Americanah

Americanah Ironía

Ifemelu dice que le gusta ser tildada de privilegiada (Ironía verbal)

Laura, la hermana de Kimberly, es una mujer agresiva, controladora y rígida que quiere dominar todas las situaciones que la rodean y pretende tener una visión antirracista y empática del mundo, pero en realidad refuerza estereotipos constantemente, sostiene una perspectiva simplista y expresa ideas muy erradas sobre las personas negras, tanto afroamericanas como africanas. La mujer, desde el primer momento, desconfía de Ifemelu y la trata mal. En medio de una charla, empieza a hablar sobre los nigerianos que viven en Estados Unidos de manera generalizante y asegura que son personas privilegiadas. Ifemelu recuerda a algunos amigos de la escuela, como Kayode DaSilva, que pertenecen a familias ricas y son realmente privilegiados, pero sabe que ella misma no pertenece a ese grupo social. De hecho, justo antes de trabajar para Kimberly, enfrenta una situación de vulnerabilidad económica extrema. Por eso, irónicamente, le dice a Laura "—¡No me habían llamado privilegiada en la vida! —dijo Ifemelu—. Me gusta" (196). La ironía es doble: por un lado, Ifemelu no es una mujer privilegiada, mucho menos en el contexto estadounidense, y, por el otro, dice que le gusta ser tildada como tal, cuando, en realidad, el comentario de Laura la ofende profundamente.

El narrador afirma que la "cagada" que Obinze encuentra en el baño es una obra de arte (Ironía verbal)

Uno de los primeros trabajos que tiene Obinze en Londres es como empleado de limpieza en una empresa. La situación en general le resulta humillante porque es una persona muy formada, con intereses intelectuales, y no le gusta verse obligado a tomar ese tipo de empleos precarizados. Ahora bien, la humillación llega a su punto máximo cuando ve que una persona ha defecado a propósito sobre la tapa de un inodoro para burlarse de aquel que deba limpiarlo: "... una noche, entró en un cubículo y descubrió una cagada sobre la tapa del váter, sólida, cónica, bien centrada, como si la hubiesen colocado cuidadosamente, midiendo el punto exacto. Semejaba un cachorro acurrucado en una alfombrilla. Era una creación artística" (272-273). La narración, con ironía, presenta las heces como si fueran una obra de arte, es decir, algo bello, cuando en realidad se trata de algo desagradable y ofensivo, originado en la violencia y con efectos muy negativos para el personaje.

Ifemelu le dice a su madre que Blaine pertenece a una secta satánica (Ironía verbal)

Cuando Ifemelu les cuenta a sus padres que está de novia con Blaine, la única preocupación de la madre es saber si es cristiano. Ante la pregunta, la protagonista responde de manera burlona: "No. Es de una secta satánica" (360). Esa respuesta constituye una ironía porque Blaine sí es cristiano; Ifemelu usa el tono irónico para reirse de la obsesión de su madre con respecto a la religión.

Ifemelu escribe en su blog que no hay racistas en Estados Unidos (Ironía verbal)

En una de las entradas de su blog, Ifemelu analiza las dificultades que la sociedad estadounidense tiene para lidiar con el racismo del presente. Una buena parte de la gente en Estados Unidos reconoce que existe el racismo, pero no pueden identificar a las personas racistas, como si los racistas fueran cosa del pasado. La protagonista usa con inteligencia la ironía al inicio de esta entrada de su blog para provocar y construir de manera eficiente su argumentación: "En Estados Unidos existe el racismo pero han desaparecido todos los racistas. Los racistas son cosa del pasado. Los racistas son los blancos malévolos de labios finos que salen en las películas sobre los tiempos de los derechos civiles [...]. [Si] no has linchado a alguien, no se te puede tachar de racista" (360). El comentario es irónico porque el objetivo de Ifemelu es, precisamente, afirmar que sí existe el racismo y sí existen las personas racistas en los Estados Unidos de la era contemporánea, y que, a su vez, la sociedad de ese país tiene enormes dificultades para identificar el racismo y luchar para combatirlo.