Papá Goriot

Papá Goriot Resumen y Análisis "Engañamuertes"

Resumen

Dos días después, Poiret y la señorita Michonneau vuelven a encontrarse en el Jardín Botánico con el agente de la policía, el detective Gondureau. Este detective es parte de una investigación que rastrea a un importante criminal fugitivo conocido como el “Engañamuertes”. La policía está cada vez más convencida de que Vautrin es el Engañamuertes y espera arrestarlo por traficar dinero a través de una gran red criminal. Sin embargo, quieren estar absolutamente seguros de que están arrestando al hombre correcto, por lo que esperan que la señorita Michonneau acepte drogar a Vautrin y luego, una vez que el hombre esté inconsciente, identifique una cicatriz grabada su hombro con las siglas del Engañamuertes. La policía está dispuesta a pagarle si colabora con ello.

La señorita Michonneau pide más tiempo para pensar la propuesta y Gondureau le dice que se ponga en contacto con él una vez tomada la decisión. Cuando el detective se retira, la señorita Michonneau le explica a Poiret que prefiere aguardar para ver si consigue más dinero cerrando un trato con el propio Vautrin. Lo que ninguno de ellos sabe es que el joven Bianchon se encuentra por casualidad en el lugar y ha escuchado parte de la conversación.

Cuando Poiret y la señorita Michonneau regresan a la pensión, se encuentran con Rastignac y Victorine hablando con ternura, “tan interesados que no le prestaron ninguna atención al paso de los dos viejos pensionistas” (334). Aunque a Rastignac le remuerde la conciencia, ha comenzado a cortejar a Victorine siguiendo los planes de Vautrin. Eventualmente llega Vautrin, quien aprovecha que Victorine se retira para avisarle a Rastignac que su amigo y el hermano de Victorine se han peleado y van a batirse a duelo al día siguiente.

Atormentado por la culpa, Rastignac decide advertirle al padre de Victorine, pero en ese momento lo interrumpe Goriot, quien le trae la noticia de que ha alquilado un departamento para que Delphine y él vivan juntos. Además, le trae un lujoso reloj de oro, obsequio de la joven como prueba de su amor. Goriot espera que lo dejen vivir en el piso de arriba para poder pasar más tiempo junto a su hija. El anciano le avisa que Delphine los espera para cenar allí esa noche. Rastignac acepta la invitación, pero le pide a Goriot que intente detener el duelo del hermano de Victorine.

Consciente de que Rastignac podría llegar a traicionarlo, Vautrin induce a todos los pensionistas presentes a embriagarse y aprovecha el caos reinante para introducir un narcótico en el vino de Rastignac y Goriot. De este modo, ambos quedan rápidamente inconscientes, fracasan en evitar el duelo del hermano de Victorine, y dejan plantada a Delphine, quien los esperaba para la cena. Sin embargo, Vautrin no advierte que ha sellado su propia perdición. Aunque Bianchon planeaba interrogar a la señorita Michonneau respecto al nombre de Engañamuertes, acaba distrayéndose en medio del jolgorio generalizado.

A la mañana siguiente, la señorita Michonneau decide entregar a Vautrin. Primero visita a la policía y regresa con una droga que introduce en el café del hombre cuando todos los pensionistas se reúnen para desayunar.

Al despertar, Rastignac se consterna al recibir una nota de reprimenda de Delphine, en la que lo acusa por haberla plantado la noche anterior. Antes de que él reaccione, llega un mensajero con la noticia de que el hermano de Victorine ha sido herido de muerte en un duelo. Debido a ello, tanto la joven como la señora Couture parten inmediatamente hacia la casa del señor Taillefer.

Mientras se regodea con la noticia, la droga empieza a hacer efecto en Vautrin, quien termina desplomándose sobre el piso. La señora Vauquer manda a Rastignac a buscar a su amigo Bianchon, que es estudiante de medicina, y junto a la señorita Michonneau llevan a Vautrin a su habitación. Una vez allí, Michonneau confirma la verdadera identidad de Vautrin al ver la marca en su hombro. Cuando Rastignac regresa, Vautrin se encuentra casi recuperado y piensa que Rastignac fue el responsable de envenenarlo. Sin embargo, Bianchon menciona al pasar lo que escuchó en el Jardín Botánico y rápidamente se esclarece que fue la señorita Michonneau quien lo traicionó.

Antes de que Vautrin pueda accionar, la policía llega y lo arresta. Vautrin termina dejando el lugar, no sin antes decirle a Rastignac que su plan sigue en pie. Cuando la policía se retira, los otros pensionistas se unen y exigen al grito de “¡A la calle la alcahueta!” (363) que la señorita Michonneau sea expulsada de la pensión. Evidentemente, Vautrin no pierde la simpatía de los pensionistas por su historial delictivo. Michonneau deja la pensión acompañada por Poiret.

Poco después llega un mensajero informando que el hermano de Victorine ha muerto, y que ella y la señora Couture no regresarán a la pensión. Luego se presenta Goriot, quien viene a buscar a Rastignac para que vayan a visitar a Delphine al nuevo departamento. Aún aturdido por los acontecimientos, el joven lo acompaña y juntos se encuentran con Delphine, quien saluda a su amante, radiante de alegría. Pese a las buenas noticias, Rastignac se entristece porque sabe que no tiene dinero para sustentar los gastos de ella. Sin embargo, Goriot le informa que está tratando de recuperar la dote de su hija judicialmente y que la ley se inclina a su favor. Los tres terminan pasando una hermosa velada.

Más tarde, Goriot y Rastignac vuelven a la pensión y le avisan a la señora Vauquer que van a abandonar el lugar. La mujer está devastada porque en solo un día perdió más de la mitad de sus huéspedes.

Al día siguiente, Rastignac recibe un mensaje de la señora de Beauséant, invitándolos a él y a Delphine a su próximo baile. Delphine señala que su hermana Anastasie también asistirá a la velada, ya que han circulado rumores acerca de que ella ha tenido que empeñar unas valiosas joyas de su marido para pagar las deudas de su amante. Anastasie querrá que la vean luciendo las joyas para acabar con estos chismes. Por el momento, todo indica que Rastignac, Goriot y Delphine afrontan un futuro encantador.

Análisis

A lo largo de este capítulo, Rastignac se debate entre su lealtad a Goriot y Delphine y su tentación de sacar provecho del plan que le propone Vautrin. Aunque nunca se compromete por completo con la idea de seducir a Victorine, sus apremiantes dificultades financieras le dificultan cada vez más resistir los planes del criminal. La centralidad del dinero, presente en toda la novela, se nos vuelve a hacer explícita en la disyuntiva moral que atraviesa Rastignac, esta vez, en estrecha vinculación con el tema de “La virtud y el vicio”.

Victorine acaba siendo el único personaje de la novela en el que se premia la virtud, ya que acaba reconciliada con su padre y, con ello, su situación económica se transforma radicalmente. De esta manera, la joven se nos presenta en la obra como un símbolo de lealtad y amor puro. En contraste con el egoísmo y la avaricia que definen a personajes como Anastasie y Delphine, Victorine intenta una y otra vez acercarse a su padre, no para enriquecerse, sino porque desea sinceramente ser merecedora de su amor.

La escena del arresto de Vautrin, uno de los acontecimientos centrales de este capítulo, es digna de varios análisis. Por un lado, nos permite dar cuenta de la centralidad que tiene el tema de “Los secretos y las apariencias” en la novela. En Papá Goriot, todos parecen cuidar celosamente su imagen. Sin embargo, esta tendencia suele mostrarse en relación al prestigio y la apariencia de los miembros de la aristocracia. Con el desenmascaramiento del Engañamuertes, la novela vuelve a demostrar que no hay tanta diferencia entre las mentiras y los crímenes de los ricos y los pobres. Todos aparentan, engañan y traicionan: la decadencia de la sociedad parisina no reconoce clases sociales.

Pese a la importante experiencia criminal que caracteriza a Vautrin, esta no lo libra de caer en la traición de la señorita Michonneau. Si consideramos que su colaboración con la policía no se encuentra motivada por la justicia o la ética sino por el provecho económico, se revela entonces que ella es tan codiciosa como cualquiera de los otros personajes. En gran medida, el éxito de su traición es posible gracias a su apariencia inofensiva y vulgar que la hace pasar desapercibida entre el resto de los pensionistas. Sin embargo, es su propia vulgaridad la que la provee del disfraz perfecto para conspirar contra Vautrin, quien no se da cuenta sino hasta el último momento de que es ella quien lo ha traicionado.

Así y todo, a los lectores ya se nos habían ofrecido algunos indicios que permitían anticipar sus verdaderas intenciones. Al comienzo de la novela, este personaje aparece descrito como una mujer fea cuya “mirada silenciosa daba frío”, de una “vejez que ahuyentaba a los transeúntes”, y con una “cara esmirriada amenazante” (199). Con la traición a Vautrin podemos advertir que estas características no son más que la exteriorización de su interioridad traicionera. De este modo, cuando se descubre la treta de Michonneau, los pensionistas ven que su imagen, “que desde hacía tanto tiempo les resultaba antipática”, queda “explicada de repente” (362).

Por otra parte, la captura de Vautrin presenta una conclusión curiosa si consideramos su gran historial criminal. A lo largo de la novela, Vautrin se posiciona como un personaje astuto que se da cuenta de todo, que tiene la capacidad de leer las intenciones y pensamientos del resto, y sabe exactamente cómo manipular a los demás. El hecho de que lo traicione un personajes de aspecto frágil e indefenso como la señorita Michonneau presenta entonces una potente ironía: ante la expectativa de encontrar en Vautrin al cerebro que opera tras de las tramas, nos terminamos topando con un personaje que acaba siendo víctima de ellas.

Vautrin, maestro del engaño y el disfraz, ha logrado a lo largo del tiempo ocultar su verdadera identidad en la pensión de la señora Vauquer, incluso con la constante presencia de la policía, que le sigue el rastro. Pese a su maestría, este personaje tiene una cicatriz en el hombro que lo identifica con las siglas del Engañamuertes. Cuando Michonneau consigue revelar, gracias a la cicatriz, su verdadera identidad, la marca asume una función aleccionadora: se transforma en el símbolo del pasado criminal de Vautrin, un pasado por el que aún debe pagar las consecuencias.

Cabe mencionar, por último, que el arresto de este personaje impulsa a Rastignac a resolver el dilema moral respecto a su participación en el plan de Vautrin: “Ese día Eugène se había interrogado a sí mismo muy solemnemente, y el arresto de Vautrin, mostrándole la profundidad del abismo en el que había estado a punto de caer, acababa de corroborar sus sentimientos nobles y su delicadeza” (369). En este pasaje, la metáfora del abismo presenta al crimen como un lugar en el que uno puede caer hasta terminar en la desgracia, al igual que Vautrin. A partir de entonces, la actitud de Rastignac respecto al cortejo de Victorine cambia por completo. Decide entonces comprometerse de lleno en su relación con Delphine, pese a que la joven Victorine le ofrece la oportunidad inigualable de enriquecerse rápidamente.