Americanah

Americanah Temas

El amor romántico

Americanah es, entre otras cosas, una historia de amor. Uno de los principales hilos conductores de la novela es el extenso desarrollo del vínculo entre Ifemelu y Obinze, caracterizado por el amor romántico, ya que son novios desde la adolescencia y nunca dejan de sentir una conexión profunda, ni siquiera durante los varios años en que pierden el contacto.

La relación entre Ifemelu y Obinze es afectiva, intelectual, emocional y sexual. La permanencia de ese amor romántico entre ambos, incluso cuando están en pareja con otras personas, se plasma en el hecho de que Ifemelu siempre usa el apodo "Techo" cuando se dirige a Obinze, y a él le gusta ser llamado de esa manera. Se trata de un sobrenombre creado a partir de momentos de intimidad sexual entre ambos, y es un código interno que solo ellos comparten entre sí.

Por otra parte, la novela problematiza el tema del amor romántico a partir de otras parejas. Así, los noviazgos de Ifemelu con Curt, primero, y con Blaine, después, son presentados en detalle. Ambos son buenos novios y ella los quiere de manera genuina, pero nunca siente por ellos el amor profundo que la une a Obinze. Este, por su parte, tiene un matrimonio problemático con Kosi, ya que no la ama. La historia de vida de la tía Uju también ofrece una visión crítica de esta cuestión, pues la mujer tiene una preocupación tan grande por tener un marido que construye vínculos sin amor verdadero, como su relación con Bartholomew. En contraste, la relación de Ifemelu y Obinze es, en cierta medida, idealizada, ya que se proyecta como un amor puro, eterno e incondicional, como si ellos estuvieran destinados a amarse para siempre.

La migración

Las experiencias de migración constituyen otro tema central de esta novela, en particular las migraciones de personas negras africanas a países centrales y poderosos de occidente, como Estados Unidos e Inglaterra. Ifemelu, como muchos jóvenes nigerianos de su generación, migra para realizar estudios universitarios en el exterior porque en su país se producen huelgas muy extensas y los estudiantes no saben cuándo podrán terminar sus carreras. Migrar hace que deba enfrentar serias dificultades, especialmente potenciadas por ser una mujer negra africana. Por ejemplo, le cuesta muchísimo conseguir trabajo y, como consecuencia, toma decisiones contrarias a sus valores y principios, como usar documentación que pertenece a otra persona y realizar trabajo sexual para el entrenador de tenis.

Las historias de muchos otros personajes reflejan estas dificultades de maneras más o menos similares. Por ejemplo, Obinze, en Inglaterra, debe aceptar empleos muy precarios, como empleado de limpieza, en los que se siente humillado, y finalmente es deportado justamente por no obtener la documentación necesaria para permanecer y trabajar de manera legal en ese país. La tía Uju, por su parte, debe pasar por un arduo proceso burocrático para obtener la licencia que le permitirá practicar la medicina en Estados Unidos, y es por ello que en ese país pasa a ocupar una posición social más baja. El hecho de que los personajes deban enfrentar estas dificultades es efecto directo del racismo y la xenofobia especialmente lanzados contra las personas migrantes. Ahora bien, existen personajes menores de la novela, como Aisha, la peluquera que trenza el cabello de Ifemelu, que enfrentan situaciones todavía más difíciles porque en sus países de origen pertenecen a clases menos adineradas y han recibido menos educación formal.

La relevancia de la migración en la novela es tal que su propio título habla del desplazamiento de un país a otro: Americanah es un término usado en Nigeria para referirse a las personas que migran a Estados Unidos, abandonan los hábitos, costumbres y tradiciones nigerianos e incorporan de manera un tanto exagerada y afectada los modos estadounidenses. En ese sentido, resulta claro que las experiencias de migración se relacionan directamente con la identidad, tanto individual como colectiva, cuestión muy problematizada en la novela.

La raza y el racismo

La raza y el racismo constituyen un tema de reflexión constante en las páginas de Americanah. Este tópico se entrelaza con otros aspectos centrales de la obra, como la migración, las clases sociales y las cuestiones de género, ya que la obra tiene un interés particular por observar la identidad individual y colectiva de los personajes. Ifemelu es una joven nigeriana de piel oscura que se reconoce como negra cuando migra a Estados Unidos porque en Nigeria la raza no es un asunto tan central a la hora de organizar y analizar la sociedad: "Yo vengo de un país donde la raza no era motivo de conflicto; no pensaba en mí como negra, y me convertí en negra precisamente cuando llegué a Estados Unidos" (333).

A lo largo de los trece años que pasa en el país norteamericano, la protagonista se propone entender cuál es la definición estadounidense de "raza" y analiza los modos en que se produce el racismo allí. Dado que la raza y el racismo son construcciones históricas y culturales para ejercer el poder (y no se trata de conceptos de base científica o biológica para clasificar a las personas), cada cultura los configura -o no- de modos particulares.

La obra presenta este tema a través de las experiencias de sus personajes y también mediante los extractos del blog que escribe Ifemelu y que se intercalan con la narración. De hecho, el foco principal del blog es la cuestión racial, y su título lo expresa con nitidez: Raza o Diversas observaciones acerca de los negros estadounidenses (antes denigrados con otra clase de apelativos) a cargo de una negra no estadounidense. Así, la novela denuncia las situaciones de violencia que afectan directamente a las personas negras; establece diferencias entre las personas negras africanas y los afroamericanos (es decir, personas negras nacidas en Estados Unidos que, en muchos casos, son descendientes de personas esclavizadas); observa las relaciones de raza y etnia, por ejemplo, analizando que son "hispanas" personas blancas, indígenas, negras y mestizas que provienen de los países latinoamericanos donde se habla español; explica que, en Estados Unidos, la raza muchas veces se confunde con la clase y se presupone que las personas negras siempre son pobres.

Americanah narra una extensísima serie de situaciones racistas que van desde pequeños -pero dañinos- comentarios cotidianos, sobre todo expresados por personas blancas, hasta los efectos de la discriminación y la marginalización contra las personas negras en la sociedad estadounidense. El racismo constante lleva a Ifemelu y a Dike a atravesar agudas crisis psicoemocionales y de identidad. Ambos sufren de depresión; ella piensa en suicidarse, y él realmente intenta quitarse la vida. Si bien no muere y logra recuperarse, el intento de suicido de Dike expresa con potencia los efectos del racismo como modo sistemático de violentar el cuerpo y la identidad de las personas negras al punto tal de llevarlas hacia la muerte.

Las desigualdades de clase

En Americanah, la clase social a la que pertenece cada personaje es un elemento muy importante de su caracterización y, a su vez, en muchas ocasiones afecta las relaciones entre los personajes. Por ejemplo, la familia de Ifemelu pertenece a una clase media trabajadora y, si bien cubren sus necesidades básicas, también pasan por momentos muy difíciles. Así, el padre se queda sin trabajo y deben mantenerse apenas con el salario de la madre. En esta situación llegan a necesitar la ayuda de Uju para pagar el alquiler de su casa. Uju, por su parte, parece tener una posición económica más cómoda porque es amante de un hombre rico, el General.

En la escuela, el grupo de amigos de Ifemelu está compuesto por chicas y chicos de diferentes clases sociales. Entre ellos se destacan Kayode DaSilva, que viene de una familia rica y viaja mucho al exterior, y Emenike, en el polo opuesto, que es hijo de un hombre sumamente pobre. La clase social tiene un fuerte impacto, tanto en las actitudes de estos jóvenes, como en el modo en el que son vistos por los demás. Así, Kayode es muy popular; todos lo admiran y se interesan en sus anécdotas. Por el contrario, Emenike inventa historias fantasiosas para compensar la pobreza de su familia; les dice a sus amigos que en realidad es hijo de un príncipe, y todos se burlan de él.

La novela, además, denuncia que clase y raza están sumamente entrelazadas y hasta confundidas en Estados Unidos. Por eso, por ejemplo, Ifemelu no encuentra una peluquería para trenzar su cabello en Princeton, que es una ciudad de ricos (generalmente blancos) y debe desplazarse a Trenton, donde las personas pertenecen a clases sociales más bajas. Allí interactúa con las peluqueras, que son mujeres más pobres y tienen hábitos culturales diferentes. Mientras habla con Aisha, la protagonista reconoce que pertenece a una clase social diferente, e incluso imagina que las peluqueras se reirán de ella más tarde por ser una mujer burguesa que come barritas de cereal y trabaja en la universidad.

Las desigualdades de género

En sintonía con el interés de la novela en explorar asuntos relacionados con la identidad, se problematizan sin cesar las desigualdades de género, tanto en la cultura nigeriana como en la estadounidense. Muchas de esas desigualdades se producen en el marco de los vínculos de pareja entre mujeres y hombres heterosexuales. Por ejemplo, varias mujeres, como la tía Uju y Ranyinudo, son amantes de hombres ricos y poderosos que les dan dinero, pero que priorizan sus vidas de familia con las esposas, por lo que, en muchas ocasiones, ellas se sienten angustiadas y humilladas. Por otra parte, Bartholomew espera que Uju cocine y atienda todas las tareas domésticas mientras él descansa, aunque ambos trabajan todo el día afuera de casa. Otro punto en el que se denuncia que las mujeres tienen más exigencias que los varones es el hecho de que la madre de Obinze le hable a Ifemelu sobre salud sexual y reproductiva afirmando que "Las mujeres son más sensatas que los hombres" (86) y, por lo tanto, la mayor responsabilidad recae sobre ellas.

En la sociedad nigeriana, las cuestiones de género se ven plasmadas en la presión que sienten las mujeres de la edad de Ifemelu por casarse. Además, un episodio central a este respecto es el nacimiento de Buchi, la hija de Obinze. Inmediatamente después de parir, al ver que el bebé es una niña, Kosi le dice a su marido, como pidiéndole disculpas, que el próximo hijo será un varón. Obinze se siente horrorizado al oír eso, pero entiende que Kosi ha sido formada con valores tradicionales según los cuales las hijas mujeres son menos valiosas.

La gordura

A lo largo de toda la novela hay muchas reflexiones en torno al cuerpo y la corporalidad. Por ejemplo, se problematiza el racismo, se describen con detalle los tonos de piel de cada personaje, y el cabello, en particular el de los personajes negros, es absolutamente central.

Ahora bien, esto también se refleja en la tematización de la gordura como elemento problemático en la sociedad estadounidense. En Estados Unidos, Ifemelu aprende que el adjetivo "gordo" funciona como un insulto en ese país, mientras que en Nigeria es apenas una forma de describir a las personas. En las primeras páginas, leemos: "... en su cabeza no usaba la palabra 'gordos' al pensar en ellos; usaba la palabra 'grandes', porque una de las primeras cosas que le dijo su amiga Ginika fue que, en Estados Unidos, 'gordo' era un término ofensivo, tan cargado de enjuiciamiento moral como 'idiota' o 'mamón', no simplemente descriptivo como 'bajo' o 'alto'" (10). De hecho, esa valoración sumamente negativa de la gordura hace que la propia Ginika cambie por completo: queda "reducida a la mitad" (141) de lo que era cuando vivía en Nigeria. Ifemelu también tiene preocupaciones constantes por el peso. Por ejemplo, se siente mal al compararse con sus compañeras de apartamento porque ellas son delgadas y atléticas. Tanto es así que, cuando regresa a Lagos, siente que debe adelgazar antes de entrar en contacto con Obinze porque no quiere que él la vea gorda.

La lectura y la educación

La lectura y la educación son dos elementos fundamentales en la vida de Ifemelu, una joven que desde siempre ha sido estimulada para estudiar, aprender y obtener títulos académicos. De hecho, su padre la incentiva desde pequeña porque él mismo se siente frustrado por no haber podido estudiar en la universidad. La formación es, en ese sentido, un modo de acceder a un estatus social más elevado, y es muy valorada por todos los personajes más cercanos a la protagonista.

Es posible pensar que todo el trayecto de Ifemelu está motivado por la educación, ya que decide irse de Nigeria cuando las extensas huelgas le impiden avanzar en sus estudios, porque logra entrar a Estados Unidos tras ser aceptada en una universidad, porque es allí donde conoce a la gente que la estimula para abrir su blog, y porque años más tarde decide volver a Nigeria al terminarse su beca de investigación en la Universidad de Princeton.

Por otra parte, Ifemelu es una gran lectora de literatura, y algunos de sus vínculos más importantes están atravesados por la lectura y los debates acerca de diversos libros. Por ejemplo, Obinze siente una fascinación por la literatura estadounidense y le recomienda títulos como Huckleberry Finn, de Mark Twain. A la protagonista suelen gustarle otros libros, pero siempre explora cosas diferentes. Más tarde, en su noviazgo con Blaine, la lectura también ocupa un lugar central. El ejercicio intelectual que se desprende de la lectura y de los debates literarios complementa la educación formal de los personajes.