El ahogado más hermoso del mundo

El ahogado más hermoso del mundo Metáforas y Símiles

“... lo vieron tan muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las primeras grietas de lágrimas en el corazón” (p.51) (Metáfora)

Esta metáfora se asocia con el ambiente árido y desolado del pueblo antes de la llegada del cuerpo. Puede pensarse en un paralelismo entre las “grietas” que se abren en el corazón de las mujeres con las que se abren en la tierra seca del pueblo. Esta metáfora da cuenta de cómo esa aridez anterior del ambiente del pueblo deja lugar a una nueva sensibilidad, dada por la presencia de Esteban, en la que las lágrimas son síntoma de vitalidad.

“(...) para que fondeara sin tropiezos en los mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia” (pp.51-52) (Metáfora)

Uno de los recursos propios de García Márquez en este cuento, y en mucha de su obra en general, es la hipérbole. En este caso, magnifica la idea de profundidad del mar mediante la metáfora de la muerte por nostalgia de los buzos y de la ceguera de los peces. De este modo, da una idea extrema de lo recóndito del lugar al que quieren enviar al cuerpo del ahogado los hombres, porque representa un peligro para su relación con las mujeres.

“Andaban [las mujeres] como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los arcones” (p.52) (Símil)

El narrador utiliza un símil para hablar del comportamiento de las mujeres al enterarse de que los hombres quieren deshacerse del ahogado. Se establece un paralelismo entre el miedo y la ansiedad de las mujeres y el instinto de protección y supervivencia de las aves de corral en situaciones de peligro. Para el narrador, las mujeres toman los “amuletos de mar” (p.52) con la misma desesperación con que las gallinas picotean.

“(...) y allí estaba [Esteban] tirado como un sábalo” (p.52) (Símil)

En este caso, el narrador compara la posición del cuerpo de Esteban con la de un sábalo, un pez marino común en las costas de América Latina. El símil enfatiza la soledad y la vulnerabilidad de Esteban en su muerte, al compararlo con un pez que puede ser fácilmente atrapado y muerto por los seres humanos.

“... y todos retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el abismo” (p.54) (Metáfora)

La metáfora se refiere al momento en que los hombres y mujeres del pueblo lanzan el cuerpo de Esteban al mar, después de haberlo preparado y adornado. El hecho de que utilice la expresión “fracción de siglos” (p.54) sugiere que el acto de lanzar su cuerpo, que es objetivamente de corta duración, es de una importancia mayúscula para ellos.

Esta figura se denomina oxímoron, y se trata de una contradicción para el sentido común, pero que aporta un significado metafórico: evoca la imagen de un tiempo percibido como extenso para los hombres, mediante el término siglos, a pesar de la corta durabilidad de la caída, sugerida por el término fracción. Da la idea de la partida de Esteban como algo eterno y atemporal; su muerte y su cuerpo son para la comunidad parte de una historia más grande.