Harry Potter y la cámara secreta

Harry Potter y la cámara secreta Resumen y Análisis Capítulos 4 - 6

Resumen

Capítulo 4: En Flourish y Blotts

Harry encuentra la vida en la Madriguera muy diferente a la vida en Privet Drive. El señor Weasley disfruta aprendiendo sobre el mundo muggle y le pregunta a Harry cómo funcionan cosas como los teléfonos. Harry y los niños Weasley reciben cartas de Hogwarts, con una lista de libros e indicaciones para tomar el Expreso de Hogwarts en la estación de King's Cross el 1 de septiembre. La mayoría de los libros pedidos fueron escritos por Gilderoy Lockhart. Ron también recibe una carta de Hermione en la que le sugiere que se reúnan en el callejón Diagon para comprar juntos el material escolar.

En la Madriguera, Harry, Ron, Fred y George practican Quidditch, y Percy dice que está demasiado ocupado para unirse a ellos, lo que les parece extraño. Harry se entera de la existencia de otros dos hermanos Weasley: Charlie, que está estudiando Dragones en Rumanía, y Bill, que trabaja para Gringotts, el banco de los magos. George se preocupa por cómo harán sus padres por pagar los útiles escolares de todos, con lo cual Harry se siente incómodo, pues sus padres le dejaron una fortuna en Gringotts.

El miércoles siguiente, los Weasley se preparan para viajar a Londres con polvos flu. Es la primera vez de Harry, así que le dan muchos consejos, pero a la hora de pronunciar su destino, el callejón Diagon, Harry tose, producto de la ceniza de la chimenea. Así, Harry acaba en el lugar equivocado, en una siniestra tienda llamada “Borgin y Burkes”, y en el viaje se le rompen los anteojos. Cuando ve a Draco y Lucius Malfoy a punto de entrar en la tienda, se esconde en un armario.

El señor Malfoy trae una lista de artículos que quiere vender porque teme que el Ministerio de Magia haga una redada en su casa. Dice que el nombre de Malfoy todavía inspira cierto respeto, pero que el Ministerio está cada vez más entrometido y aparentemente quiere promover una nueva ley para la protección de los muggles. Lucius manifiesta un desprecio fuerte por los muggles, y frente al vendedor le reprocha a su hijo, Malfoy, sacar peores notas que Hermione Granger, una muggle. Luego de llegar a un acuerdo con el señor Borgin para la compra de esos artículos, los Malfoy se van. Al salir de la tienda, Harry descubre que está en el callejón Knockturn y se encuentra con Hagrid, que quiere saber por qué Harry no ha respondido a sus cartas, así que Harry le habla de Dobby y los Dursley.

Hagrid conduce a Harry hacia el callejón Diagon, donde se encuentra a Hermione y los Weasley. El señor Weasley arregla las gafas de Harry y se muestra satisfecho de que Lucius Malfoy esté lo suficientemente preocupado como para vender sus posesiones de artes oscuras. En Gringotts, un duende los conduce a sus bóvedas subterráneas y Harry se siente mal por su riqueza en comparación con la pobreza de los Weasley.

Más tarde, Harry, Ron y Hermione descubren una multitud en Flourish y Blotts esperando para conocer a Gilderoy Lockhart en su firma de libros. Al ver a Harry, Lockhart lo arrastra hasta el principio de la fila y posa con él frente al fotógrafo. Luego, Lockhart sujeta a Harry con fuerza a su lado y anuncia que en otoño ocupará el puesto de profesor de Defensa contra las Artes Oscuras en Hogwarts y el público festeja.

Lockhart regala a Harry todos sus libros, que Harry entrega a Ginny dejándolos caer en su caldero. En seguida, Draco Malfoy se burla de Harry por su foto con Lockhart y luego de Ron, por su pobreza. Ron reacciona pero Harry y Hermione lo detienen. El señor Weasley se acerca a ellos y también lo hace Lucius Malfoy, que mete la mano en el caldero de Ginny para extraer un libro muy antiguo y burlarse de la pobreza de los Weasley. Malfoy también se queja de la presencia de los padres de Hermione, porque son muggles. Arthur Weasley se lanza contra Lucius, pero Hagrid interrumpe la pelea y separa a los dos hombres. Entonces Lucius Malfoy vuelve a depositar en el caldero el libro de Transfiguración a Ginny, con malicia.

Luego el grupo se dirige de nuevo a la chimenea del bar “Caldero Chorreante”, para regresar a la Madriguera con polvos flu.

Capítulo 5: El sauce boxeador

Llega el final de las vacaciones y Harry desea ir a Hogwarts, pero su mes en la Madriguera ha sido el más feliz de su vida. El día que comienzan las clases, el Sr. Wesley, sin que su esposa lo sepa, amplía mágicamente el pequeño coche para que quepan todos en él. Como llegan tarde, el Sr. Weasley intenta convencer a la Sra. Weasley de que le deje volar el coche para ahorrar tiempo, usando el botón de invisibilidad, pero ella dice que no.

Al llegar a la estación, se dirigen todos al andén nueve y tres cuartos, cuya barrera tienen que atravesar rápido y con cuidado, para que los muggles no los vean. Cuando faltan cinco minutos para la salida del tren, Percy, el señor Weasley, Fred, George, la señora Weasley y Ginny lo atraviesan. Pero cuando Ron y Harry corren en último lugar hacia la barrera, se estrellan contra ella de forma llamativa. Vuelven a intentar atravesarla, pero sigue siendo sólida. El tren se ha ido sin ellos.

Entonces Ron propone ir a Hogwarts usando el auto de su padre, asegurando que incluso los magos menores de edad pueden usar la magia en caso de emergencia. Una vez que están en el aire sobre Londres, el sistema de invisibilidad del coche falla. Además, como necesitan ver el Expreso de Hogwarts para ir siguiéndolo, cada media hora descienden de las nubes para ver su recorrido. Al caer la noche, justo cuando están llegando al castillo de Hogwarts, el motor se para. Ron debe desviar el auto para evitar el castillo y chocan contra un enorme árbol, y la varita de Ron se rompe. En seguida, el árbol contra el que chocan comienza a atacarlos con sus ramas. El coche logra arrancar de nuevo lo suficiente para ponerlos fuera del alcance de las ramas, luego expulsa a Harry y a Ron y a su equipaje, y desaparece en la oscuridad.

Harry y Ron logran ver desde una ventana la ceremonia de clasificación del Sombrero Seleccionador. Pero de pronto los descubre Severus Snape, profesor de Pociones y jefe de la casa Slytherin, con quien el desprecio es mutuo. Snape lleva a Harry y a Ron a su despacho y les dice que han sido vistos por muggles, y les muestra un periódico. Harry se siente mal, preocupándose de que el señor Weasley pueda tener problemas por embrujar el coche, dándose cuenta de que no había pensado en eso antes. Snape reprocha también los daños que recibió el sauce boxeador.

Entonces Snape llama a la profesora McGonagall, jefa de la casa Gryffindor, con la esperanza de que expulse a Harry y a Ron. La profesora McGonagall entra con cara de enfado. Cuando escucha su historia, le pregunta a Harry por qué no envió simplemente un mensaje a Hogwarts a través de su lechuza. Harry se da cuenta, de nuevo, de que se le escapó lo obvio. Dumbledore, el director de Hogwarts, entra con mirada severa y escucha su historia. Dice que lo que han hecho es grave, pero que por el momento solo escribirá a sus familias, pero que si vuelven a hacer algo así, no tendrá más remedio que expulsarlos. La profesora McGonagall les asigna un castigo y luego, con su varita, los provee de comida y bebida para que coman allí.

Después Harry y Ron se dirigen a la torre de Gryffindor pero al llegar al cuadro de la mujer gorda notan que no tienen la contraseña para entrar. Pronto llega Hermione, que los ayuda a entrar pero los reprende por haber volado el coche. Al entrar a la torre, Ron y Harry son recibidos con aclamaciones de los alumnos de la Casa Gryffindor, que festejan la aventura del coche. Ron y Harry se apresuran a acostarse para evitar a Percy, que los mira con desaprobación. En la habitación, se reúnen con los otros chicos de segundo año de Gryffindor, Seamus Finnigan, Dean Thomas y Neville Longbottom.

Capítulo 6: Gilderoy Lockhart

A la mañana siguiente, durante el desayuno, Errol, la lechuza de los Weasley, entrega un howler a Ron: es un sobre rojo del que sale la voz amplificada de la señora Weasley, que sacude el Gran Comedor y avergüenza a Ron. Está furiosa porque han robado el coche y han arriesgado sus vidas y el trabajo del señor Weasley, que ahora se enfrenta a una investigación en el trabajo. Harry se siente culpable.

Su primera clase del día es Botánica, con la profesora Sprout. Ella llega a recibirlos a los invernaderos con los brazos llenos de vendas y Harry divisa a lo lejos el sauce boxeador, con sus ramas vendadas, y vuelve a sentirse culpable. Gilderoy Lockhart acompaña a la profesora Sprout, afirmando que ha estado enseñando a la profesora Sprout cómo se venda un árbol así, y ella se muestra inusualmente disgustada. Lockhart aparta a Harry para aconsejarlo, pues cree que el chico le ha tomado el gusto a la publicidad luego de aparecer en el periódico con Lockhart y ha llevado el coche a Hogwarts para seguir llamando la atención.

Luego Harry se reincorpora a su clase, donde la profesora Sprout les enseña a trasplantar mandrágoras. Las mandrágoras son plantas con poderes medicinales reconstituyentes; parecen bebés muy feos y su grito es fatal para quien lo oye, con lo cual todos se ponen orejeras. Mientras Harry, Ron y Hermione hacen esfuerzos por replantarlas, conocen a Justin Finch-Fletchley, un estudiante de Hufflepuff que está impresionado por Lockhart.

A continuación, asisten a la clase de Transfiguración con la profesora McGonagall, donde su tarea es convertir un escarabajo en un botón. Hermione hace botones perfectos, mientras que Harry tiene dificultades y Ron lucha con su varita dañada. Hacen un descanso para comer, antes de la clase de Defensa de las Artes Oscuras con Gilderoy Lockhart. Ron descubre que Hermione ha resumido todas las lecciones de Lockhart con corazones, lo que hace que se sonroje.

En eso, Colin Creevy, un estudiante de primer año de Gryffindor, se acerca a Harry y le pide a Ron si le saca una foto con Harry y le pide que se la firme. Colin quiere demostrar que ha conocido al famoso Harry Potter, y cuenta que viene de una familia de no-magos y que todo es nuevo para él y su familia. Entonces se acerca Draco Malfoy, con sus matones Crabbe y Goyle, y se burla de Harry por regalar fotos firmadas y luego vuelve a burlar a Ron por su pobreza. Ron saca su varita, que reparó burdamente con una cinta, pero es interrumpido por Lockhart, que propone a Colin sumarse al retrato con Harry. Luego Lockhart arrastra a Harry con él, aconsejándole que evite repartir fotos en este momento de su carrera para no parecer un engreído.

A continuación, el profesor Lockhart comienza su clase con un examen de comprobación de lectura, haciendo preguntas sobre sí mismo. Los chicos se muestran incrédulos, pero Hermione está embelesada con Lockhart y obtiene una puntuación perfecta en el cuestionario. Enseguida, Lockhart levanta una gran jaula cubierta sobre su escritorio, pide a todos que mantengan la calma, y luego revela unos duendecillos de Cornualles. De pronto los libera y les ordena que los capturen. Las criaturas rompen las ventanas, destrozan el aula y levantan a Neville Longbottom por las orejas. La mitad de la clase se esconde bajo sus pupitres. Lockhart blande su varita y lanza un hechizo que no surte efecto y un duendecillo lanza su varita por la ventana.

Cuando suena el timbre, hay una carrera hacia la salida. Pero Lockhart les pide a Harry, Ron y Hermione que reúnan a los duendecillos que faltan. Ron y Harry coinciden en que Lockhart no tiene ni idea de lo que está haciendo pero Hermione lo defiende, recordándoles todas las cosas increíbles que ha hecho. Ron se muestra escéptico y cree que Lockhart se ha inventado las historias de sus libros.


Análisis

El estatus de Harry en el mundo de los magos es el opuesto a su estatus en el mundo muggle. Por un lado, tiene mucho dinero de mago, que ha heredado de sus padres. Pero Harry aprende rápidamente que en el mundo mágico existen los mismos problemas que en el mundo muggle, lo que complica la dicotomía. También crea una incómoda tensión en su carácter, ya que sabe, por su miserable vida en Private Drive, lo que es ser pobre y, por tanto, es incómodamente consciente de su privilegio en comparación con Ron. Este contraste está simbolizado por sus respectivas escobas: la nueva y rápida “Nimbus 2000” de Harry frente a la más antigua y lenta Shooting Star de Ron. Cuando visitan Londres para prepararse para el colegio, Harry es especialmente consciente de su condición de clase. En el mundo muggle, no tiene poder ni dinero; en el mundo mágico, ve cómo los Weasley se la rebuscan para encontrar el dinero suficiente para comprar el material escolar.

Por otro lado, la experiencia de Harry con el polvo flu demuestra que la magia es algo que requiere práctica. Puede parecer divertida, pero resulta oscura, desorientadora y peligrosa. El callejón Knockturn introduce el mundo de las artes oscuras, y lo que hasta ahora solo había sido representado en el espacio contenido de una clase de Hogwarts se vuelve para Harry una evidencia empírica. Resulta muy significativo que en ese contexto, Harry se encuentre con Lucius Malfoy. Sus modales sugieren que pertenece a la alta burguesía británica. Es rico y anti-muggle, un elemento que lo opone rotundamente a Arthur Weasley. Sin embargo, se da a entender que Malfoy solía tener poder, cuando estaba alineado con Lord Voldemort (antes de que Harry lo derrotara), pero ha perdido sus privilegios y se ve obligado a ocultar sus herramientas de artes oscuras porque el Ministerio de la Magia lo controla. En ese mismo sentido, Lucius Malfoy advierte a su hijo Draco sobre sus quejas abiertas a Harry Potter: “...y te quiero recordar que resultaría… prudente… dar la impresión de que tú también lo admiras cuando la mayor parte de los de nuestra clase lo miran como al héroe que hizo desaparecer al Tenebroso Señor…” (50).

Draco Malfoy cree que la fama de Harry Potter le da un trato especial y está celoso. Gilderoy Lockhart es un personaje hiperbólico, que representa la vacuidad de la fama inmerecida. Intenta utilizar la fama de Harry para aumentar la suya propia. Cuando los Malfoy y los Weasley se pelean en su firma de libros, Lockhart disfruta del conflicto porque le da más publicidad. Se desentiende, sin embargo, del contenido del conflicto, lo cual evidencia su falta de moral.

Hagrid, a pesar de ser uno de los mejores amigos de Harry, sospecha cuando encuentra a Harry en el callejón Knockturn. Y luego cuando Harry le cuenta sus miserias con los Dursley, Hagrid expresa un prejuicio común y se refiere a ellos como "muggles piojosos". Esto da cuenta de cómo incluso personajes buenos como Hagrid expresan prejuicios y preconceptos que circulan de manera corriente.

Por otro lado, el Sr. Weasley encuentra satisfacción en la preocupación de Lucius Malfoy por la incursión del Ministerio de Magia en su casa, pero la señora Weasley es más cauta, lo cual será un anticipo de lo que sucederá más adelante, pues ella prevé las intenciones oscuras de Malfoy. Asimismo, Arthur Weasley está encantado de conocer a los padres muggles de Hermione, lo cual dialoga también con su profundo interés en las formas de vida del mundo muggle, y contrasta con los prejuicios antes expuestos.

En efecto, la discusión entre Arthur Weasley y Lucius Malfoy es política: se disputan la forma en que los magos deben comportarse. Lucius cree que la pobreza de Weasley, el tiempo que pasa con los muggles y las redadas a la casa de los magos que lleva adelante el Ministerio son una deshonra, pero Arthur le retruca que "Tenemos una idea diferente de qué es lo que deshonra el nombre de mago" (60). Weasley, por su parte, considera una deshonra que Malfoy oculte elementos de artes oscuras en su casa y pregone la supremacía de los sangre pura por sobre los demás seres humanos. El conflicto entre los Malfoy y los Weasley conducirá al incidente que incita a la trama: en ese encuentro en Flourish y Blotts, Lucius Malfoy planta el diario de Tom Riddle a Ginny Weasley, sin que nadie lo note. Malfoy utiliza a Ginny para socavar el poder de su familia, en un esfuerzo por cambiar el gobierno tanto de Hogwarts como del Ministerio de Magia. Esto conduce finalmente al conflicto entre el Bien, representado por Harry Potter, y el Mal, representado por Voldemort.

El andén 9 ¾ de la estación de Kings Cross, donde los estudiantes suben al tren que les lleva a Hogwarts, es una metáfora de la magia: irracional, invisible a los ojos de los muggles, e implica un acto de fe para el que se encuentra con ella por primera vez. El hecho de que Harry y Ron no puedan entrar en el andén significa que algo falla gravemente en la relación entre el mundo mágico y el mundano. Más tarde nos enteramos de que esto fue obra de Dobby, que cumple la figura del embaucador. En el estudio del folclore, el arquetipo del embaucador se identifica como una figura que desobedece las reglas y perturba el curso normal de los hechos. Dobby desafía la división entre el mundo muggle y el mágico, perturbando las expectativas de Harry y la trama.

Cuando Ron y Harry deciden llevar el coche de Arthur Weasley a Hogwarts, lo toman como símbolo de independencia, pero el defectuoso poder de invisibilidad del coche representa asimismo la fragilidad de esa autonomía. Incluso se evidencia que todavía no son capaces de comportarse como adultos cuando chocan el coche contra un árbol. Al estrellarse contra el sauce boxeador aprenden que hay dimensiones del mundo mágico que aún desconocen y transgredir las reglas puede poner en riesgo su vida.

Al llegar a Hogwarts, Harry y Ron ingresan de lleno en el género gótico, reflejado tanto en la arquitectura del colegio como en el adusto carácter de Snape. Por otro lado, Harry y Ron descubren que su entrada es percibida como emocionante y heroica por sus compañeros, mientras que la reacción de la señora Weasley, como la de los profesores, es la contraria. Harry y Ron aprenden así algunas de las consecuencias de la rebelión y cómo esta puede salirse de control y causar problemas. Mientras que la aventura de Harry y Ron pretendía ser secreta, su imprudencia termina convirtiéndola en un hecho público que no solo transgrede las reglas del mundo mágico, al dejarse ver por muggles, sino que también pone en peligro el trabajo del Sr. Weasley. Hermione, a pesar de su edad, comulga con la opinión de los adultos y recién se muestra amable con sus amigos cuando entiende que ya han recibido castigo suficiente. El carácter estricto y contenido de Hermione hará que sea más significativo cuando rompa las reglas más adelante.

En estos capítulos se retrata al profesor Lockhart inmerso en el contexto de Hogwarts, donde aún no ha abandonado su pose de celebridad. Lockhart es un fanfarrón que añora la fama y se atribuye el mérito del trabajo de otros; es lo que sucede, por ejemplo, cuando se jacta de haber ayudado a la profesora Sprout a curar al sauce boxeador. La popularidad y el éxito financiero son lo más importante para él. Este personaje se convierte en un vehículo para la ironía dramática, ya que constantemente exagera sus habilidades y sus actos. El lector sabe que Lockhart no fue quien curó al sauce boxeador y comprende que la profesora Sprout está molesta porque ha sido ella quien lo hizo (las heridas de sus brazos lo demuestran); también sabe el lector que Harry no intentaba hacerse famoso estrellándose contra el árbol ni captar la atención de Collin Creevey cuando este le pide una foto. Su preocupación extrema por la fama queda ridiculizada en la conversación que tiene con Harry antes de la clase de Botánica, cuando se evidencia cómo las prioridades del profesor están muy trastocadas: “Quiero decir que hay gente que ha oído hablar de ti, ¿no? ¡Por todo ese asunto con El Que No Debe Ser Nombrado! (...) Lo sé, lo sé, no es tanto como ganar cinco veces seguidas el Premio a la Sonrisa más Encantadora…” (84). Resulta ridículo que el personaje sostenga que derrotar a un mago tenebroso y asesino es menos relevante que ganar un premio a la sonrisa y esa construcción hiperbólica convierte al personaje en un elemento cómico. De hecho, la actitud hiperbólicamente falsa de Lockhart actúa como un alivio cómico en un libro que irá tornándose cada vez más oscuro.

Resulta sorprendente, sin embargo, que Hermione, con su inteligencia y audacia, esté enamorada de Lochkart y crea en sus relatos. Lo que sucede es que Hermione, caracterizada por ser una ávida lectora, confía en la evidencia escrita, y se sostiene en los libros de Lockhart para defenderlo. Hacia el final, Hermione aprenderá de su incredulidad e inocencia, del mismo modo que le sucederá a Ginny con Tom Riddle.