La Fiesta del Chivo

Recepción

El estilo realista de La fiesta del chivo es reconocido por algunos críticos como una ruptura con las aproximaciones alegóricas de las obras del género novela del dictador.[41]​ La obra recibió mayoritariamente críticas positivas, muchas de las cuales se mostraron complacientes en el sacrificio de la exactitud histórica por una sobresaliente narración.[42]​

Un comentario habitual sobre la novela es acerca de la naturaleza gráfica de los actos de tortura y asesinato que son descritos en la obra. Vargas Llosa ofrece al lector las realidades de un régimen opresivo con un grado de detalle que no son usados habitualmente por otros autores latinoamericanos, en ese sentido Michael Wood sugirió en London Review of Books: «Vargas Llosa ... nos cuenta más allá de una intriga del día a día, y las sórdidas, sádicas minucias de tortura y asesinato.»[43]​ Walter Kirn, de The New York Times, comentó que esas «escenas espeluznantes de los interrogatorios en las mazmorras y las sesiones de tortura» dejan a los otros aspectos de la novela en una luz pálida, drenándolos de su importancia e impacto.[23]​ De igual manera, para Kirn implica que la «maquinaria narrativa» mencionada por Wood se vuelva un tanto inmanejable, produciendo un argumento superfluo.[23]​ El hilo narrativo centrado en Urania Cabral es descrito por Sturrock como el centro emocional en que hace foco la novela, y Wood concuerda en que las confrontaciones de ella con sus demonios logran captar la atención del lector.[41]​ En contraste, la visión de Kirn es que los segmentos de Urania son «hablados y atmosféricos... [y] parecen haber sido tomados prestados de otro tipo de libro.»[23]​

La gran mayoría de las críticas hacen referencia, directa o indirectamente, a la relación entre sexualidad y poder. La analista de Salon Laura Miller,[44]​ el escritor de The Observer, Jonathan Heawood,[45]​ Kirn,[46]​ y Wood[47]​ cada uno detalla que ello está conectado con la pérdida progresiva del poder de Trujillo, desde su cuerpo hasta sus seguidores. La alegoría de que Trujillo refuerza su poder político a través de actos sexuales, y comienza a perder convicción a medida que el cuerpo de le falla, es algo de frecuente discusión en la crítica.

En 2011 Bernard Diederich, autor del libro histórico de 1978 Trujillo. La muerte del Chivo, acusó a Vargas Llosa de plagio.[48]​


This content is from Wikipedia. GradeSaver is providing this content as a courtesy until we can offer a professionally written study guide by one of our staff editors. We do not consider this content professional or citable. Please use your discretion when relying on it.