lo que Cortázar llama esos “pequeños paréntesis” que ofrece la vida: “Si oye (pero esto ocurrirá mucho después) algo como un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras, con siluetas medio desnudas en cuclillas” (p. 439). Ese paisaje interior apunta a que el acto de cantar abre puentes con el pasado, con algo primordial y primigenio de la existencia humana. El texto se torna aún más fantástico cuando comienza a transmitir sensaciones sinestésicas, aquellas en las que los sentidos se funden y confunden entre sí: “Si oye un sabor a pan, un tacto de dedos, una sombra de caballo” (ibid). La sinestesia consiste en la atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde, como este caso en el que se “escucha” un sabor, una imagen táctil y una imagen visual.

En “Conducta de los espejos en la isla de Pascua” también se introduce un elemento que rompe con “las leyes aristotélicas” a las que hace referencia Cortázar en su descripción de lo fantástico. Las leyes del tiempo y el espacio se trastocan en el momento en que los espejos reflejan el pasado o el futuro según la posición geográfica en la que se encuentran. En “Esbozo de un sueño”, en esta línea, se desdibujan las fronteras entre la vigilia y el sueño, y el lector no puede determinar cuándo empieza el sueño y cuándo termina la vigilia. El cuento empieza así: “Bruscamente siente gran deseo de ver a su tío y se apresura por las callejuelas” (p. 452). Al inicio del cuento la anécdota parece realista ya que se trata de una visita a un familiar. Sin embargo, hay un detalle inquietante en la narración: la brusquedad con la que aparece el deseo. Esto no hace más que enfatizarse con el correr del relato: a lo largo del camino y en el intercambio con su tío, por ejemplo, el lector percibe algunas extrañezas: la bola de bronce para tocar la puerta parece transformarse en una araña y los fósforos desaparecen de la casa del fumador. Finalmente, la extrañeza de lo ocurrido se complejiza aún más cuando el personaje llega a casa, se tira a dormir y recién allí el texto dice explícitamente que comienza a soñar, ¿se trata, entonces, de un sueño adentro de otro?, ¿la visita al tío fue real? El texto no ofrece más información que permita al lector inclinarse por una u otra opción; he aquí el carácter fantástico del mismo.

“Geografía” y “Progreso y retroceso”, por su parte, tematizan la presencia de los insectos. En el primer cuento, el elemento fantástico gira en torno a la existencia de una geografía elaborada por las hormigas y desentrañable para los humanos. El propósito de este relato es menos conseguir la extrañeza del lector, que provocar un efecto de humor en un texto en apariencia “científico”, pero realizado desde el punto de vista de un insecto. También se subraya el absurdo de emprender una traducción según la mirada humana y permite una ocurrente reflexión acerca del punto de vista y los modos diversos en que se puede experimentar una misma realidad: lo que es un jardín para un humano es un planeta para las hormigas. Por último, el texto también explora el tema del lenguaje al especular sobre los modos que tendrían las hormigas para expresar conceptos: “Si se va-va-va-va (noción análoga aplicada a la distancia) se llega a la Gran Sombra Verde” (p. 454). “Progreso y retroceso”, en esta línea, trata sobre un material que desafía todas las leyes físicas porque permite a las moscas cruzar un cristal, pero, por desgracia, no les permite hacer el camino inverso. Cortázar combina algo prosaico como lidiar con las moscas con un elemento fantástico que desafía las leyes. Aquí, el humor está siempre presente cuando la conclusión de los fallidos inventos para lidiar con las moscas conducen a este final: “Así acabó toda posible confraternidad con estos animales dignos de mejor suerte” (p. 455). Una segunda interpretación para este relato podría ser que Cortázar bromee con la curiosa capacidad que tienen las moscas para introducirse en las casas, solo para después quedarse atrapadas dentro, mientras se golpean una y otra vez en un intento tan desesperado como estúpido de escapar.

En “Propiedades de un sillón”, un objeto cotidiano como un sillón tiene la capacidad de provocar la muerte. El cuento narra situaciones cotidianas como las travesuras de los niños que viven en la casa con el letal mueble. Como en tantos otros casos, el humor y el absurdo no se agota en el juego, sino que sirve para explorar algún aspecto de la existencia. En este caso, el texto explora la conciencia sobre la muerte. En su infancia, los niños de la casa lidian con la muerte como si se tratara de un juego, pero luego crecen y dejan de acercarse al sillón.

Una segunda clasificación podemos hacer agrupando aquellos relatos que giran en torno a los cuestionamientos de las convenciones sociales. En “Vietato introdurre biciclette”, Cortázar explora con humor la prohibición de ingresar con una bicicleta a edificios públicos y comerciales. El autor aborda este tema desde una perspectiva inesperada al preguntarse el efecto que esta prohibición podría tener en la sensibilidad de las bicicletas. Por supuesto, estas aparecen personificadas, como cuando se describe a una bicicleta como un “ente dócil y de conducta modesta” (p. 442). Con mucho humor, el narrador cuestiona que las prohibiciones para ingresar a ciertos edificios se reduzcan únicamente a las bicicletas y a los perros, y afirma que esta singularidad “duplica en las bicicletas y en los canes su complejo de inferioridad” (ibid.). Nuevamente, advertimos que la preocupación central del relato es el modo en el que el pragmatismo endurece la vida, en palabras de Cortázar, volviéndola un ‘ladrillo de cristal’. Así, el narrador habla del modo en que las rígidas normas sociales eliminan toda posibilidad de asombro y novedad: la expulsión de las bicicletas de ciertos espacios “nace como efecto de una […] fría maquinación preestablecida, horrendamente impresa en chapas de bronce o de esmalte, tablas de la ley inexorable que aplastan la sencilla espontaneidad de las bicicletas, seres inocentes” (ibid.). El contraste entre la inocencia de las bicicletas, que no son sino seres inofensivos, y el rigor de las normas sociales, que aplastan la espontaneidad, subraya la mirada crítica sobre el absurdo de las convenciones establecidas.

“¿Qué tal López?” también es un texto que tematiza las convenciones sociales, los gestos repetidos que se han vaciado de significado y vuelven al mundo y a las relaciones algo llano y sin interés. Así, varias palabras y frases que apuntan a lo trillado de las convenciones sociales: “Ya está inventado”, “resbalar por un tobogán prefabricado” y “comodidad, lo que siempre sale más o menos bien” (p. 453) son algunas de ellas. Por contraste, el texto apunta a los casos que escapan a la convención o verdaderamente rompen con lo usual: “La tangente que triza el misterio”, “solución auténtica”, “la quinta hoja del trébol”, “esbozo de un salto hacia lo otro” (ibid.), estos son algunas de las expresiones que utiliza el narrador para referir a estos acontecimientos que rompen con lo establecido. En definitiva, el texto propone abrirse al misterio de la vida, animándose a poner en cuestión los gestos que hacemos de manera automática y convierten todo en una “galería de figuras de humo” (ibid.). Por el contrario, el relato apunta a descubrir el misterio aceptando la incomodidad que a veces nos alcanza: “Cuando los zapatos aprietan, buena señal. Algo cambia ahí, algo que nos muestra, que sordamente nos pone, nos plantea” (ibid.). Al fin y al cabo, dice el texto, “Lo verdaderamente nuevo da miedo o maravilla” (ibid.). Al final, sin embargo, es más fácil caer en el “tobogán” de las convenciones por las cuales las personas se saludan con gestos y palabras trilladas, por las cuales, falsamente, “creen que se saludan” (ibid.).

En este texto hay dos alusiones. La primera es a Prometeo, famoso personaje de la mitología griega que se sentía fascinado por los humanos, a quienes creó a partir del barro, y que, en contra de lo esperado, roba el fuego de los dioses para entregárselo a sus hijos como regalo. Este presente cambia radicalmente la relación entre los dioses y los hombres, e implica un riesgo hacia Prometeo, quien termina sufriendo un terrible castigo como consecuencia de sus actos. Por eso el narrador de este texto vincula esta figura con las dos emociones que implica lo novedoso: el miedo y la maravilla. El otro personaje al que se alude es Hamlet, el protagonista de la obra homónima de William Shakespeare. El narrador destaca en Hamlet su inventiva para lidiar con su propia historia.

Por su parte, en “Discurso del osos”, “Aplastamiento de las gotas”, “Diario a diario” y “Posibilidades de abstracción” Cortázar parte de algún elemento cotidiano para presentárnosla a los lectores bajo una nueva luz, transformando así nuestra percepción de ese elemento común y corriente. En “Discurso del oso”, el narrador es inesperado: se trata de una representación del sonido que hacen algunos sistemas de tuberías en los edificios. Cortázar imagina que ese sonido es en realidad un oso que habita y recorre las tuberías de un edificio y conoce en detalle a los inquilinos a quienes espía. Al final del cuento, vemos que en su recorrido por las casas ha desarrollado un cariño especial por los inquilinos y consigue vislumbrar algunas de las angustias de su existencia: “Les tengo algo de lástima al verlos tan torpes y grandes, al oír como roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos. Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy, vagamente seguro de haber hecho bien”. (p. 463).

El caso de “Diario a diario” es un poco distinto porque en el texto no hay nada extraordinario ni sobrenatural. Aunque el texto se centra en una metamorfosis, esta se presenta como algo estrictamente cierto y racional. Nuevamente, se trata de un modo novedoso de mirar una situación cotidiana y en el texto el autor utiliza el extrañamiento para transformar esa circunstancia prosaica en algo peculiar. La metamorfosis que describe es la transformación de un diario en “un montón de hojas impresas” (p. 446). A medida pasa por los ojos del lector, este diario deja de ser una fuente de noticias para convertirse en un objeto inútil. El texto termina con humor e ironía al referirse a estas constantes transformaciones esperables de los diarios y hojas impresas como si fueran “excitantes metamorfosis” (ibid.). Luego agrega que el destino final de todo diario no es otro que “empaquetar medio kilo de acelgas” (ibid.). La combinación entre algo tan extraordinario como una metamorfosis y algo tan prosaico como el destino de un diario genera el humor y un sentido de novedad en este texto.

La circunstancia prosaica en “Posibilidades de abstracción” tiene que ver con la vida de oficina y las tareas cotidianas que pueden quitarle lustre a la existencia, pero que ofrecen salidas para quienes son capaces de mirar el mundo desde una perspectiva oblicua y única. En este caso, Cortázar introduce un elemento autobiográfico porque el narrador y protagonista del texto trabaja en la Unesco, lugar en el que Cortázar efectivamente cumplió funciones. La primera oración del texto, entonces, aclara el lugar del trabajo e introduce una concesión en primera persona: “Pese a lo cual conservo algún sentido del humor” (p. 444), como si fuera mérito conservar esta mirada al trabajar en un lugar así. Lo que narra a continuación trastoca lo que el título anuncia, es decir que el lector probablemente interprete la posibilidad de abstracción como la capacidad de sintetizar una idea o un concepto. No obstante, lo que el cuento narra es el singular modo en el que el hombre que trabaja en la Unesco consigue hacer que sus días sean tolerables. Así, al poder abstraerse y concentrarse en una sola parte de las personas, se vuelve testigo de un espectáculo maravilloso cada vez que asiste al trabajo. Por ejemplo, cuando elige dedicarse a ver solo botones, describe su experiencia así: “¡Oh espectáculo! El aire de la galería lleno de cardúmenes de ojos opacos que se desplazaban horizontalmente, mientras a los lados de cada pequeño batallón horizontal se balanceaban pendularmente dos, tres o cuatro botones” (ibid.). Esta imagen visual permite al lector imaginarse, a través de las metáforas de los “cardúmenes de ojos” y el “batallón horizontal”, el espectáculo que presencia el protagonista. El final del cuento se pone más serio porque destaca que la capacidad del protagonista no es únicamente abstraerse de lo cotidiano y mundano, sino que también es capaz de no tomarse en serio ni aferrarse demasiado a la realidad en asuntos más importantes. Cuando se entera de que lo han echado del trabajo, por ejemplo, mantiene la calma, como bien ilustra la escena del llanto de su secretaria: “Me deleité con esas diminutas fuentes cristalinas que nacían en el aire y se aplastaban en los biblioratos […] La vida está llena de hermosuras así” (ibid.).

El siguiente texto que nos ocupa podría estar narrado por ese mismo personaje: se trata de una descripción minuciosa de las gotas que caen durante una lluvia muy fuerte. En “Aplastamiento de las gotas”, alguien mira con detenimiento las gotas caer. Este texto no narra una serie de acciones, sino que se centra en describir el goteo de una manera enteramente nueva. Como si alguien sostuviera una lupa ante las gotas, las descripciones transmiten una experiencia magnificada de la lluvia. Las gotas, por ejemplo, aparecen personificadas: “Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga” (p. 465). Junto a las imágenes visuales que describen los “gotones cuajados y duros” aparecen imágenes auditivas acompañadas de onomatopeyas, como “plaf” y “zup”, y distintas descripciones del caer de las gotas como “bofetadas una detrás de la otra” (ibid.). Con el correr del relato, la imagen de la lluvia se vuelve progresivamente más desoladora mientras se acompaña de un vocabulario con connotaciones negativas. Así, palabras como “nada”, “viscosidad”, “suicidan”, “grito”, “aniquilarse”, “tristes”, “adiós” se suceden una tras otra construyendo una conceptualización de la lluvia de una manera enteramente nueva.

Más adelante, otros textos parecen arremeter contra el absurdo de ciertas instituciones. Este sería el caso de “Maravillosas ocupaciones” donde el título y el regodeo del personaje sobre el proyecto sin sentido de enviar las patas de una araña al ministro de Relaciones Exteriores subraya cierta actitud anárquica y subversiva. Asimismo, “El camello declarado indeseable” muestra el absurdo de algunos procesos burocráticos que, no obstante, tienen la capacidad de afectar enormemente a quienes son víctimas de normas caprichosas y limitantes. En “Pequeña historia tendiente a ilustrar lo precario de la estabilidad” una coincidencia determina la composición de un comité oficial. Aquí, es como si el mundo no pudiera tolerar lo inesperado, al punto de tirar por la borda lo práctico y lo racional con tal de eliminar la disonancia que crean las coincidencias.

Finalmente, encontramos una serie de textos en los que la palabra es la preocupación central. Este es el caso de “Trabajos de oficina”, “Historia de un oso blando” y “Plan para un poema”.

El primero trata el tema del lenguaje poético en un ámbito inusual: se trata de un jefe de oficina que tiende al lenguaje poético, aunque se encuentra siempre bajo la supervisión de su secretaria, quien veta y censura sus tangentes poéticas. El retrato que hace de la secretaria vigilante es a la vez cómico y desesperante. La relación entre el jefe y la secretaria consiste en una constante “batalla de jurisdicciones” (p. 440). El lector empatiza con el jefe que busca expresarse de todas las formas posibles, pero se encuentra siempre con los límites que le impone la secretaria. Mientras a él “se le viene a la boca un adjetivo prescindible” (ibid.), ella está atenta “atrapándolo y matándolo sin darle tiempo a soldarse al resto de la frase” (ibid.). Los roles aparecen invertidos el momento en que el jefe debe encontrar pequeños paréntesis para dejar que su imaginación y sus palabras llenen el espacio cotidiano: “Algunas hojitas de papel rosa o verde con las palabras que me gustan, con sus juegos y sus brincos y sus rabiosas querellas” (ibid.). Aquí, Cortázar crea un campo semántico referido a la guerra para ilustrar esta relación de poder: “Batalla”, “minas y contraminas”, “salidas y retiradas”, “prisiones y rescates”, “pronta al salto”, “invadir territorios” (ibid.) son algunas de estas palabras.

En el caso de “Historia de un oso blando” y “Plan para un poema”, estos relatos no hablan explícitamente sobre la palabra y sus funciones, sino que juegan con las palabras y puede decirse que son un ejercicio de lenguaje poético. Aquí, Cortázar utiliza distintas técnicas del surrealismo, como la escritura automática, la superposición de imágenes inconexas e insólitas y la construcción de neologismos, que requieren una lectura activa para desentrañar (aunque parcialmente) el sentido del texto.

Finalmente, el resto de los cuentos de esta sección imitan algunas de las convenciones de los cuentos tradicionales. En el caso del “Cuento sin moraleja”, los personajes planos y estereotipados, como el vendedor ambulante y el tirano, nos remiten a los cuentos tradicionales como las fábulas o los relatos populares. Sin embargo, Cortázar incluye la ironía, el humor y las referencias más cercanas para poner de cabeza esas convenciones. Por ejemplo, en la entrevista entre el tirano y el vendedor se menciona el modo de hablar particular del vendedor de palabras: “Habla en argentino, Excelencia” (p. 466), interpela este audaz vendedor al soberbio tirano.